“Cuando las personas se van solo quedan la memoria o el olvido”.  Esta frase con la que la periodista Lolita Acosta inició el prólogo del libro ¿Quiénes y por qué mataron al periodista?, una recopilación que hizo Yuri Quintero, del trabajo hecho por su hermano, el periodista asesinado Guzmán Quintero, se podría aplicar a ella misma desde la madrugada de ayer, que ocurrió su muerte tras sufrir por varios años de un cáncer en el colón, según contaron algunos allegados.

Los más cercanos cuentan que esta pionera del periodismo escrito en el Cesar, pese a su padecimiento siempre estuvo activa “nunca habló de la muerte, y yo le respeté eso”, dice el maestro Andrés ‘el Turco’ Gil, con quien trabajaba Lolita desde hace muchos años cuando ambos formaban parte del Festival de la Leyenda Vallenata “su muerte es un golpe muy duro, se podría decir que se va la segunda mamá de los Niños del Vallenato de la escuela del Turco Gil”.

Pese a no “tocar” el tema, se conoció que Lolita comentó en varias ocasiones que el día de su muerte, no le llevaran flores, que esa plata mejor la donaran al comedor de la Fundación Cristo Llama a tu puerta.

Dijo Edwin Álvarez, quien, además del parentesco familiar, era su mano derecha “fueron más de 20 años de trabajar junto a Lolita”, precisamente por esta razón contó que los tres libros que escribía la periodista quedaron inconclusos “uno era sobre los viajes que hizo con los ‘Niños del Vallenato’ de la Escuela del Turco Gil, un segundo sobre los juglares que al igual que los niños recorrieron distintos sitios llevando la música vallenata y una tercera obra, trata sobre la vida y obra de ella, y de Valledupar”.

Álvarez considera que para materializar este sueño, “tocará sentarse con varios periodistas para analizar el tema y continuar la investigación con que se culminarían las obras”.
Varios de los amigos de la periodista coincidieron en decir que Lolita fue una mujer luchadora, ejemplar y sobre todo muy inteligente, así la describió su amiga Omaira Herrera “ella no tomaba, pero era bohemia.  Le gusta mucho la poesía y siempre estaba en defensa de los nuestro, de nuestra cultura”.

Recordó que una de sus grandes obras, el primer periódico de Valledupar, se acabó por su independencia ideológica “nunca quiso comprometerse con ningún político y esto acabó el Diario Vallenato.  No tuvo recursos económicos para sostenerlo, pero prefirió no alcanzar lo que visionó a vender sus ideas.