Una que otra sorpresa mayúscula depara el ejercicio técnico  de medición adelantado, con miras a las próximas elecciones de alcaldes y gobernador, por el Centro Nacional de Consultoría a instancia  de varios medios de comunicación de Valledupar, Radio Guatapurí, Maravilla Stereo, Vanguardia y el diario EL PILÓN.

Para muchos la suerte estaba echada: Luis Alberto Monsalvo, un joven treintañero de suave modales, educado y con buena pinta pero con poco verbo y experiencia, derrotaría sin ambages a los experimentados, Arturo Calderón Rivadeneira, en cuyas huestes ‘brillaban’ los más reconocidos varones electorales del Cesar, y a Rubén Darío Carrillo, a quien se le atribuía ascendencia sobre la población de opinión del departamento.

Por  el lado de la alcaldía, Gonzalo Gómez Soto se perfilaba como el seguro triunfador. Su trasegar de más de un lustro en pos de la oportunidad, sus nada envidiables recursos  económicos, la  ‘inderrotable’ alianza multipartidista conformada para impulsarlo, el apoyo de la iglesia Católica y la aparente fragilidad de sus contrincantes, auguraba una pelea de tigre con burro amarrado.

Es  más. Así están aún las cosas no obstante las cábalas técnicas aventuradas por  las encuestas, que desmienten parcialmente una verdad casi enraizada. Mientras se conozca la verdadera encuesta, la de carne y hueso, la del 30 de octubre, démosle rienda suelta a la volátil  imaginación para tratar de hacer una lectura cabal del momento histórico-político, adentrándonos en el por qué del porque para rematar con un poco de futurología. Que la suerte brille para el  Cesar.

A la Gobernación:

Monsalvo mantiene un amplio liderazgo

Poco sorprende la posición vanguardista que se le endilga a Luis  Alberto Monsalvo (LAM), no obstante ser uno de los últimos en despegar. Inclusive cuando lo hizo, luego de un proceso partidista desgastante que le costó deserción entre sus émulos, ya estaban perfiladas otras candidaturas y consolidadas otras campañas. Basilio Padilla Vásquez (BPV) hablaba y trabajaba su candidatura años antes; Arturo Calderón Rivadeneira (ACR) suma 8 años  de permanente campaña, y Rubén Darío Carrillo (RDC) contabiliza 4 años, incluidos los desempeñados como secretario  de  despacho.

Para LAM, y quizás más para la Mather familia, la gobernación es un tema obsesionante, acaso porque ya la ostentaron a través del médico cuñado Rafael Bolaños y saben lo que ella significa, y más todavía, a juicio de algunos analistas, para ganarse la jefatura familiar y darle sopa y seco a su hermano Lucas, empecinado en atravesársele en el camino al sobrino LAM. Sea lo que fuere, grande ha sido el handicap para tan fuerte determinación, sin importar el exageradísimo costo de la inversión.

Lo que si ha habido a manos llenas es dinero para abrir cuantas puertas estuviesen cerradas. Así han entrado al redil aspirantes a alcaldías, asamblea y concejos de todos los pelambres y de todos los rincones del Cesar. Sin duda, ese es el bastión mayor de la candidatura de LAM, que bien utilizado a manera de lubricante engrasó a la perfección el rodaje de la maquinaria politiquera.

Fortalezas de Monsalvo

Pero no es esa la única razón para lucir el primer lugar en la intención de votos. A LAM se le reconoce ser joven serio, civilizado, estudiado, hasta demasiado bueno para un cargo turbulento que exige carácter a raudales. Estas características le granjean la simpatía de votantes de todos los calibres, en especial de mujeres y de jóvenes, máxime cuando inteligente y estratégicamente se ha escondido un poco de Cielo Gnecco, su madre, cuya reciedumbre suele ahuyentar y hacer desconfiados a no pocos  ciudadanos que temen un mandato en cuerpo ajeno…

Las debilidades de los contrincantes

Las mismas protuberantes debilidades de sus contrincantes le han allanado el camino a LAM. Sus contrincantes inmediatos, ACR y RDC, parecen minados por dentro. ACR poco puede avanzar en la conquista de la opinión justamente por la decena de compañeros de viaje – Hernando Molina, Lucas Gnecco, Ricardo Chajin, entre otros – buenos para la clientela pero pésimos para la opinión. Además, habiendo acostumbrado a sus huestes al manejo con el dinero, ahora escaso se echa de menos afectándose la mística de campaña.

RDC se desvaneció solo. Era en teoría el seguro próximo  gobernador: serio, formado, decente, conocedor del territorio, orador, buen interlocutor… como  si  semejantes virtudes no fuesen suficiente, con las cuales se le facilitaba ganarse la opinión (empresarial, gremial, académica, cívica, etc.) se le  facilitaba también la posibilidad de congregar alrededor  suyo a los partidos Conservador, Verde y Pin, con el respaldo del gobernador, que le había dado la palmadita del despegue.

Pero la mazorca se fue desgranando solita. Primero se le fue el verdadero jefe del conservatismo, Ape  Cuello, llevándose a sus prosélitos. Luego se esfumó un rival de consulta, Rodrigo  Ríos, y el otro, Álvaro José Soto, no apareció mucho. Varios  de los concejales y diputados conservadores actuales y muchos  de los aspirantes a cargos de elección se deslizaron para otras campañas. El partido PIN, previendo una debacle para ellos si ganaba ACR prefirió  liar los bártulos  y acampar sobre seguro  con LAM.  El candidato conservador a la alcaldía de Valledupar, Joaco Martínez, se desmontó pero se coaligó con un candidato a la  alcaldía sin darle chance a negociación. Los familiares y amigos incondicionales del gobernador, y después éste, dijeron ‘chao bambino’ y se atrincheraron también con LAM. Se diluyó, definitivamente, se diluyó.

Ahora bien. ¿Qué tan superable o no sería la ventaja registrada? Conforme la última elección, año 2007, el total de votantes ascendió a 326.842. Por manera que cada punto porcentual equivale aproximadamente a 3.268 votantes, que multiplicados por 15 puntos, daría un resultado de 42.020. A escasos 10 días para los comicios, y dadas las estructuras logísticas y financieras de ambas campañas, se antoja harto difícil, aunque no imposible, remontar esa diferencia. LAM, pues, ganaría por sus propias ‘virtudes’,  y ganaría por los  defectos de sus rivales. Conjunción tan decisiva que LAM aparece ganancioso sin embargo de ser apoyado por el gobernador Cristian Moreno Paneso, de quien un 62% de los encuestados afirma que no votaría  por un candidato respaldado por Moreno, dada la gestión deficitaria adelantada según la empresa encuestadora.

Para la Alcaldía de Valledupar

Fredys Socarrás, un verdadero “palo”

Pero si no sorprende lo de la gobernación, lo de la alcaldía si es un verdadero palo. El dado como seguro alcalde, Gonzalo Gómez Soto (GGS), ahora aparece, de acuerdo al Centro Nacional de Consultoría, en la tercera posición, a escasos dos puntos porcentuales de Augusto Ramírez Uhia (ARU), y a 13 puntos porcentuales de Fredys Socarras Reales (FSR).

Y sorprende por varias razones:

– FSC escaló 14 puntos porcentuales en el curso de un mes (20% en la encuesta de septiembre 25 a 34% en la de octubre 18);
– ARU, a su vez, escaló 5 puntos porcentuales en el mismo periodo (de 18 a 23%);
– Entre tanto, GGS cayó  estrepitosamente (de 27 a 21%).
– las diferencias en la organización, logística, finanzas y partidismo son abismales entre GGS y FSR y ARU. Mientras el primero es candidato único del partido liberal, apoyado  también por el jefe real y su séquito del partido conservador, y por todo el sector de ACR, el segundo se pregona como independiente, y no cuenta oficialmente con un partido sólido que lo apoye, y el tercero está matriculado  con Cambio  Radical, embrionario en el territorio.
– Mientras el primero cuenta con abundante recursos financieros, el segundo y tercero dependen de negociaciones con algún mecenas.
– Mientras GGS es apoyado irrestrictamente con la Administración Municipal, y ARU por la Departamental, FSR echa mano de sectores independientes y del votante de opinión.

Debilidades y fortalezas

¿Qué inclina la balanza? ¿Cuál es la debilidad del candidato aparentemente  fuerte, GGS, canalizada por los candidatos más frágiles, FSR en especial y ARU? En la práctica una debilidad monstruosa, no  auscultada en la medición analizada, y varias debilidades pequeñas pero sustanciosas:
* GGS cuenta con una votación apreciable, proporcionada por sus socios tradicionales de campaña y por sus propios recursos económicos, pero también es apreciable la opinión desfavorable en su contra. El decir de la gente es que no genera confianza.
* Esa desfavorabilidad es canalizada sobre todo por FSR, que  aunque se ha acomodado desde el punto de vista partidista, es percibido como hombre sano, confiable, no arrogante, un hombre que no genera temor ante el disenso.
* De la misma percepción goza ARU, e inclusive, se considera más formado y preparado para administrar lo público que FSR. Sin embargo, perdió buena parte de la opinión al enrostrársele una presunta negociación económica con la campaña de LAM.

Otras consideraciones

Ahora bien. ¿Qué tan superable o no sería la ventaja registrada?
Ha de hacerse varias consideraciones:
> La encuesta en análisis sólo midió la opinión del casco urbano de la ciudad, no la de la zona rural/corregimental, la cual debe serle afecta mayoritariamente a GGS por endoso del alcalde Luis Fabián Fernández.
> Cálculos aproximados estiman que en esas zonas corregimentales GGS puede obtener diferencia a su favor de unos 3.000 votos.
> Conforme la penúltima elección, año 2007, el total de votantes ascendió a 114.521. Por manera que cada punto porcentual equivaldría aproximadamente a 1.145 votantes, que multiplicados por 11 puntos (diferencia con ARU), daría un resultado de 12.595 votos; y multiplicados los 1145 votantes por 13 (diferencia con GGS) daría un resultado de 14.885. Es decir, FSR distancia a ARU por 12.595 votos, y a GGS por 14.885 votos.
> De ser veraz la última encuesta, que no hay razón para dudar de ella, a ARU no le alcanzaría el envión para semejante proeza. Y talvez ni siquiera a GGS, sumando los votos de los corregimientos, y aplicándose en el casco urbano con toda la parafernalia  de que dispone (mejor organización, mayor capacidad de movilización de votantes, enorme capacidad financiera).
> Aunque nadie  debe confiarse, un fresco debe correrle  a FSR, pues su tendencia es ascendente y parece contar con los votos de opinión. Y cuando estos se deciden a expresarse, se expresan con contundencia. El Pilón