Giomar Lucía Guerra Bonilla
Un ejemplo interesante, de la importancia de este Festival, lo encontramos en el concurso, denominado Rey de Reyes, que se efectúa cada diez años, y en el cual solo compiten, quienes previamente se hayan consagrado en la categoría de Reyes. Menciono a los cuatro grandes exponentes del genuino folclor Vallenato, quienes con su calidad y destreza, obtuvieron en su respectivo momento, el más preciado galardón. Hago mención, cronológicamente, porque a través de artistas de su talante, continúa nuestro folclor vigente, para detenerme en Hugo Carlos Granados el penúltimo Rey de Reyes .Los mencionamos en orden sucesivo:
Nicolás Elías Mendoza daza – “Colacho” (1987)
Gonzalo Arturo Molina Mejía – “El Cocha” (1997)
En 1997, al llevarse a cabo la segunda versión del Concurso Rey de Reyes, Gonzalo “Cocha” Molina fue coronado como el sucesor de “Colacho” Mendoza, tras haber vencido a los acordeoneros Omar Geles, que quedó en segundo lugar y a Raúl “El Chiche” Martínez, quien ocupó el tercer lugar.
Hugo Carlos Granados Córdoba – (2007)
Álvaro López Carrillo “Alvarito” – (2017
Un 24 de febrero de 1966, nació en Mariangola, Corregimiento de Valledupar, Hugo Carlos Granados, hijo del acordeonero y técnico de acordeones Ovidio Granados, quien desde los 5 años se interesó por la ejecución del acordeón. En 1980, A los 13 años de edad, obtuvo su primera corona, como Rey en la categoría infantil en el Festival Vallenato, que anualmente se realiza en la capital del Departamento del Cesar. En 1986 retornó al Festival, para competir como aficionado, y obtiene una segunda corona. Allí no para su encadenamiento de éxitos, ya que en 1997 lo erigen como Rey de Reyes aficionado. Su marcha ascendente lo conduce a lograr en 1999 ser el nuevo Rey Profesional y en 2007 es galardonado como el tercer Rey de Reyes, luego de una lucha, ante unos competidores de reconocida experiencia en este ámbito musical, como Omar Geles y Saúl Lallemand.

En realidad, escuchar las notas vibrantes que emanan del acordeón de Hugo Carlos Granados, es recordar a los viejos juglares, pero con escalas técnicas y refinadas. Esto no es de extrañar, ya que desciende de una de las dinastías, que ha hecho considerables aportes al folclor vallenato clásico y tradicional. Hugo Carlos, como acordeonero se dedicó a lo de él: perfeccionar su arte y escudriñar buenos arreglos que lo distinguieran como el mejor en el Festival Vallenato, por esto dejó de lado el canto y la composición. Esto, manifiesta en parte lo relacionado con su personalidad Hugo Carlos es extrovertido, de genio vivo apropiado para ser alma de las parrandas. Y la de su hermano, Juan José habla menos, es silencioso. El tercer Rey de Reyes, pertenece a una estirpe musical precedida por su padre Ovidio quien al lado de su bisabuelo, abuelo, su padre, hermanos, tíos, conforman toda una tradición familiar que se conserva con las viejas y nuevas generaciones. Lleva sobre sus hombros la honrosa herencia de una preclara progenie. De la calidad Granados quien desciende de su bisabuelo Juancito Granados, el famoso juglar de Camperucho, llamado el “gallo camperuchero” nieto de Juan Granados Ochoa, su padre Ovidio Granados Melo, símbolo viviente de la ascendencia de los Granados. Legado grandioso que perdura con su música autentica, al interpretarla, espanta cualquier sufrimiento. Como vemos surge de un florecido tronco de tres familias de músicos: su abuela materna, Camila Durán prima de Alejo Durán. Por la línea paterna: su abuela, Ángela Ochoa, era tía de Calixto Ochoa.
De Juan nace Ovidio Enrique Granados Durán, cariñosamente denominado “El Viejo Villo,”quien retomó la herencia del abuelo en la ejecución del acordeón. Por parte de Ovidio Granados, el símbolo viviente de la dinastía son 11 hermanos, de los cuales 3 son reconocidos músicos: Almes, Acordeonero, Rey Vallenato, y Adelmo, un gran cajero. Ovidio se casa con Nimia Córdoba, y cuatro de sus hijos heredan su vena artística, sobresalen: Hugo Carlos, Rey Vallenato en todas las categorías y Rey de Reyes. Juan José Granados Rey Vallenato en la categoría profesional, Eudes, quien falleció en accidente aéreo con Juancho Roys, era afinador de acordeones, arte que también ejerce Ovidio Júnior. Instrumentos que al decir de algunos las “resucitan”.

La madrugada se tornó plena de alegría. No fue tan fácil lograr el triunfo por la calidad de los contendores. En la edición número 40 del Festival de la Leyenda Vallenato, Hugo Carlos asumió con la seguridad que da la disciplina y la tradición de los ancestros, desde muy niño, como su bisabuelo, abuelo y su padre, aprendió a tocar el acordeón solo, a escondidas, oyéndolos a hurtadillas. A la manera de los grandes juglares, entrenar era su mejor recreo, reto que ya venía preparando año tras año, cuyo estilo como él lo afirma sigue la escuela de su padre Ovidio Granados, en combinación con el de Luis Enrique Martínez, Nicolás-Colacho-Mendoza y Juancho Roys.
Fue un concierto para la historia. Retumbaban los cuatro aires musicales: merengue, puya, son y paseo interpretados con la versatilidad propia de quien domina su arte, la nota alegre y segura, “no peló una.” Desciende de una familia donde la música es una forma de vida. De las canciones que interpretó mencionamos: “El vicio no me domina“(merengue) “Las mujeres” (Paseo), de Isaac Carrillo, “Mujer incomprensiva” (son) de Adaulfo Herrera. La sensación fue la “Puya Rebelde” de Alfredo Gutiérrez. Había escuchado los consejos de su padre Ovidio: darle un ritmo más lento. Su éxito va de la mano con la interpretación de las cadencias tradicionales.
Es el estilo que siempre ha cultivado, el que evidenció en su participación por el galardón, que hasta ahora sólo lo habían obtenido dos leyendas del acordeón: ‘Colacho’ Mendoza y ‘El Cocha’ Molina en un histórico abril de 2007. Al conocer el fallo a su favor, salió a recibirlo con una camiseta que decía “gracias a Dios”. Cuando expresa su agradecimiento, dijo “Yo lo que tengo que decir de ahora en adelante lo digo con el acordeón”. Sensible, sentimentalista no faltaron las lágrimas. Lloré en dos oportunidades: momentos antes de ser declarado rey cuando mi hermano me felicitó y al confirmar la noticia por parte de la Fundación. No fue fácil la competencia al lado de Harold Rivera, quien ocupó el segundo lugar, José María Chema Ramos, tercer puesto y Álvaro Meza Reales, cuarto puesto. Con Jorge Celedón el gran ídolo de la canción vallenata, el recién declarado “Rey de reyes” Hugo Carlos Granados ejecutó la primera canción.

Con la corona dorada y roja sobre su cabeza, respondía con amabilidad, sin mostrar el cansancio del duro pique con importantes contrincantes, incansable y con el buen humor y sencillez que lo caracterizan, atendió las interminables entrevistas de los periodistas, en las que con insistencia repetía que dedicaba este premio a Dios y a su familia. Triunfo que le sirvió para rendir tributo a su hermano Eudes Granados, quien falleció en el fatídico accidente aéreo con Juancho Roys en 1994

Con serenidad , concentración y disciplina es el único rey en todas las categorías, demostrandole al mundo vallenato lo que se ha aprendido.
Treinta años al rescate de lo nuestro en honor a su padre. No es de extrañar, al ser hijo de Ovidio Granados, que quedó en cuatro ocasiones a punto de hacerse con la corona, siendo su participación más importante la de 1968, en el primer festival, perdiendo ante Alejandro Durán. Granados es conocido como uno de los acordeoneros más técnicos y talentosos de la historia, y por lo tanto, también uno de las personas más respetadas en el mundo vallenato.
BLOG DE LA AUTORA: Giomar Lucía Guerra Bonilla