Por: Jorge Naím Ruíz. El Pilón
Finalizado el reality de Caracol TV “Yo me llamo”, podemos reafirmar dos conclusiones importantes: La primera, que el vallenato es la música favorita de la mayoría de colombianos, y la segunda, que Rafael Orozco fue uno de los artistas de todos los tiempos, que más se metió en el corazón de sus compatriotas.
Debo confesar que, para mí, quien encarnaba a Rafa, Jorge Martínez Fonseca, ese muchacho nacido en San Roque, Municipio de Curumaní, a escasos treinta minutos de mi pueblo, en las primeras rondas del concurso no estaba entre los favoritos a llevarse el premio mayor; sin embargo, de forma paulatina y consistente fue ganándose el respeto y aprecio tanto del jurado, como del público televidente.
No quiero que piensen que con estas afirmaciones pretendo demeritar el trabajo y la calidad de cantante de Jorge Martínez; todo lo contrario, me enorgullece y celebro que este hombre levantado a pulso y con miles de sacrificios como la mayoría de la gente de mi región, obtenga ese gran triunfo y que se le abran las puertas para bien de él y su familia; por eso debemos agradecerle a Caracol Televisión, así muchos envidiosos y suspicaces tejan ahora toda clase de hipótesis y malintencionadas conjeturas.
Afortunadamente, el formato del programa le otorga el poder de elegir el ganador al pueblo, y, como dice el adagio popular, la voz del pueblo es la voz de Dios; entonces, no fue un jurado manipulado, ni parcializado el que decidió que la mejor imitación era la de un vallenato a otro vallenato o más exactamente de un sanroquero a un becerrilero, ambos oriundos de mi hermoso departamento del Cesar.
Las especulaciones, rumores y chismes que se ventilan una vez terminado el concurso, no son sino eso, porque independientemente del interés comercial, que, como es lógico, puede tener una empresa como Caracol en hacer una novela sobre la vida de Rafael Orozco o en producir programas o trabajos musicales con el artista ganador, lo que queda totalmente claro es el beneficio particular que recibe un artista a quien tal vez de otra manera le hubiese sido mucho más difícil obtener, y el beneplácito general para la música vallenata, a la que, aun encontrándonos en momentos de crisis, el pueblo colombiano le reitera su aprecio y preferencia.
En días pasados el acordeonero Juan Mario de la Espriella se quejaba en un escrito, de cómo muchos medios y periodistas que se habían lucrado y enriquecido a costa del vallenato ahora estuvieran dándole la espalda, e invitaba a artistas y folcloristas para hacer causa común en pro de rescatar los espacios perdidos recientemente.
Hoy, cuando veo que sale victorioso un vallenato del horario estelar del canal Caracol en el programa con mayor sintonía de la televisión Colombiana, y lo reemplaza en el prime time el cantante Vallenato más carismático y con mayor acogida y ventas en todo el País, tengo que concluir que los altibajos normales que afrontamos no hacen mella suficiente como para ser objeto de preocupación en nuestro medio.
Casi veinte años después de la trágica muerte de Rafael Orozco, un humilde imitador pueblerino nos ha hecho revivir el sentimiento de homenajear póstumamente al cantante que vistió de frac al vallenato y que sigue vivo en el corazón de los colombianos; por eso celebro que Jorge Martínez esté pensando en producir un trabajo musical cantando las canciones de Rafa o reviviendo su estilo con repertorio inédito, en cualquiera de los eventos será bienvenido porque definitivamente el pueblo quiere sentir nuevamente el romanticismo, la cadencia y afinación con la que cantaba el hijo de Becerril.
También con un grupo de amigos estamos pensando seriamente en realizar la VI versión del Festival Vallenato Rafael Orozco en Bogotá, cuya última entrega se hizo en el año 1996, porque con el resultado de Yo me llamo, el pueblo lo ha pedido.
COLOFÓN: Me contaron, me dijeron, que en el Valle se sigue escuchando el Terremoto de Martín Elías y Rolando Ochoa como si tuviese un mes de haber salido al mercado y que aún compite de tú a tú con producciones recientes. ¡Todavía hay quienes dudan que ese es el Cd del año!
El próximo viernes con el favor de Dios cojo carretera y si el invierno no me para, me detendrán en La Loma.
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