Londres, (PL) El escritor más popular de la Inglaterra victoriana, Charles Dickens (1812-1870), vuelve a ser noticia hoy a 200 años de su natalicio.
Esta vez sus personajes no llegaron a través de las esperadas obras escritas por encargo en el siglo XIX, y que sus seguidores solían leer en los folletines, sino por intermedio de Google, el buscador más visitado de Internet.
La transformación de la portada de este portal, uno de los homenajes que el mundo le rindió al afamado escritor inglés, trata de reproducir -en tonos sepias y con distintos dibujos- la bondad y las desigualdades sociales, características de los personajes de novelas como Oliver Twist, David Copperfield, Cuento de navidad y Grandes esperanzas.
Más de 800 artículos publicados digitalmente en el Reino Unido, y poco más de un millón en internet asociados a una búsqueda por su nombre, dicen mucho de la vigencia de su obra, reflejo de los problemas financieros, migratorios, educacionales, políticos y sociales de su época, pero no muy ajenos a los británicos de hoy.
Nadie como Dickens, quien conoció y vivió los rigores de la pobreza en las calles de Bayham, para «exhibir al mundo más verdades sociales y políticas que las que eran pronunciadas por políticos profesionales, publicistas y moralistas juntos», sentenció Karl Marx.
Si Dickens viviera hoy, escribiría sobre las protestas anticapitalistas, los escándalos y problemas que sacuden al Reino Unido, afirmó a la prensa el actor Simon Callow, conocido por su interpretación en Shakespeare enamorado, y quien recordó que el autor de Tiempos difíciles fue ante todo periodista.
Flores que adornaron la sencilla lápida, y la lectura de algunos de sus textos en la Abadía de Westminster, lugar donde descansan los restos de Dickens, caracterizaron la íntima ceremonia que dio inicio a las celebraciones oficiales por el bicentenario de su natalicio.
Exposiciones, reediciones de libros, biografías, novelas inspiradas en sus obras y nuevas adaptaciones para la televisión, marcarán los homenajes durante el 2012 de quien firmara sus primeras crónicas bajo el pseudónimo de Boz.
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