De lejos se veía ondeando la sagrada Whipala. De sur a norte, de este a oeste, la bandera multicolor de nuestros pueblos originarios, que representa “las culturas de los Andes amazónicos y altiplánicos”, sobresalió en el desfile folclórico de la 44.
Y detrás de la bandera unas imponentes cacicas Gaitanas, representadas por zanqueros que, a más de 3 metros de altura, se encargaron de recordar ayer a la heroína que luchó contra los españoles en la conquista.
Son Los Tijeretos, de Mercaderes, Cauca, quienes reivindican la causa indígena a través del folclor, del goce, del baile y la música. Son un grupo de alrededor de 25 jóvenes que atravesaron Colombia, en un viaje de 36 horas en bus, para no perderse el Carnaval de Barranquilla.
En 2010 fueron galardonados con el premio al mejor grupo de zanqueros del país. José Gómez, párroco de Mercaderes, quien acompaño a los zanqueros en su viaje, contó que a través del arte mantienen a los jóvenes fuera del conflicto interno armado.
De Floridablanca, Santander, 40 adultos mayores, que pese a haber viajado 12 horas en bus, desbordaron energía por toda la 44, contagiando al pueblo con su alegría.
Llevan ocho años asistiendo al Carnaval de Barranquilla y hoy participaran en la Gran Parada. Ludwig Eslava, director del grupo, manifestó que como esta fiesta no hay otra. Con un “en Barranquilla me quedo” se despidió.
Otro grupo que se robó los aplausos fue el de Los Gusanos de Zapayán, Magdalena. Sus integrantes viajaron en johnson hasta Calamar, Bolívar. De allí cogieron un bus que los trajo hasta la capital del Atlántico. Sincronía pura caracteriza a este inmenso gusano fosforescente, compuesto por 30 muchachos, que arrancaba aplausos del pueblo barranquillero que se maravilló con su zigzagueo.
Así, Colombia estuvo presente en la Batalla del Recuerdo de la 44, que se la gozó el pueblo barranquillero.



Por Samuel A. Losada Iriarte/El Heraldo

