Eduardo Dangond Castro

Informaciones de alta fidelidad dan cuenta que la ruptura de SHAKIRA, con ANTONIO DE LA RUA, se inició en Barranquilla con ocasión del affaire del argentino con una Vallenata. En las primeras diferencias de la pareja, la responsabilidad recae en la personalidad picaresca de nuestro folclorista PONCHO ZULETA, quién fue invitado  al concierto de Shakira, en beneficio de su Fundación PIEZ DESCALZOS. Poncho Zuleta, quien es ampliamente conocido por su natural picardía, se percató de la proclividad de Antonio de la Rua, por su placer exquisito por  el alcohol y por las beldades de esta tierra e inmediatamente lo invito a quedarse para una fiesta organizada por él mismo y a  pernoctar en Barranquilla; a pesar de que Shakira y su grupo se devolvería inmediatamente al terminar  su concierto, el argentino aceptó la invitación de Poncho bajo la promesa de presentarle una bella modelo vallenata  mas joven y hermosa que Shakira. La cantante rockera se devolvió a regañadientes  y solitaria esa noche. Esta decisión de Antonio de la Rúa a Shakira  fue el florero de Llorente para el inicio de sus primeras desavenencias. Así, se celebró la noche de parranda entre -el folclorista, premio Grammy, uno de los  cantante más exitoso de Colombia- Poncho Zuleta y uno de los empresarios de conciertos mas importantes de Latinoamérica: Antonio de la Rúa. La noche del concierto en Barranquilla, cuentan los asistentes que siendo las 3.a.m Antonio de la Rúa ya en el sitio de la parranda y la Bohemia, le recordó a Poncho la promesa de la Hermosa Vallenata y Poncho ante tamaño compromiso mayúsculo en el que se había envuelto en su alicoramiento y con el ánimo de complacer a su especial invitado, tomó su celular y en el ítem de buscar contactos, le apareció de repente el nombre de su amiga Marta, la mujer vallenata, residente al frente del Club Valledupar, de torneadas piernas, de singular exquisitez y experta en culinaria Vallenata. No dudó ni un instante, e inmediatamente, marcó vía celular a las 3:15 de la mañana a la agraciada Vallenata y le comentó que estaba a su lado, Antonio de la Rúa que le iba a hablar, por el motivo que estaba muy entusiasmado con ella ante los encantos de su personalidad, comentada previamente por Poncho Zuleta. Al sentir el acento argentino la beldad Vallenata no atinó a creer la realidad de lo que acontecía  y le contesto: vee mijito, allá habla Antonio de la Rúa? … ¡y aquí habla una Reina de Colombia ¡ Y le colgó en forma de desplante el teléfono al importante empresario. Ante tal contestación, negativa y aires de superioridad e importancia de la beldad vallenata,  Antonio de la Rúa, le  afirmaba a Poncho que ninguna mujer con anterioridad le había realizado un desplante de esa naturaleza. Que debería ser una mujer muy hermosa e importante. Poncho volvía a exaltar sus condiciones físicas de la mujer cesarense, con múltiples encantos y Antonio De la Rúa le insistía a PONCHO en conocerla y enviarle el jet privado para disfrutar la siguiente noche con ella. El jet privado llegó temprano, pero a buscar a Antonio de la Rúa  ante la presión de Shakira para que retornara a su domicilio en USA. De la Rúa no pudo esquivar por más tiempo  a su consorte y se vio obligado a tomar el avión de regreso. En las primeras horas de la mañana siguiente, la beldad Vallenata llamó a Poncho Zuleta, para solicitarle encarecidamente que esas bromas tan pesadas no se las repitiera y que la dejara dormir; pero, cuando Mamina y Chichi y le confirmaron la realidad de lo acontecido en torno a Antonio de la Rúa, y que ¡todo había sido cierto¡ Marta, sufrió una arritmia cardíaca y un bajón de bilirrubina, que hubo necesidad de trasladarla a la clínica. ¡Había sido la primera mujer que había rechazado una invitación de Antonio de la Rúa¡ Luego , de la recuperación de salud de Marta, continúa ejerciendo sus labores de experta en culinaria, en el mejor restaurante de Valledupar, como propietaria de éste: Carnes de BOLO, en el cual se degusta un inmejorable chicharrón vallenato y una carne magra y ecológica que deleita a nativos y visitantes. Éste Restaurante es hoy, un ejemplo del empuje vallenato y la confianza en nuestra propia culinaria.

COLOFÓN. Valledupar perdió al no alcanzar en tener a Antonio de la Rúa como vallenato adoptivo; Marta, desperdició su príncipe azul; pero, a cambio de lo anterior, los vallenatos ganamos un gran restaurante.

EDUARDO DANGOND CASTRO