Washington, 16 may (PL) El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner, entraron hoy en desacuerdo respecto al aumento del límite de la deuda, durante un encuentro en la Casa Blanca.

Obama advirtió a la bancada republicana en el Congreso que no tolerará una repetición de la crisis de agosto pasado, ante los reclamos de la oposición a generar más recortes a programas sociales.

El presidente participó en un almuerzo, junto a los principales líderes republicanos y demócratas del Senado y la Cámara de Representantes, donde se discutieron temas referentes a la recuperación económica, la creación de empleos, y la agilización de medidas que ayuden a incentivar la pequeña empresa.

Por su parte, el legislador republicano John Boehner se opuso a la propuesta de Obama, afirmando que mientras esté al frente de la Cámara no se aprobará un aumento del techo de la deuda sin antes recortar en otros gastos fiscales.

Al término del encuentro en la Casa Blanca, el secretario de Prensa, Jay Carney, comentó que el mandatario no admitirá una réplica de la discusión de la deuda como la del año pasado, que condujo a un callejón sin salida y a la degradación de la calificación crediticia de Estados Unidos.

Carney subrayó que Obama hizo hincapié en la necesidad de evitar una nueva lucha contra viejas políticas en el Congreso y que se debe actuar para evitar que las tasas de interés de los préstamos estudiantiles se dupliquen a partir de julio próximo.

«El presidente dejó claro que se negará a permitir una repetición de la violencia autoinfligida por la crisis política del verano pasado, que erosionó la confianza y afectó la economía estadounidense», enfatizó el secretario de Prensa.

Las reducciones de impuestos promulgadas por el expresidente George W. Bush caducarán el próximo 31 de diciembre y los recortes obligatorios de gastos están programados para comenzar en 2013.

El Congreso reiniciará en diciembre los debates acerca de otra prórroga de los recortes de impuestos, los subsidios de desempleo, el aumento del techo de la deuda, y mayores reducciones del gasto fiscal.

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