La ruta silletera es como ir al paraíso
En doce fincas de Santa Elena se realiza este programa, que muestra toda la belleza de los cultivos de flores.
Por GUSTAVO OSPINA ZAPATA | Publicado el 4 de agosto de 2012
De niño me hablaron del paraíso, y así lo imaginé: como un jardín multicolor con flores, huertos, pájaros volando de un lado a otro, el sol radiante y siempre soplando un viento fresco.
Así tal cual se ve una finca silletera. Y así tal cual es la de José Ángel Zapata, un silletero de tradición, como todos los de Santa Elena, amable y cordial, igual que cada habitante de este corregimiento.
Ubicada en la vereda El Barro, sector El Rosario, este predio es una muestra en pequeño del edén, un espacio ideal para extasiarse con la vida.
Nadie que no conozca esta región imaginaría que a 300 metros de la carretera que une a las veredas se encuentra un escenario de semejante colorido natural.
La finca de José se llama El Pensamiento y es una de las doce de la ruta silletera que hay en esta zona del oriente de Medellín, todas modelo de organización, belleza y buen cuidado de las flores.
Para bautizar su predio, José tomó el nombre de una variedad que crece silvestre en Santa Elena y que tiene infinidad de gamas: los pensamientos.
“Es una de las flores nativas más bonitas”, apunta José Ángel, un hombre de tez morena, impecablemente vestido a la manera típica de la zona y que exhibe todo el garbo del silletero que sabe la importancia y el valor cultural que ha adquirido el oficio.
Parecen mariposas…
Cuando se llega a cualquiera de las fincas silleteras -todas son similares-, el estado del corazón cambia.
Ya de por sí, al andar por las veredas se experimenta una sensación de paz. No en vano, muchos profesionales han instalado allí sus fincas de descanso y otros, amantes de la belleza y la tranquilidad, han tomado esta zona como refugio para vivir. ¡Bienaventurados ellos!
Gracias a la Feria de las Flores, Santa Elena, donde nace el tradicional Desfile de Silleteros, se convierte en el epicentro del turismo, pues tanto los habitantes de la región, como los que llegan de otras ciudades y del exterior, incluyen como prioridad la ruta silletera.
La ruta consiste en una visita a alguna de estas fincas, donde a los turistas les hacen un recorrido por el predio, siempre sembrado con las flores nativas: astromelias, pascuitas, dalias, hortensias, cartuchos, gladiolos y pensamientos. Estos últimos, con gamas de colores tan intensos y mágicamente combinados, que siendo flores parecen mariposas.
“Tenemos más de 30 variedades nativas que no pueden faltar en ninguna silleta tradicional”, explica José.
La visita incluye pedagogía sobre el cultivo de flores, una muestra de cómo se elaboran las silletas y un rato de solaz en toldos, donde se desayuna o se almuerza, dependiendo de la hora de la visita, y se disfruta un paisaje exuberante. Las visitas son todo el año, pero en días de feria se intensifican.
“En Santa Elena hay 420 silleteros, entre ellos 20 pioneros, y un semillero de 30 niños y 50 jóvenes para conservar la tradición”, explica Patricia Atehortúa, secretaria de la Corporación de Silleteros de Santa Elena, que trabaja por sus derechos.
Es tan agradable este programa, que todo adiós termina en una promesa de volver. Imposible no querer regresar a un escenario natural tan semejante al paraíso. El Colombiano.com
