Por: Luis Napoleón de Armas P.

El Instituto de Estudios Regionales, ICER, del DANE, en su boletín más reciente titulado “Informe de Coyuntura Económica Regional”, da una serie de indicadores a nivel nacional para los años 2010 y 2011, que nos permiten hacer un análisis comparativo acerca de cómo anda Valledupar en relación con otras ciudades capitales y ante la nación. Hay que comenzar por el IPC, de gran impacto en el bolsillo del consumidor. En 2010 Valledupar fue la ciudad capital más cara del país con un IPC de 4.2 y en 2011 la segunda después de Bucaramanga, empatando con Cúcuta. Esto es entendible por dos razones básicas: 1) el 75% de nuestra canasta familiar viene de afuera; lejos estamos de ser autosuficientes; 2) con el boom de la minería, esta ciudad se ha convertido en esponja y albergue de gentes provenientes de muchas partes del país; esto se refleja en los grupos de gastos como la vivienda, los alimentos y el transporte que en 2011 tuvieron la más alta participación dentro del IPC, a saber, 5.8, 5.9 y 5.2, respectivamente, con mayor participación de los grupos de ingresos medios y bajos en los sectores de alimentos y vivienda. La demanda por vivienda en Valledupar, es una burbuja. En cambio, en el sector de transporte, son los grupos de ingresos altos los que más han afectado el IPC. Esto es preocupante, la gente está destinando el 79.4% de sus gastos a alimentación y vivienda contra 70.7% que se destina en la Nación. Vale resaltar que el sector de la construcción, que ejecuta al sector vivienda, ocupa menos del 8% de los trabajadores. A salud y educación, los vallenatos solo destinan el 2.9% de su canasta. En el mercado laboral los indicadores no son muy halagadores; en 2011 Valledupar fue la única capital que descendió su tasa de ocupación al bajar de 55.2 a 53.8%, ubicándose en el puesto 19 de 24. Sin embargo, la tasa de desocupación fue la octava más baja de ese año; esto significa que el número de desempleados disminuyó. Esto parece contradictorio, pero la tasa de desempleo está relacionada con la población económicamente activa, PEA, mientras que la tasa de ocupación se asocia a la población en edad de trabajar, PET, así que no son complementarias. Por su parte la tasa global de participación, indicador que refleja la presión de la población en edad de trabajar sobre el mercado laboral, PEA, también descendió en 2011 respecto al 2010, debido, tal vez, al aumento de la PET; no olvidemos que Valledupar es una de las ciudades con mayor crecimiento demográfico. Una forma de analizar las fortalezas de un lugar es el movimiento en las cámaras de comercio. Entre 2010 y 2011, en Valledupar se constituyeron 844 empresas de las cuales más del 41% correspondieron a industria y seguros y finanzas; pero se disolvieron 886 de las cuales 30.2% eran de industria y 27% de seguros y finanzas. Esto es, aquí no aparece el apalancamiento industrial dentro de la economía vallenata, generadora de riqueza y empleo. Es lamentable encontrar 79 empresas agropecuarias registradas en los años citados y canceladas 98, y que mientras el valor registrado de las creadas apenas superaba los siete mil millones de pesos el de las liquidadas pasaba de los setenta y siete mil millones de pesos, una pérdida enorme de valor. En los sectores socialestampoco veo como subir al podio; no veo coherencia y continuidad en los planes de desarrollo de cada uno de los alcaldes. Creo que es hora de hacer una reflexión profunda sobre el quehacer en el palacio de la plaza Alfonso López.

Luis Napoleón de Armas P./El Pilón
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