incendio-discoteca-brasil-3Brasilia, 13 feb (PL) La cifra de internados por el incendio en una discoteca en la sureña ciudad de Santa Maria descendió hoy a 46, después de que fueron dados de alta dos jóvenes en hospitales de Porto Alegre.

De ese total, 31 permanecen recluidos en Porto Alegre, la capital de Río Grande do Sul, 12 en Santa Maria, dos en Canoas y uno en Caxias do Sul; la mayoría padece de intoxicación tóxica, confirmó la secretaria de Salud ese territorio.

Un joven que estaba internado en una clínica de Pronto-Socorro de Santa Maria, con profundas quemaduras, fue trasladado la víspera a la capital de ese estado para ser sometido a una operación de cirugía plástica, destacó la fuente.

Hasta el momento, de los 46 lesionados, 10 están con ventilación mecánica y con riesgo de muerte, luego de 17 días del fuego ocurrido en la discoteca Kiss, que causó la muerte 239 personas.

Se trata de la peor tragedia registrada en Brasil en los últimos 50 años que mantiene en luto a esa ciudad, donde las celebraciones por el carnaval fueron suspendidas y las víctimas de este siniestro aguardan por los resultados de las investigaciones.

Las últimas pesquisas de la Policía revelaron que el humo provocado al coger fuego la espuma que cubría el techo de esa instalación demoró apenas cinco minutos para expandirse por todo el local, lo cual propició un elevado número de víctimas.

Esa humareda toxica al ser inhalada causó asfixia y quemaduras en el conducto respiratorio, según médicos de ese territorio.

Hasta el momento continúan en prisión los dos dueños del local e igual número de integrantes de la banda que actuaba en el momento del comienzo del fuego.

Las autoridades informaron que se realizan tres investigaciones independientes con miras a recoger evidencias y determinar a los culpables de este siniestro.

Familiares de las víctimas crearon asimismo una asociación para exigir la condena de los culpables de este trágico hecho y demandar indemnizaciones.

Este incendio generó una ola de fiscalizaciones de locales y establecimientos nocturnos en todo Brasil, con el propósito de verificar las medidas de seguridad y evitar que ocurran otros hechos muy parecidos con saldo de muertos.