rebeca-grynspanPor Pedro Rioseco

Quito, 27 mar (PL) América Latina y el Caribe son de las regiones más inequitativas del planeta, y la inequidad estará muy presente en la próxima agenda mundial de desarrollo, anunció Rebeca Grynspan, Secretaria General Adjunta de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En entrevista exclusiva con Prensa Latina, en ocasión de su participación aquí en la 128 Asamblea de la Unión Interparlamentaria (UIP), la también Administradora Adjunta del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) precisó ese criterio.

Nosotros hemos acuñado una frase en América Latina y es que tenemos que superar la tiranía de los promedios, afirmó Grynspan.

Es una buena frase, comentó la política y economista costarricense, porqué realmente los promedios se usan para todo, pero no reflejan la realidad de los grupos que se han quedado más rezagados en la sociedad, la realidad de los grupos más vulnerables.

Entonces, puntualizó, un país puede cumplir con una de las metas de los Objetivos del Milenio y la mejora estar concentrada en el 20 por ciento de la población, el cual de todas maneras vive mejor.

Realmente, el tema de las inequidades va a estar muy presente, subrayó la funcionaria internacional, porque hay una inequidad vertical que es la distribución del ingreso, pero hay inequidades horizontales, entre grupos.

La de género es una inequidad fundamental que tendrá que enfrentarse con mucha más decisión en el mundo, junto a la de grupos discriminados ya sea por etnias o por raza o por el lugar donde una persona vive, detalló.

En muchos países la gente que vive en áreas retiradas, rurales, que dependen mucho más de los ecosistemas, es mucho más afectada por un cambio climático al cual no han contribuido o por la volatilidad de la economía mundial de la que tampoco son parte, subrayó.

Ambas cosas, en las que no tienen vela en ese entierro, los afectan de manera sobre dimensionada en sus vidas cotidianas, dijo Grynspan citando un refrán popular.

Respecto al tema de la cooperación, una de las áreas de trabajo del PNUD, consideró que «la geometría y la geografía de esa acción internacional ha cambiado, es completamente otra».

Ahora, precisó, no tenemos solo cooperación Norte-Sur, tenemos cooperación Sur-Norte y cooperación Sur-Sur. Tenemos también cooperación triangular, cuadrangular…

Ya no tenemos un donador y alguien que recibe, los países son ambas cosas, dan y reciben al mismo tiempo, y eso ha cambiado totalmente la dinámica de la cooperación internacional, afirmó la alta funcionaria de Naciones Unidas.

Y es así también, acotó, para el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el cual, como decimos en el Informe sobre Desarrollo Humano, más y más las soluciones para el Sur vienen del Sur.

La gente, la ciudadanía y los gobiernos sienten una mayor cercanía a las soluciones que necesitan cuando tienen mucho más en común con ellos mismos y donde además pueden hablar con los actores que las están haciendo suceder, recalcó la funcionaria de Naciones Unidas.

Respecto a Haití, comentó que conoce muy bien a esa nación caribeña, porque estuvo muy involucrada después del terremoto de enero de 2010, y viajó allí por dos años de manera asidua, como parte de la Comisión de Cooperación creada entonces.

Haití es un país que se le incrusta a uno en el corazón, afirmó. «Una expresión que oí cuando llegué a Haití y que me gustaría compartir es que hay un elemento nuevo en la difícil realidad haitiana y es el involucramiento de América Latina en ella», reveló.

Eso no existía en el pasado, recalcó. Fue un elemento que cambió incluso la dinámica de Naciones Unidas, dijo, y citó como ejemplo a la Misión de Estabilización de Naciones Unidas (Minustah), la mayoría de cuyas tropas son de América Latina y son mucho mejor recibidas.

Siempre han querido (las autoridades haitianas) que el jefe de la Minustah sea un latinoamericano, y comentó están ahí (militares de) Venezuela, Ecuador, Brasil, Chile, Uruguay, involucrados en la realidad de Haití, y sintiendo una gran responsabilidad.

En Haití, las decisiones que toma hoy el Consejo de Seguridad de la ONU no las toma sin América Latina. Y eso de verdad ha hecho un cambio, recalcó Grynspan.

De las cosas más esperanzadoras que vi en Haití fue la ayuda cubana y el aprecio del pueblo por los médicos cubanos, expresó.

No hubiéramos podido hacer nada en la respuesta al cólera si no hubiera sido por los médicos cubanos, enfatizó.

Ya antes del terremoto estaba la ayuda médica cubana, más aún, una de las cosas increíbles es que a muchos de los haitianos que estudiaron medicina en Cuba fueron los médicos cubanos quienes los involucraban para ejercer la medicina en Haití, recordó Grynspan.

Porque era tan cerrado el gremio, lamentó. Tenemos estos obstáculos para mejorar la vida de las personas, pero lograron involucrarse a través de los médicos cubanos y es conmovedor ver la simbiosis del pueblo haitiano con el pueblo cubano, enfatizó.