Edwin Vásquez Lambraño se consagró como el Rey de la Piqueria en el Festival de la Leyenda Vallenata. (Foto: Luis Fernando Malagón/VANGUARDIA)
La piqueria contó con la participación de 61 repen-tistas en la Feria Ganadera y la Plaza ‘Alfonso López’.
El destino, vestido de morbo, quiso tenderle la misma trampa de 2012 a Edwin Vásquez Lambraño en la final de piqueria del Festival de la Leyenda Vallenata.
Con la imagen sudorosa del año pasado cuando por el mal sonido no pudo escuchar a sus rivales y por consiguiente sus respuestas fueron desatinadas, el repentista arribó a la tarima ‘Colacho Mendoza’.
Sin embargo antes de abrir su diafragma y ensalzar con su verborragia depurada a los asistentes, una vez más el sonido quiso tomarle del pelo.
Curtido de experiencia entonces Vásquez Lambraño tomó la situación con altura y se dedicó a construir versos épicos para derrotar a su mentor Rubén Ariza.
Vásquez, desarrollado con base en ritmos cubanos, sabía que esta era la única manera de doblegar a su maestro, a quien duró varios meses estudiándole sus virtudes y defectos, porque sabía que en algún momento se lo iba a cruzar.
De hecho sucedió así, tanto que cuando Ariza quiso reaccionar el joven repentista ya tenía en una mano a la afición y en la otra a los jurados.
“Sabía que tenía que hacer algo distinto, por eso cuando entramos a la modalidad de pie forzado hice este verso, el que creo, me dio el triunfo: ‘un artista consagrado, se lo voy hacer saber pa’ que cante con Gustavo, bienvenido Juan Gabriel’
De ahí en adelante Edwin se encaminó directamente hacia la victoria; ni Ariza, ni mucho menos el sonido podían hacer algo para evitar lo que ya estaba decantado.
“Siete años trabajando en este proyecto, dos semifinales y una final. Estoy sorprendido porque todo lo hice relajado y eso me permitió no cometer los errores del pasado”, explicó Vásquez.
No obstante es difícil sintetizar en una frase o en una palabra este logro, que oxigena la categoría más pobre a lo largo del Festival.
Sobre todo porque en medio de la crisis de repentistas, Vásquez apeló a un mecanismo fuera del alcance de cualquier otro competidor para ganar: la investigación.
Y es que el verseador analizó una y mil veces su rendimiento. Luchó siempre por minimizar sus errores y dimensionar sus virtudes. Buscó apoyo en entidades estatales prometiendo alcanzar la corona y ante todo, manejó como un as de espada, el bajo perfil.
“Es cierto, nunca fui favorito, porque para los aficionados el ganador estaba entre Ariza y Alcides Manjarres, debido a que tienen experiencia”, explicó el repentista.
Vásquez pasó la primera ronda en el puesto 23, la segunda en el 21 y se clasificó a la final en el último lugar, razón por la que muchos lo daban como el sparring.
No fue así. El repentista tenía una motivación extra para ganar la modalidad: estaba cumpliendo 32 años.
Al final ganó por primera vez el concurso y entró en la historia del Festival Vallenato. Lo saben todos, incluso hasta el destino, que esta vez salió derrotado.
¿Quién es Vásquez?
Edwin Vásquez, de 32 años, nació en Cáceres, un municipio localizado en la subregión del Bajo Cauca del departamento de Antioquia. No obstante desde niño se radicó en Montería donde actualmente vive.
Padre de un niño, el repentista es además compositor y cantante y tiene un grupo de vallenato, que se abre paso en la sabana colombiana.
El año pasado llegó a la final pero no ganó; antes había sido semifinalistas en dos oportunidades.
La voz del experto: Celso Guerra, periodista y folclorista
“Es un triunfo importante porque oxigena la categoría y permite el recambio generacional en una modalidad que atraviesa por una situación difícil. Al muchacho lo noté bien y me parece justo el triunfo”.
Posiciones
Edwin Vásquez Lambraño: primer lugar.
Rubén Ariza: segundo lugar.
Andrés Barros: tercer lugar.
Amaneció con Rey
Otra modalidad que amaneció con Rey fue la de canción inédita, que esta madrugada disputó la final de la que salió victoriosa la única puya: ‘El cuentito chino’, autoría de Álvaro Pérez Vergara.
En la mañana el jurado calificador adelantó las semifinales, otorgándole la clasificación a cinco obras, cuatro de ellas en el aire de paseo y una en puya.
Estas fueron: ‘Mis nietos’ de Fernando Meneses Romero (segundo lugar), ‘Los versos más bonitos’ de Rosa Margarita Doria Carrascal, ‘El mejor folclor’ de Alfredo Enrique Ariza Celis, ‘Qué más puedo brindar’ de José Jacobo Suárez Meza y la puya de Pérez Vergara.
De estas canciones salió la ganadora, en medio de una competencia que evidenció un crecimiento y capacidad por parte de los compositores.
Publicada por Arnol Murillo/VANGUARDIA
