tabare-vazquezEl ex presidente Tabaré Vázquez participó anoche en el acto del 50 aniversario de la creación del Movimiento Socialista y homenaje a su fundador, Emilio Frugoni.

En una nueva intervención política en menos de una semana, Tabaré Vázquez volvió a lanzar mensajes subliminales que parecen ponerlo ya en la carrera hacia la presidencia. En un pasaje de su discurso, advirtió que “cambio que se detiene, se frustra”. Enseguida agregó que “como los frenteamplistas no somos perfectos y no queremos fallarle al Uruguay, seguiremos adelante, con tolerancia y con respeto, para un Uruguay del futuro, sin exclusiones”.

“El Uruguay es nuestra razón de ser, y en el país aún hay mucho por hacer, y lo haremos, lo haremos” repitió.

Tabaré Vázquez reiteró “la confianza en el proyecto de país en el cual los frenteamplistas trabajamos cotidianamente. En ese proyecto político que es el mejor proyecto que tiene el país para que los uruguayos y uruguayas puedan vivir mejor”. Los ejemplos están a la vista, subrayó.

Sostuvo que los frenteamplistas no creen en modelos perfectos e inmutables, pero “tenemos valores, principios, sensibilidad y compromiso para instrumentar en función de los pronunciamientos y mandatos ciudadanos”.

Vázquez afirmó que si bien “no somos infalibles, cuando prometemos nos comprometemos. Cuando nos equivocamos, lo asumimos, y cuando acertamos también”.

Asimismo reclamó “la responsabilidad unitaria”. “La unidad es la clave de nuestra credibilidad y potencialidad, como herramienta política”, subrayó. Aclaró que la unidad no significa “un coro de unanimidades, ni gritería de disidencias ni silencios sepulcrales”.

Aclaró que la unidad frenteamplista “es la unidad de la diversidad, del diálogo, del debate sobre valores y principios comunes, y mucho respeto”.

Advirtió que quien no lo entienda así, podrá tener carnet de frenteamplista, pero no lo es. “Ser frenteamplista es un testimonio de unidad y respeto a los demás”.

En su discurso recordó una anécdota contada por Manuel Flores Mora en la última etapa de su vida. Según Flores Mora, Frugoni discutía con José Batlle y Ordóñez, y en un momento le dijo “usted nunca será socialista”, a lo que Batlle le respondió, y “usted nunca será gobierno”. Vázquez concluyó que si esa discusión fuera ahora, se darían un abrazo y ambos reconocerían que se equivocaron.

Proyecto político y unidad, no para mostrarla, sino como herramienta para un presente y un futuro mejor para todos, reiteró.

Sostuvo que, “como decía Frugoni, a la patria hay que quererla a través de su pueblo”. Enseguida señaló que en esta patria ya son menos los necesitados, “pero hay muchos que pueden y deben mejorar mucho en inclusión y protección social y derechos”.

“Un país próspero no es el que tiene más ricos, sino el que tiene menos pobres y más igualdad, no solo en términos de posibilidades, sino también de libertades”.

Explicó que podrá decirse que en el país todos somos libres, pero destacó que “también es verdad que no todos somos igualmente libres”.

“No es lo mismo la igualdad que da la afiliación a un club recreativo, que la igualdad de oportunidades en la educación y en el empleo. Lo cierto es que aún son muchos los uruguayos que no pueden acceder a una educación con calidad y consecuentemente a un empleo de calidad”.

“Este es uno de los desafíos que tiene nuestra fuerza política, respaldar la educación de toda nuestra gente en todo momento a la largo de la vida”, enfatizó.

“Hay que igualar la libertad”, añadió.

“Tengo la convicción del pasado que impulsa y del futuro que convoca, de que es necesario igualar la libertad, no solo ciudadanos iguales ante la ley, sino ante la vida”, exclamó.

Señaló que no solo de pan vive el hombre, y explicó que quien supera la pobreza no quiere volver a ella, y tiene una especial sensibilidad a los riesgos e incertidumbre, y además tiene mayor conciencia de sus derechos y desea que los mismos se concreten y “reclaman ser tenidos en cuenta como sujetos, como ciudadanos”.

“Esta posibilidad se la da el mejor proyecto político que tiene el país, el del Frente Amplio”.

“No solo hay que redistribuir riqueza, también hay que redistribuir poder”.

Aseveró que las claves para ello son la igualdad, la justicia, la democracia, y la libertad, valores “no disponibles en los centros comerciales ni adquiribles con tarjetas de crédito”.

Aseguró que es una condición realizable, que requiere tiempo, “un estratégico programa de gobierno, políticas públicas consistentes, serias, fundamentadas, y para ser llevadas adelante con una buena gestión, requieren respeto, reconocimiento, atención y acompañamiento”.

Reiteró que “se dice lo que se piensa, se hace lo que se dice, se honra lo que se compromete”.