Imagen activaBrasilia, 7 ago (PL) El programa gubernamental «Crack, Es Posible Vencer» se aplica hoy en todos los estados de Brasil, tras la incorporación a esta iniciativa de los territorios de Amazonas, Amapá, Maranhao, Tocantins, Rondonia, Roraima y Bahia.
El ministro brasileño de Justicia, José Eduardo Cardozo, destacó la víspera la incorporación de estos estados, con lo cual se extiende por el país un método para enfrentar de manera consensuada un problema que afecta a la sociedad, como son las drogas.
Tras su lanzamiento en diciembre de 2011, los resultados han sido positivos, subrayó Cardozo al señalar que el gobierno federal asigna los recursos y participan varios ministerios con miras a lograr una atención integral a los dependientes de estupefacientes.
Se trata de un trabajo conjunto, de los organismos federales, estados, municipios y las organizaciones de la sociedad para combatir un mal en todas sus formas: con la atención a los adictos y el combate al tráfico y a los grupos criminales y traficantes.
El titular adelantó que el Ejecutivo prevé destinar cuatro mil millones de reales (unos dos mil millones de dólares) en este plan en 2014.
Al referirse a este tema, la ministra de Desarrollo Social y Combate al Hambre, Tereza Campello, llamó la atención sobre la importancia de ofrecer oportunidades a los que pueden librarse de la dependencia del crack y reinsertarlo en la sociedad.
Puntualizó que el ciudadano que cumple con el tratamiento tiene garantizado un futuro mejor.
El Ministerio de Salud anunció asimismo el incremento en 230 millones de reales (unos 100 millones de dólares) de los fondos asignados a los centros de Alcohol y Drogas Psicosocial (CAPS), que se encargan de atender a los adictos y pacientes con trastornos mentales durante 24 horas.
Esta iniciativa tiene el objetivo de aumentar la oferta de tratamiento a los dependientes de narcóticos, enfrentar al tráfico y a las organizaciones criminales y ampliar actividades de prevención.
Según estudios de organismos especializados, la marihuana y la cocaína son las de mayor consumo en Brasil, mientras los estupefacientes sintéticos son adquiridos por un grupo relativamente pequeño, por lo general de las clases media y alta.
