Imagen activaBrasilia, 10 ago (PL) La presunta complicidad de miembros de la principal fuerza de oposición del gobierno brasileño, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB, tucano) en un millonario esquema de corrupción, acaparó la atención esta semana de la ciudadanía.

Según las pesquisas de la Policía Federal, autoridades del estado de Sao Paulo y empresas extranjeras montaron toda una red de corrupción para la adjudicación de contratos ferroviarios en Brasil.

Documentos entregados por la justicia alemana a la brasileña revelan que la compañía germana Siemens pagó unos ocho millones de euros en sobornos a dos representantes de la gobernación del estado de Sao Paulo, para acceder a acuerdos ferroviarios en 2001 en ese territorio.

Siemens pactó con otras cinco empresas (la francesa Alstom, la canadiense Bombardier, la japonesa Mitsui y las españolas Caf y Temoinsa) la repartición de contratos de mantenimiento de los trenes en ese estado.

El pago de estos ilícitos fue entregado a los consultores Arthur Teixeira y Sergio Teixeira, cuyas entidades prestaban servicios a la gobernación de Sao Paulo.

De esa forma, la compañía alemana logró los trabajos con los trenes del modelo S3000, de la Compañía Paulista de Trenes Metropolitanos, mientras el resto de las entidades se distribuirían el contrato para reforma de las máquinas S2100.

El desembolso se realizó a través de dos firmas «offshore», Leraway y Gantown, que transfirieron el dinero a Brasil a través de cuentas en Uruguay, señalaron fuentes judiciales.

Las investigaciones corroboran la presunta participación de influyentes figuras del PSDB, como el exgobernandor José Serra y el actual, Geraldo Alckmin, en la creación de un cartel entre compañías para adjudicarse obras de los metros de Sao Paulo y Brasilia, lo cual generó una superfacturación y un aumento de los pasajes.

Los datos aportados muestran asimismo que la empresa eléctrica francesa Alstom, con oficinas en Sao Paulo, pagó también a servidores públicos del gobierno paulista para viabilizar contratos con la estatal de energía de este estado (EPTE) durante el administración estadual tucana de Mario Covas.

Se estima que la compañía eléctrica obtuvo un crédito sin licitación alguna en el exterior de más de 32 millones de dólares para adquirir equipos del grupo Alstom.

Paralelamente, con la entrega del préstamo se elaboró un plan, ideado por la entidad francesa, para pagar sobornos por 20 millones de dólares a al menos 11 funcionarios públicos paulistas, como premio por la aprobación del acuerdo.

Las revelaciones de la Policía, difundidas por medios de prensa nacionales, indican que este ilícito ocurrió durante el primer semestre de 1998, bajo el gobierno estadual de Covas.