atuesta200Por: José Atuesta Mindiola/El Pilón

 

“El carro se compra pa’ úsalo, no pa’ tenelo guardao”, para andar en él y hacer veinte ó más diligencias diarias, es el enser que más utilizamos hasta tal punto que el común de la gente no nos conoce por ser un famoso abogado, médico prestigioso o triunfador empresario, sino por el carro que por años hemos usado. Así, si pregunto en la calle por el doctor Hermes Pumarejo es casi seguro que la mayoría me dirán que no lo conocen, pero si aclaro que anda en un Nissan Samurái tipo clásico, pero muy bien tenido, color blanco o en una Ford 94 de tal color, que luce nuevecita, no termino de decirlo cuando ya me aclaran: claro, el viejito calvo, ese que ya casi no va a la cuarta a comer pastelitos y arepuela, ese man si es buena gente, es médico partero y es padrino de medio Valle y vive en tal parte.
No pasa lo mismo con quienes cambian de carro anualmente en la gama de elegantes y costosos, pues ocultan su identidad con el cambio y con los vidrios polarizados por cuestión de su seguridad personal tan en crisis en estos momentos. En fin, lean este exabrupto que voy a decir: en un futuro no muy lejano los problemas más crónicos de movilidad no será por los peatones sino por el carro y a él habrá que darle preferencia para resolverlos.
Que vamos a hacer con el carro en esta ciudad donde no se brindan soluciones para su estacionamiento y antes por el contrario se agudiza y agrava el problema del parqueo, pues la señalización que hay en ese sentido es caprichosa y no técnica y merece una transformación total, pero sin estudios dilatorios sino pa’ ya, al igual, como lo dije en la columna anterior de los Pare en toda la ciudad que están instalados también donde al funcionario de turno le ha dado la gana y ahora con la construcción de nuevos edificios se acabaron muchos de los pocos parqueaderos existentes, caso concreto los de la carrera octava entre calles 14 y 16, donde los dueños de establecimientos comerciales están con el agua al cuello, pues nadie les llega a comprar nada y a la pobre ‘Mona’ del Patacón Pisao las deudas la están asfixiando.
El único Alcalde que hizo una obra significativa para tratar de resolver este problema, catalogada de elefante blanco en su momento, fue Johnny Pérez, el Parqueadero Central, hoy insuficiente y me pregunto ¿no será posible hacerle dos ó tres pisos más?
Valdría la pena probar, pero rápido, pa’ ya, pues si se quiere, se puede, sino hasta ahí se llega.
Le he sugerido a varios urbanizadores poderosos que tienen lotes como mandados a hacer en el centro, de calle a calle o de carrera a carrera que construyan un edificio de parqueaderos y casi todos en forma tajante dicen que no, “porque aquí eso es muy barato”, pero eso se puede organizar, se puede arreglar y así dejarle una obra redentora a esta ciudad que les ha dado todo, que ganen unos pesos menos, pero que el pueblo los recuerde con gratitud y mucho cariño.
De no ser así, habrá que caerle al Cementerio Central para la construcción de un inmenso parqueadero que solucione en parte el problema del parqueo y llevar los restos de nuestros seres queridos a los osarios, que por cientos serán construidos en la nueva Catedral