viejitosAntonio Echeverri y Gladys Cardozo son una pareja de esposos que lleva 46 años de vida juntos.
Así lo concluyó un estudio de la Universidad Estatal de Michigan y lo confirmaron expertos barranquilleros.

Gabriel García Márquez escribió en su obra El amor en los tiempos del cólera que “el problema del matrimonio es que se acaba todas las noches después de hacer el amor, y hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno”. El Nobel se refería así a la constancia y entrega que exige la vida marital.

Precisamente fueron estos factores del matrimonio los que impulsaron un estudio realizado por la Universidad Estatal de Michigan, que analizó el comportamiento de 600 parejas de casados, entre los 57 y 85 años de edad.

Al final el estudio concluyó que el 68% de las parejas que mostraba un vinculo estable entre ellas, evidenciaron signos cardiacos estables.

Mientras tanto, el 32% de parejas restantes mantenían en su comportamiento discordias y molestias mutuas, lo que representó síntomas de  hipertensión y taquicardia.

Ante estos hallazgos, la orientadora familiar y coach de parejas Luz María de Palis opina que “cuando la relación es amorosa, la pareja mantiene una tranquilidad emocional única,porque el amor es sanador y eso es beneficioso para la salud del corazón”.

De acuerdo con la orientadora está el cardiólogo barranquillero Rodolfo Vega. “Lo más importante en una relación afectiva es que no exista estrés en ella, que se encuentre basada en la tranquilidad y la estabilidad emocional, porque está comprobado científicamente que el estrés es un factor de riesgo coronario”.

Entre tanto, el artículo de la Universidad Estatal de Michigan afirmó que las mujeres casadas eran quienes mostraban más la predisposición de los síntomas taquicardia e hipertensión, por ello el grupo de expertos en sociología determinó que “el fenómeno es más común en las mujeres, porque la mayoría mostró en el estudio una tendencia a internar sus emociones y sentimientos”.

Dos corazones robustos

Antonio Echeverri, de 75 años de vida, lleva casado 46 de ellos con doña Gladys Cardozo. Ambos son oriundos del interior del país, pero llevan la mitad de su vida viviendo en Barranquilla, una ciudad que según cuentan “los acogió muy bien desde el inicio”.

La unión entre los dos parece ser estable. Aducen que el secreto está en “la tolerancia y el respeto del uno por el otro”, afirma doña Gladys, mientras su esposo habla con admiración de sus hijos.

Ambos aseguran no padecer de ningún problema cardiaco; sin embargo, doña Gladys admite que “a veces me deprimo y lloro sin saber porqué. Los médicos me han recetado medicamentos antidepresivos, pero prefiero no ingerirlos porque en el fondo sé que se trata de cuestiones naturales de la edad”.

Ante esto, Vega argumenta que “la hipótesis que tiene el estudio sobre la disposición de las mujeres  a sufrir de depresiones, por interiorizar sus sentimientos, me parece muy válida porque ellas suelen ser más ansiosas; y a eso hay que agregarle los valores culturales arraigados que poseen como: el machismo y la ausencia de apoyo de la pareja. Simplemente incrementan el hecho de que ellas quieran guardarse todo. Lo que resulta preocupante al final, porque puede atraer problemas cardiacos.

La voz de la experiencia

Aunque la pareja de esposos asegura que lleva un matrimonio estable, también dicen que la vida en pareja no es fácil.

“El matrimonio se basa en el perdón porque no siempre actuamos como debería ser, por eso es importante la tolerancia y el amor del uno hacia el otro para evitar situaciones molestas que puedan desencadenar en rabias innecesarias”, anota el ama de casa.

La orientadora familiar Luz María de Palis confirma lo anterior, diciendo que “en el matrimonio se debe dar y recibir porque esto es lo fundamental en la vida de las parejas, pero hay que reconocer que al momento de dar, se debe entregar todo. Las personas no se pueden entregar a medias, hay que entregarlo todo para poder recibir igualmente todo eso a plenitud”, concluyó la coach.

Recomendaciones

Respetar el espacio de la pareja.
Tolerar las opiniones del otro.
Dialogar todo el tiempo para conocerse.
Realizar actividades juntos o con un grupo de amigos.
Ingeniarse encuentros creativos entre los dos.
Entregar amor sin  medidas.
Salir a cenar juntos.

POR: MARÍA TERESA GUTIÉRREZ C./EL HERALDO