sonrisas_natalli_12Una sonrisa ayuda a fortalecer el sistema inmunológico y favorece la longevidad.

La risa es cuestión de seriedad y de salud. Especialistas hablan sobre los beneficios que obtienen quienes sonríen con frecuencia.

Vamos a reír un poco’ dice la letra de un tema compuesto por el salsero venezolano Perucho Torcat, e interpretado por ‘el cantande de los cantantes’, Héctor Lavoe, en la década de los 70. A esa musical invitación a la risa se suma la que hacen expertos en temas de salud física, mental y emocional, que aseguran que para alcanzar mejor calidad de vida, hay que reír mucho.

Un estudio realizado recientemente por investigadores de la Universidad de California (UCLA) reafirma las múltiples bondades de reír.

En el cerebro, la risa tiene un efecto analgésico. Favorece la producción de endorfinas y encefalinas -neurotransmisores producidos en el sistema nervioso central-, que sirven para modular el dolor, la temperatura corporal, el hambre y las funciones reproductivas.

“Cuando uno está contento, riendo, las catecolaminas –un grupo de sustancias que incluye la adrenalina, noradrenalina y dopamina– circulan mejor en el cerebro y la persona se encuentra en un estado de bienestar”, afirma Silvio Rosales Maldonado, neurocirujano de la Universidad de Costa Rica y la Universidad Federal Fluminense.

Sinónimo de felicidad

En la sociedad, la risa es un indicador de alegría y felicidad. Según Ramón Rojano de la Hoz, psiquiatra de la Universidad de Antioquia, “en todas las culturas hay signos biológicos universales que están asociados a la risa”.

“Efectivamente, la risa de por sí es terapéutica, sobre todo cuando es completamente auténtica. Estamos hablando de la risa que sale del alma, no de aquella que es fingida”, sostiene Rojano, quien recomienda a las personas que sonrían mucho, “porque eso tiene efectos físicos y mentales muy buenos”.

La gente de Barranquilla, una ciudad que se caracteriza por su ambiente alegre y festivo, no difiere de ese pensamiento. Para Luz Daris Vélez, ama de casa de 56 años –simplemente– “el que no ríe, no es feliz”.

Equilibrio general

“Las endorfinas que el cerebro libera cuando nos reímos, nos ayudan a mantener el equilibrio mental y emocional en nuestro organismo”, dice María Pinto Vergara, psicóloga clínica de la Universidad Nacional.

Estas son algunas de las ventajas que se logran con la risa: se elimina el insomnio, se descongestionan las fosas nasales, se estimulan y ejercitan los músculos de la cara –efecto rejuvenecedor–.Además, al reír se fortalece el corazón y disminuye la hipertensión –pues se relajan los músculos lisos de las arterias, que son los causantes de la presión arterial alta–.

Según José Hernández, un jubilado barranquillero de 65 años, “la risa es la mitad de la salud. Si quieres tener salud, tienes que reírte”.

“La risa mejora la capacidad respiratoria. En los riñones, favorece la eliminación de bilis y reduce los niveles de azúcar en la sangre”, puntualiza el neurocirujano Silvio Rosales Maldonado.

Aprender a sonreír.

Hay personas a las que se les dificulta sonreír, como quienes son tímidos o han sufrido alguna clase de abuso.

“Para los extrovertidos, expresar su estado de ánimo es más fácil. Sin embargo, los introvertidos pueden aprender a sonreír también”, dice Rojano de la Hoz.

Algunos evitan sonreír por diversos motivos. “Los tímidos tienden a reprimir su risa con el objetivo de pasar ‘inadvertidos’ y no verse obligados a interactuar con los demás”, afirma Rojano, y recomienda a estas personas que empiecen una terapia individual: reír frente al espejo, viéndose a sí mismos. En el caso de mujeres que laboran en ambientes hostiles –donde son víctimas de acoso sexual–, estas optan por no sonreír para evitar que ese gesto sea mal interpretado.

“La buena noticia es que la gente puede aprender a reírse. En el mundo existen sitios especiales para desarrollar terapias de risa, como la Clínica de la Felicidad, del psicólogo Martin Seligman, en Philadelphia”, dice Rojano.

No solo es cosa de niños.

El mejor ejemplo que los adultos tienen para reír son los niños. “Mientras un adulto promedio ríe de 20 a 30 veces al día, un niño lo hace alrededor de 300 veces”, afirma Rosales Maldonado y agrega que “la risa es un remedio infalible, porque sirve para todo”.

Según Rosales, cuando se experimenta un estado de ánimo con tendencia a la depresión –o en su defecto, se está deprimido–, se es más propenso a la aparición de enfermedades autoinmunes, “porque si uno no está feliz, no tiene reforzado su sistema inmunológico”.

En la Costa Caribe colombiana es común encontrar sonrisas. “La oportunidad de reír está siempre, solo la tienes que aprovechar”, dice Liceth Caballero, estudiante de 19 años que tiene, al igual que la mayoría de barranquilleros, una cara alegre.

POR: CATALINA ROJANO OVALLOS/EL HERALDO