El erotismo entró hoy en el Festival de Cannes con el filme «Sleeping Beauty», ópera prima de la australiana Julia Leigh, inspirado de manera lejana en «Memorias de mis putas tristes», el último libro del escritor colombiano Gabriel García Márquez.

«Sleeping Beauty» será el debut en la dirección de la escritora australiana Julia Leigh que ha llegado a Cannes con la principal baza de una desnuda (literalmente) interpretación de Emily Browning y el aval de Jane Campion como productora, la única mujer que ha conseguido un Palma de Oro en la historia del festival.

La directora se pregunta: «¿Qué diferencia hay entre el voyeur y un simple testigo?», y para la respuesta pasa la pelota al público, en el que busca «una reacción de impacto fuerte» y no le importa «en qué dirección» al empezar ya desde la primera escena, en la que la actriz se somete a una endoscopia real.

«Sleeping Beauty», que nada tiene que ver con el cuento clásico de Perrault, prosigue sus golpes de efecto dando vueltas sobre el concepto de sumisión. «Pero es una sumisión que tiene en su tranquilidad su rasgo más radical», según la directora, que muestra al espectador el incómodo concepto de prostitución inconsciente.

Y es que el desconcertante personaje principal, Lucy, comienza a trabajar como prostituta de lujo con unas curiosas condiciones: se prohíbe la penetración y, sobre todo, ella permanece anestesiada durante todo el acto sexual con sexagenarios millonarios a los que la directora muestra en plena decrepitud física, en general, y genital en particular.

«Físicamente parezco inocente, pero mi personaje no lo es», explicó la actriz, vista en «Sucker Punch», y capaz de ser cándida e inquietante simultáneamente. «Hay algo muy perverso dentro de ella, algo nihilista que le lleva a acercarse al peligro», ha añadido.

Por desgracia, en ese descenso a unos infiernos tan lujosos -con pieles de porcelana y monólogos filosóficos entre trabajo y trabajo- aunque Leigh salpica su película con un alto índice de secuencias sugerentes, la realizadora no consigue un conjunto que acabe de tener un rumbo definido, lo que le ha granjeado no pocas críticas. EFE