En la vía San Pelayo – Lorica, frente a la hacienda San Pascual, queda la entrada a un pintoresco pueblo de Córdoba, llamado legendariamente Culito.
El nombre es indiscreto pero su gente campesina es benévola, dulce y especialmente asequible. Pertenece al corregimiento Abrojal, municipio de Cotorra, ubicado a 44 kilómetros de Montería.
La vereda tiene cerca de 300 habitantes, el 60% de ellos niños, según lo relata Emma Rodiño, actual presidenta de la Junta de Acción Comunal.
Los pobladores de este caserío con nombre soez mantienen una controversia, desde hace aproximadamente tres años, porque hay quienes quieren que sea llamado: Nuevo Oriente.
Yenis Galeano relata, mientras compra en una tienda del pueblo, que diariamente protagoniza una discusión con quienes le llaman Culito a su poblado.
“Más que todo con los choferes de bus, cuando uno les pide la parada en Nuevo Oriente o en El 22, como también le llamamos, ellos dicen: ‘te voy a dejar en Culito”, explica disgustada la mujer.
En cambio, Marcos Rodiño Petro, un nativo de 72 años de edad, dice que el nombre debe permanecer porque así se le ha identificado siempre.
Recordó que, de acuerdo con un relato que le hizo Isaías De Hoyos, el pueblo se llama así porque a comienzos del siglo XX, ante la falta de agua potable, las mujeres salían a bañarse juntas y desnudas, cada mañana, en un pozo al que los hombres de la comarca, en su mayoría campesinos y ordeñadores, denominaron Culito.
“El pozo fue bautizado así, y entonces al pueblo le llamaron de la misma manera, aunque no es del todo descabellado que le digan Nuevo Oriente”, precisó el veterano Marcos Rodiño.
Entre risas recuerda que lo complicado para él era cuando le tocaba contratar un vehículo público para que lo llevara a su pueblo. “Le decía al conductor que me llevara a Culito y muchos se impresionaban. Entonces, para no complicarme les decía: entramos por Abrojal y después me acercas a un pueblo que está cerca”, rememoró.
Para Isidora Ramos, de 27 años, el nombre no es motivo de complicaciones.“Cuando yo llegué aquí ya el nombre estaba puesto. Eso es lo de menos”, opina sin ningún tipo de prejuicio.
En el poblado aún viven algunos de los primeros habitantes, de la época en que las mujeres se bañaban. Ellos son: Urbano De Hoyo, Daniel Espitia, Horacio Cuello, Francisco Flórez, Antonio De Hoyos, Juan Antonio Galeano, Blanca Bello y María Cogollo.
Con servicios públicos
En medio de la polémica, lo cierto es que a Culito no le ha ido mal. Su única vía aunque no está pavimentada, permanece en buen estado. Cuenta con gas natural y agua potable, aunque las quejas por el servicio de energía son permanentes por la inestabilidad del mismo.
El centro de salud más cercano queda en el corregimiento Los Gómez. Allí la atención es oportuna y no falta el ibuprofeno en las recetas de los pacientes.
“De servicios públicos estamos regular, ahora lo importante es cambiarle el nombre”: insiste Emma Rodiño.
Por Eduardo García/El Heraldo

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