Beijing, 22 feb (PL) Científicos chinos lograron mediante un sensor implantado en el cerebro de un mono que éste utilizara su mente para articular un brazo mecánico, lo cual abre grandes esperanzas para pacientes con graves problemas motores.

La tecnología denominada Interfaz Cerebro-Máquina, conocida como BMI, por sus siglas en inglés, es una verdadera bendición para las personas que sufren parálisis, de acuerdo con Zheng Xiaoxiang, quien encabeza el grupo de investigación, de la Universidad de Zhejiang.

Zheng precisó que se trata del último avance en ese campo, con un futuro promisorio también para el desarrollo de extremidades artificiales de precisión.

Mediante esta técnica se crea un modelo de biorreacción y se logra descifrar el código del cerebro, añadió.

El sensor, de tamaño un poco inferior a una tecla de computadora, se implantó en el cráneo de un mono llamado Jianhui y luego los expertos grabaron los movimientos.

Su funcionamiento es como una red, explican, ya que contiene 200 electrodos cada uno conectado a una neurona motora y transfiere las señales de éstas a un ordenador programado, el cual analiza los datos y envía señales a un brazo mecánico, que ejecuta las órdenes.

De acuerdo con los resultados del experimento, las mismas acciones que hacía el animal con sus brazos las realizaba el brazo mecánico, situado a medio metro de distancia.

Para mover una mano hay que activar más de 10 mil neuronas, explicó Zheng, quien junto a su equipo logró descifrar parte de esa operación, con la ayuda de las 200 neuronas, lo que supone un gran paso hacia el objetivo de ayudar a los enfermos con defectos motores.

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