Bogotá, 23 jul (PL) Con la apertura de una mesa de concertación de alto nivel, líderes indígenas del Cauca y representantes del gobierno colombiano entablarán hoy un diálogo en pos de la solución negociada de un conflicto agudizado últimamente en esa región del suroeste del país.
Las conversaciones transcurrirán en Santander de Quilichao, una importante franja del norte caucano. La etnia nasa acudirá a la reunión con tres premisas que declaró inamovibles.
La primera de ellas: ejercer la soberanía y el control territorial de su zona, de acuerdo con las normas del Derecho Internacional Humanitario.
En segundo lugar, exigir a la Fiscalía que se abstenga de judicializar a quienes participan en las acciones de dominio territorial; y en tercero instar al gobierno que se abstenga de calificar a sus comunidades de aliadas de los grupos armados ilegales.
El conflicto, de hondas raíces históricas, estalló el pasado 11 de julio cuando los nasas desalojaron del cerro Alto Berlín -un sitio sagrado para ellos- a soldados acantonados en una base militar desde la cual custodiaban, en las inmediaciones del municipio de Toribío, una torre de comunicaciones .
Tomado de nuevo el cerro, un día después por tropas del ejército -tras un enfrentamiento en que mediaron gases lacrimógenos y disparos-, los nasas se declararon en resistencia pacífica y, armados de sus bastones de mando, acordonaron los alrededores con miembros de su guardia indígena.
Luego recuperaron los restos del avión Supertucano, de fabricación brasileña, que cayó a tierra mientras sobrevolaba la zona, en rondas previas al viaje del presidente Juan Manuel Santos a Toribío, para encabezar una reunión extraordinaria del Consejo de Ministros.
El Supertucano se estrelló y sus dos tripulantes murieron.
La acción, reivindicada por la guerrilla en un comunicado oficial, fue rechazada, a su vez, por el Gobierno que reclamó a los nasas la caja negra de la aeronave recobrada, junto con «la mayor parte de los restos de la avioneta, dispersos», en una minga de descontaminaciñon y limpieza.
Entregada la víspera a una comisión integrada por la Defensoría del Pueblo y el Alto Comisionado de la ONU en Colombia, el camino hacia el diálogo comenzó a despejarse.
Aunque en las conversaciones de hoy no participará el ministro del Interior, Fernando Renjifo, como lo reclamaron los nasas, el titular estará mañana en una segunda mesa extraordinaria sobre los Derechos Humanos Indígenas, con sede en Bogotá.
En representación del gobierno asistirá el alto consejero presidencial para Asuntos Políticos, Aurelio Iragorri, quien considera inamovible la presencia de la fuerza pública en el Cauca.
En calidad de garantes estarán el máximo representante de la Defensoría del Pueblo, Volmar Pérez, y el coordinador residente del Sistema de las Naciones Unidas en Colombia, Bruno Moro, quienes a juicio de especialistas serán claves en lo que definen como un pulso de fuerzas.
Hay consenso en que el diálogo es la única solución viable para el conflicto del Cauca, en pos de una paz negociada que cimente las bases de la legitimidad indígena, «víctima del abandono social, la pobreza y la ausencia histórica del Estado».
