Por: Gustavo Rodríguez Gómez*
Dos hechos –aparentemente disímiles, en el acaecer cotidiano de dos naciones con un pasado histórico que las une– han coincidido.
En Perú, los hijos de Alberto Fujimori piden el indulto para su condena de 25 años, tras su abominable dictadura (¿pleonasmo?), cuando arrasó con los derechos humanos de todos aquellos que se le oponían. Según el médico Alejandro Aguinaga, amigo personal y copartidario del ex dictador, “Su estado de salud es complicado, porque presenta una serie de patologías relacionadas con problemas circulatorios y con las lesiones en la boca, que han requerido intervención quirúrgica en cuatro ocasiones.”
Como quiera que Fujimori no purga condena en una cárcel de condiciones infrahumanas como las que usaron él y sus esbirros para castigar a sus opositores, no es creíble que la libertad mejore su salud. Sin embargo, como los dictadores son amigos de las mentiras, pues una más no es desplome en su conducta atrabiliaria. Y, ahora, sus hijos pretenden hacer creer que no ha pasado nada y exigen el indulto.
En Colombia, Uribe –dictador él también– lanza un libro cargado de mentiras sobre sus –para Colombia– lamentables ocho años de gobierno. En el libro insiste en la falacia de su buena administración y aprovecha el espacio para despotricar de Santos, que se le salió del rebaño.
Entre otras, hay perlas sobre la paz –esa pobre paz, que aún no ha llegado y ya la están satanizando sus enemigos– y reitera que lo de Ralito no fue igual a lo del Caguán. Con toda seguridad, Uribe se inspiró en Joseph Goebbels (1897-1945), ministro de propaganda del gobierno de Adolfo Hitler en la Alemania nazi…
El “Decálogo” del engaño, escrito por el alemán Goebbels, parece haber inspirado al colombiano Uribe (Los ejemplos pertenecen al acervo de este último).
Principio de simplificación: Adoptar una única idea, un único símbolo. Ej.: Los bandidos.
Principio de contagio. Reunir a los adversarios en una sola categoría. Ej.: Los narcoterroristas y sus auxiliadores.
Principio de transposición. El adversario es el culpable de todos los errores o defectos. Ej.: Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que distraigan.
Principio de exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que sea, en amenaza grave. Ej.: Fue explotada en forma controlada una carretilla bomba.
Principio de vulgarización. Toda propaganda debe ser popular. Cuanto menos inteligente y más grande sea la masa a convencer, el esfuerzo mental a realizar es menor. Ej.: Los problemas de Colombia se resuelven solamente a través del triángulo: seguridad democrática, confianza inversionista, cohesión social.
Principio de orquestación. La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas, que se repitan incesantemente. Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad. Ej.: Seguridad es democracia, seguridad es democracia, seguridad es democracia…
Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos para que cuando el adversario responda, el público esté ya interesado en otra cosa. Ej.: En Colombia cada día trae su propio escándalo, luego ya nada debe escandalizar.
Principio de verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de informaciones fragmentarias. .Ej.: Los computadores de los guerrilleros abatidos, las interceptaciones ilegales de los organismos de seguridad, los testimonios de los paramilitares presos, las delaciones pagadas a los ciudadanos, son las fuentes fidedignas de las acusaciones del gobierno a sus detractores.
Principio de silenciamiento. Acallar sobre las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario. Ej.: Los negocios turbios de los hijos del Presidente ya pasaron al olvido. El programa de Agro Ingreso Seguro fue correcto y transparente.
Principio de transfusión. Por regla general la propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente; ya sea una mitología nacional o un complejo de prejuicios y odios tradicionales; o sea argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
Ej.: Los narcoterroristas y los opositores son ateos, antipatriotas, comunistas, abortistas, viciosos. Es un deber exterminarlos.
Principio de unanimidad. Llegar a convencer a la gente que todos piensan igual. Ej.: Todos los colombianos de bien apoyaron a Uribe.

