Bogotá, 5 ene (PL) El presidente de la Asamblea Departamental de San Andrés, Jorge Méndez, reclamó al gobierno colombiano una ayuda real para poner fin a la pobreza y hacinamiento en que vive gran parte de los habitantes de ese archipiélago.

La situación ha llegado a niveles casi incontrolables, dijo. Es preciso aplicar las políticas diseñadas a todos los sectores poblacionales, cuyas necesidades no son calculadas en cifras reales por el gobierno, a la hora de trazar los proyectos de desarrollo social, añadió.

Diputado por el Partido Cambio Radical, Méndez señaló que los sandresanos no luchan para vivir, sino para sobrevivir cada día.

La miseria, el hambre y la desesperanza circulan para las calles y callejones de la isla, y las autoridades estatales no se han querido dar cuenta, subrayó.

Sostuvo que San Andrés está llegando a tal punto de miseria y descomposición social que es posible ver hoy a niños y adultos mayores en la calle -o en los sitios de expendio de comida-, rebuscando en los depósitos de basura las frutas menos podridas para comerlas.

Según el dirigente político, la pobreza absoluta ha llegado a niveles casi incontrolables en el archipiélago. Frente a esta cruda realidad , se preguntó, qué futuro les aguarda a los niños y jóvenes; ¿»embarcarse en una lancha, hacer un cruce o servir de sicarios»?

Mi misión como líder de esta comunidad, definió, es trabajar junto al Gobierno en busca de una solución a esta aguda problemática.

Recordó, a la par, que en menos de tres años se han registrado más de 60 muertos en San Andrés, debido al narcotráfico, lo cual exige, a su juicio, acciones inmediatas.

En su opinión, el gobierno está jugando a minimizar esta problemática, pero eso se tiene que acabar, manifestó, tras anunciar que se propone denunciar la verdadera realidad de las islas, mediante la mesa directiva de la Duma.

El análisis de Méndez es respaldad por expertos en el tema, quienes señalan que fue necesario el fallo de la Corte Internacional de la Haya sobre el diferendo de límites marítimos con Nicaragua, el 19 de noviembre de 2012, para que el gobierno colombiano volviera los ojos a San Andrés.

Hasta ahora el archipiélago solo había sido considerado, aseguran, un destino turístico generador de dividendos o un sitio donde adquirir productos de importación libres de impuestos, en viajes de fines de semana.

El fallo de La Haya reconoció la soberanía colombiana sobre los cayos adyacentes -con un resguardo marítimo de 12 kilómetros- y extendió la frontera con Nicaragua en aguas del Caribe unos 77 kilómetros cuadrados al norte del paralelo de Greenwich.

Con esa división, los cayos Serrana y Quitasueños quedaron enclavados en aguas ahora bajo jurisdicción nicaragüense.

El presidenteJuan Manuel Santos rechazó desde el inicio el dictamen, por considerar que atentaba contra los derechos de las comunidades raigales y el acceso a sus fuentes tradicionales de alimentación y pesca.