El nombre artístico de la cantante santandereana Diana Hernández es María Mulata. Martina Camargo es una cantadora tradicional de San Martín de Loba. POR:LINA ROBLES LUJÁN @LINAROBLESLUJAN/EL HERALDO
Un duelo entre varias voces de la música colombiana ha tenido como escenario las redes sociales. Todo comenzó a raíz de una carta publicada en Facebook por la cantante barranquillera, radicada en Canadá, Lido Pimienta.
En la misiva, que llegó a recoger más de 150 comentarios, Pimienta critica que la cantante santandereana Diana Hernández, mejor conocida como María Mulata, use la técnica del vibrato para interpretar música folclórica. “El sonido de María Mulata tiene una producción muy elaborada que le quita el lado artesanal a nuestra música. La manera en que María interpreta las canciones de la Costa Norte tiene un filtro clásico/académico y ella transforma un porro, una tambora o cumbia y la hace sonar como una balada, por ejemplo, y eso no está del todo mal, pero, me molesta que esas canciones que son patrimonio, se interpreten de esa manera y viajen al exterior y se reciban como tales”, dijo Pimienta desde Canadá en diálogo con EL HERALDO.
Ante estas críticas, María Mulata responde que “soy una cachaca que cantó durante muchos tiempo en la orquesta de Lucho Bermúdez. Etelvina Maldonado cantaba bullerengue con vibrato y fue una de las grandes cantadoras de la música del Caribe. Shakira es del Caribe y no canta música tradicional. Yo creo que la música es universal. Yo creo que la música de la región colombiana pertenece a todos”.
La cantante santandereana asegura que ha sido atacada en redes sociales por defender su obra. “He sentido el bullying contra mí, pero es normal. Hay gente que habla sin conocimiento de causa. Yo los he invitado a que conozcan el proyecto Colcha de retazos y a hilar conmigo en vez de destruir los colores de una nación pluriétnica y cultural que debemos reparar”.
Otras voces
Este diario consultó a varios expertos musicales quienes opinaron acerca del uso de las fusiones en la música tradicional.
Para el investigador musical David Lara las fusiones hacen parte de la transformación que alimenta a la música popular. “Si Diana quiere usar vibrato o no eso entra dentro de las renovaciones de la tradición y de las maneras cómo la tradición crea otras músicas. María Mulata jamás alcanzará la manera de cantar de Etelvina Maldonado ni de Petrona ni de Seferina porque la tradición está asociada a un territorio, a apegos culturales y Diana es una cantante con una voz educada”.
Lara expone ejemplos de otros grupos que mezclan lo lírico con lo tradicional. “La gente puede interpretar la música a su manera. Hay un grupo que se llama Agua salá que son jóvenes educadas en la academia de la Universidad Distrital de Bogotá, en canto lírico, que hacen temas originales y temas folclóricos y son maravillosas”.
La cantadora Martina Camargo afirma que las diferencias entre ambos estilos son claras. “La música de tambora no tiene vibrato, el bullerengue sí tiene vibrato y cuando uno hace fusión hay que tener mucho cuidado con el tema tradicional, incluyendo las sonoridades que puedan afectarlo y así no ir por encima de eso”. Camargo defiende el origen del folclor. “Cuando se hace fusión de lo tradicional creo que se debe hacer notar lo tradicional sin lastimar la raíz del folclor y hay que ser muy respetuosos con nuestras músicas”.
El rector de la facultad de Bellas Artes, Guillermo Carbó, opina que “ajeno a la aparente polémica entre María Mulata y el bullerengue, cantar música tradicional en estilo lírico (incluyendo el vibrato), es como cantar un lied (canción lírica) con un timbre áspero, a veces seco, penetrante y lleno de “color”, propio del trajín de las cuerdas vocales y del envejecimiento de algunas cantadoras y cantadores de la música tradicional del Caribe colombiano, con acompañamiento de orquesta de tambores”.
Pugna por una canción. La discusión entre Martina Camargo y María Mulata no termina allí. Las cantadoras han puesto literalmente el grito en el cielo para debatir la autoría del famoso tema Las olas de la mar, que ambas grabaron en diferentes épocas.
Camargo dice que quiere “apretarle las clavijas” a María Mulata para que reconozca que la popular canción fue compuesta por su padre, Cayetano Camargo. “Tendría mi papá 79 años porque en 1988 subimos al escenario del Festival de la Tambora en San Martín de Loba con este tema”. La folclorista cuenta que cantó esta canción con el grupo Aires de San Martín, conformado por su padre y otros músicos de la zona.
Este tema ganó ese año la categoría de canción inédita.
Sin embargo, Mariano Caro Bandera, oriundo de Chapetona, Bolívar, también se atribuye la autoría de Las olas de la mar.
Según la cantadora María Mulata, la canción que supuestamente compuso Mariano surgió de una relación prohibida entre dos hombres.
En 2013 María Mulata graba el tema para su Cd María Mulata, cantos y vuelos, y con este trabajo la artista logra una nominación al premio Grammy Latino, en la categoría de Mejor Álbum Folclórico en 2014. “María Mulata no hizo el reconocimiento del autor de la canción sino que coloca en su disco DRA (derechos reservados de autor)”, explica Camargo.
La folclorista de San Martín de Loba recuerda que esta canción fue compuesta por su padre en los continuos viajes que realizó bogando por el río Magdalena, vendiendo ollas de barro hasta llegar a Calamar y de allí a Cartagena donde conoció el mar y olas. “De allí viene su inspiración del mar y de una mujer”, recuerda la cantadora.
El debate con María Mulata sube de tono cuando Martina Camargo decide denunciar a la artista santandereana ante la Fiscalía, en Bogotá. “Yo puse una denuncia por plagio y por calumnia. No quería hacer un pronunciamiento en las redes para no provocar un choque, pero hay que dejar un precedente”, puntualiza.
Mientras tanto, para María Mulata la canción Las olas de la mar es un tema que posee una “dudosa autoría”.
“Yo escuché por primera vez esta canción en un disco que se llamó Alé Kumá, Cantadoras, en donde la maestra Martina Camargo cantaba y después escuché una versión en el río, que es la de Mariano Caro y la que avala todo el mundo en el río, en El Banco, Magdalena, en Hatillo de Loba, en Barranco de Loba, Bolívar, y realmente es una canción de la cual no se conoce el autor”, cuenta la cantante.
Aunque aún no ha sido notificada de la denuncia interpuesta en su contra, María Mulata asegura que “en este caso yo lo que hice fue colocar DRA (derechos reservados de autor). Nunca me apropié de la canción”.
Al respecto, el académico Guillermo Carbó recuerda que realizó un estudio de tesis doctoral para la Universidad Sorbona titulado Tambora, música y danza tradicionales de Colombia, publicado en Francia en 2003 por la editorial L’Harmattany y que próximamente será editado en Colombia.
Dice que en el estudio participaron 60 músicos, bailarines y actores de la tambora de la zona momposina. “En ninguna parte, en ningún poblado, se mencionó que el tema Las olas de la mar hiciera parte de los cantos tradicionales de la región. Y como si fuera poco, su estructura cíclica difiere de la manera tradicional en que se conforman las tamboras.
Todo lo anterior, solo ratifica que es una obra compuesta por Cayetano Camargo”, concluye Carbó.
Opinión
Victoria Sur, cantante.
“Solo quiero decir que conozco a María Mulata y a su familia desde hace 20 años. Ella es una artista juiciosa, trabajadora y talentosa. Se merece cada uno de sus triunfos. Aquí la discusión es más de fondo. De repente sí hay que revisar la forma como se aborda el tema de los derechos de autor en general en las músicas tradicionales, pero esto no da pie para tanta ofensiva y tanto ‘bullying’ dañino para ella, e incluso para cualquier ser humano”.
Guillermo Carbó, músico.
“La música, y el arte en general, ¡no tienen límites! ¡Todo se puede! Pero no todo funciona –menos mal–. Un buen músico sabrá hacer de las suyas para integrar, fusionar, mezclar y hasta innovar con algo que, conjuntamente y en contexto, sea un éxito… ¡Pero también sucede que cientos, miles y millones de intentos en combinar géneros, estilos, técnicas o formas terminan en un ¡rotundo fracaso! La mayoría de las veces, la historia lo dirá”.
David Lara, investigador.
“El purismo con que se toman las músicas tradicionales se puede transformar. Congelar la tradición es una cosa que atenta contra la propia tradición. Las intérpretes van muriendo, las maneras de tocar el tambor se van muriendo y los que asumen esa tradición van imponiendo algo nuevo a las líneas del pasado. Más allá de si se interpreta o no, es el respeto por los derechos de estos músicos tradicionales lo que debe ser defendido como creadores que son”.
Juan Garay, investigador.
“En el arte siempre habrá dos corrientes: una que tiende a la conservación y otra a la innovación. A mí personalmente me gusta ser testigo de ese, digamos, movimiento pendular de un lado a otro. Creo que lo malo sería que nos casáramos con una única manera de asumir el folclore. Siempre será bueno volver a la raíz, pero también saber que, como decía un folclorista argentino, la mejor manera de mantener viva una tradición es variándola”.
