Por: Liliana López Sorzano

Este miércoles se inaugura el Festival de Cine de Locarno, uno de los más antiguos de Europa, donde ocho largometrajes nacionales en etapa de posproducción buscarán socios.

La Piazza Grande de Locarno será el epicentro del Festival con una pantalla de proyección gigante.

“El rol de los festivales es apoyar y comentar sobre las películas, no solamente mostrarlas”, advierte el director artístico del Festival de Cine de Locarno, Olivier Père, quien este año cumple su segunda edición al mando del evento, que ya tiene 64 años.

Durante 11 días, esta pequeña ciudad en el corazón de Europa se convierte en la gran capital del cine de autor al reunir a 1.000 periodistas, alrededor de 300 producciones cinematográficas, 43 países y más de 150 mil espectadores.

Claude Chabrol, Stanley Kubrick, Milos Forman, Glauber Rocha, Mike Leigh, Jim Jarmusch, Spike Lee, Gus Van Sant, entre muchos otros, han sido nombres que antes de que estuvieran en el mapa del cine mundial ya habían pasado por el Festival de Cine de Locarno, pues su reto siempre ha sido descubrir nuevos talentos y nuevos paisajes cinematográficos. Ésa ha sido una de sus banderas, ser una plataforma para una nueva generación del cine del mundo. Y lo logra por su ubicación, por estar en un país donde confluyen cuatro lenguas, de manera que congrega una audiencia multicultural con sed para tomarles el pulso a las nuevas tendencias, como también para recordar la historia de las imágenes por medio de tributos y retrospectivas.

Desde grandes éxitos comerciales hasta producciones independientes y experimentales, desde documentales hasta películas de géneros, el festival reúne un gran espectro en su programación.

La Piazza Grande, plaza central de Locarno, será el corazón del evento donde la pantalla de proyección de calidad más grande de Europa proyectará ante alrededor de 8.000 personas diariamente premieres internacionales y europeas. Harrison Ford, Daniel Craig, Olivia Wilde y Jon Favreau, algunos de los invitados especiales, son protagonistas y director de Cowboys & Aliens, que será estrenada para Europa en este lugar y que en Colombia llegará a finales de agosto.

Este año, la oficina de negocios del festival lanzó Carta Blanca, una nueva iniciativa que presenta títulos en posproducción de un país determinado. Colombia fue la región escogida gracias a las gestiones de Proimágenes de Colombia y la Agencia Suiza de Cooperación y Desarrollo.

Los productores de las ocho películas colombianas escogidas viajarán a Locarno para presentar sus proyectos ante compradores y distribuidores internacionales y así conseguir socios en la posproducción. Esto tiene lugar en el marco de Open Doors,  el laboratorio de coproducción del Festival que tiene como objetivo resaltar a los cineastas y las películas de países cuyo cine está todavía en desarrollo.

Maja Zimmerman, productora de Jardín de amapolas, a la cual le falta la mezcla de sonido y una copia de 35 milímetros, cree que la película será bien acogida por el público europeo porque tiene una esencia muy dulce y se encuentra en un paisaje increíblemente bello (Ipiales) que nunca se ha visto en la pantalla hasta ahora. Situada con un fondo de los conflictos contemporáneos en Colombia, Jardín de amapolas cuenta la historia de dos generaciones a través del punto de vista de un niño de 9 años de edad.

Alina Hleap, por su parte, productora de La sargento Matacho, asegura que lo importante de esta película es que muestra cómo el conflicto armado, sea donde sea, perjudica sobre todo a la mujer y a la infancia, los desplaza física y mentalmente. “Ha gustado mucho la fuerza del personaje y cómo se cuenta la historia. Logramos hacer una película de gran factura a pesar de los problemas económicos”, confiesa.

Los productores de La playa, Diana Bustamante y Jorge Andrés Botero, defenderán su proyecto teniendo en cuenta que es una historia universal, de autodescubrimiento y un viaje iniciático de un adolescente que va conociendo todos aquellos espacios que la comunidad afrocolombiana ha ganado en una ciudad que está incrustada en medio de las montañas y que ha sido históricamente racista. “Es una película que muestra el mundo afrocolombiano de Bogotá como ninguna otra lo ha hecho hasta el momento. Es vibrante en términos de la alegría y la energía que estas comunidades tienen y profesan en todo momento a pesar de haber pasado por circunstancias tan difíciles debido al conflicto colombiano”, afirma Botero.

Sin duda este es otro paso más en la aventura de la internacionalización del cine colombiano. Son semillas que seguramente crecerán para que en un futuro no muy lejano se pueda hablar de una industria.

Los proyectos seleccionados
‘El diario de Ana’, dirigido y producido por Diego Guerra; ‘Edificio Royal’, de Iván Wild, producido por Ciudad Lunar Producciones; ‘Chocó’, de Jhonny Hendrix Hinestroza, producción de Antorcha Films; ‘Corta’, de Felipe Guerrero, producida por Felipe Guerrero, Gema Juárez Allen y Antoine Segovia; ‘Jardín de amapolas’, de Juan Carlos Melo, producido por Maja Zimmerman; ‘La playa’, de Juan Andrés Arango, producida por Diana Bustamante y Jorge Botero; ‘La sargento Matacho’, de William González Zafra, producido por Alina Hleap, y ‘Sin palabras’, de Ana Sofía Osorio y Diego Bustamante, producido por Proyección Films.

 Liliana López Sorzano | Elespectador.com