El American Airlines Arena tiene una capacidad de 12.000 personas pero para el sábado estará habilitado para un poco más de 5.000

El cantautor cubano Pablo Milanés inicia este viernes su gira por Estados Unidos con una presentación en Washington un día antes de pisar por primera vez Miami, la capital del exilio cubano, donde lo esperan adversarios iracundos, pero también fanáticos.

«No queremos a un títere de los Castro», dijo Lidia Holguín, una cubana que se opone al concierto de Milanés en Miami, la misma ciudad otros varios cubanos admiten que les gusta su música y que, si pueden, asistirán al show, aunque una gran mayoría se niega a dar a su nombre completo «porque aquí te lo toman a mal», aclaró Rómulo.

A pocas horas de que el trovador de 68 años se presente en los escenarios, unas veinte organizaciones del exilio cubano en Florida pidieron la cancelación del show en el American Airlines Arena de Miami, previsto el sábado en la noche.

«No importa las cosas que nos separen, nos pueden separar muchas cosas, entre ellas cuestiones ideológicas, pero tiene que haber al fin un entendimiento entre los cubanos, un entendimiento cultural, un entendimiento histórico, un entendimiento sentimental y eso debe expresarse a través de la cultura que me parece que es el vehículo idóneo», dijo a la AFP Milanés hace unas semanas.

El artista lamentó que no hubiera «unanimidad» en cuanto a la necesidad de un entendimiento entre todos los cubanos, pero dijo viajar a Miami con el desafío de lograr «un entendimiento maravilloso».

Pero la realización de este concierto seguía estando en el tope noticioso de los medios en español el viernes en Florida, donde resaltó la columna en el diario El Nuevo Herald del ex preso político Luis Zúñiga Rey, titulada «¿Tiene Pablo Milanés derecho a cantar en Miami?»

«Por supuesto que no. Tiene la oportunidad, pero no el derecho», afirmó Zúñiga Rey, un férreo opositor al régimen de la isla.

«Durante décadas, Milanés, como uno de los trovadores oficiales de la dictadura castrista, se presentó en escenarios de América Latina y Europa, no sólo cantando sus canciones sino lanzando toda clase de diatribas verbales contra Estados Unidos, la mayoría de ellas difamaciones y mentiras».

El adversario que reprocha al cantante fundador del movimiento Nueva Trova, haber dedicado canciones «a la Revolución, al Ché Guevara, a Allende, a Ho Chi Minh y a cuanto enemigo de Estados Unidos se ha destacado por el mundo» también advirtió de manifestaciones para el sábado.

«Pablo Milanés ya debe saber que el día de su concierto, frente a la Torre de la Libertad, habrá una protesta de ciudadanos libres que con pancartas y carteles le dirán que no es bienvenido a la ciudad».

«Pero Pablo Milanés tiene que saber también que esa noche de su concierto, habrá otra protesta más numerosa e impresionante que estará en todos los lugares posibles: frente a la Arena, dentro de la Arena, alrededor del escenario, entre los músicos y frente a su guitarra: la protesta de las almas de las víctimas de la dictadura que estarán clamando por justicia».

Para la empresa productora del evento, Fuego Producciones, «hay que respetar todas las opiniones, por eso estamos en democracia, pero no vamos a permitir ningún tipo de excesos de los derechos ciudadanos», dijo.

El American Airlines Arena tiene una capacidad de 12.000 personas pero para el sábado estará habilitado para un poco más de 5.000. «Hasta ahora las ventas van bien», se limitó a decir uno de los responsables del lugar.

«No olvide que la libertad encierra la obligación de respetar aún la opinión del enemigo. Claro, desgraciadamente los cubanos vivimos dos dictaduras: la de Miami y la de La Habana, y la verdadera necesidad, ambos la pisotean: la libertad», dijo uno de los lectores de El Nuevo Herald sintetizando la opinión de muchos inmigrantes cubanos en las calles de Miami.

En el sur de Florida vive la mayoría del millón de cubanos exiliados en Estados Unidos y otros 700.000 residen en América Latina, donde Milanés es ídolo para muchos. AFP