«‘Aceitar’ congresistas no es mi especialidad», dice el ministro del Interior, Federico Renjifo. Diego Santacruz / Foto: EL TIEMPO

Por: MARíA ISABEL RUEDA

El ministro del Interior, Federico Renjifo, en entrevista con María Isabel Rueda.

Dos de los más importantes frentes que maneja el Ministerio del Interior están rebelados. El Congreso y los indígenas. ¿Qué manejo va a darles a estos dos chicharrones?

Comencemos con el problema del Cauca. Lleva 50 años. Pero lo cierto es que hoy la retaguardia de las Farc está allá. Allá tienen sus cultivos, su tránsito para llegar al Pacífico y alguna dirigencia de alto valor simbólico, como el ‘sargento Pascuas’. Aunque les queda muy poca, porque este Gobierno ha hecho un esfuerzo muy grande en ese sentido. Las Farc han perdido casi la mitad de sus efectivos y lo que queda se ha concentrado en el Cauca. No hemos bajado la guardia. Sabemos que no es solamente una guerra la que hay que librar, sino que hay que hacer inversión social, que el Cauca reclama históricamente. El Gobierno es consciente de eso. Los indígenas que quieren sacar con sus bastones de mando al Ejército y a las Farc están equivocados. Tienen derecho a una autonomía, y hay que reconocérsela, pero no pueden pretender que las Fuerzas Militares no estén ahí para protegerlos también a ellos. Por fortuna, no son todos los que piensan igual. (Lea también: Desafío indígena en el Cauca).

La columnista Lucy Nieto de Samper aventura la hipótesis de que la coca de las Farc está corrompiendo poblaciones y que lo de Toribío puede ser ese caso…

No tenga la menor duda de que allá hay droga de por medio. Pero no todo el mundo puede ser catalogado de la misma manera. También hay indígenas que han expresado claramente su convicción de que tienen que acabar con la marihuana, con la coca, porque eso les trae males. Lo que ha ocurrido allá es un ataque contra los civiles. Los ‘tatucos’ fueron contra los niños en los hospitales. Allá no ha habido confrontación directa, sino una amenaza terrorista, porque saben que eso genera una desesperanza, un terror. Las Fuerzas Militares se están metiendo en la parte alta de esa cordillera, donde está esa retaguardia de las Farc.

Frente a las cámaras de televisión, los colombianos observamos a unos guerrilleros en un retén abanicándose debajo de un árbol. A pocas cuadras donde sesionaba el Consejo de Ministros… ¿Eso no es catastrófico?

Analicemos exactamente el tema. Usted tiene razón en que esa imagen no fue la más afortunada. Eso no ha debido pasar. Pero eran seis guerrilleros que hicieron un retén frente a los medios de comunicación. Ellos entraban y salían de las casas de unos civiles donde había niños. Fue un acto muy mediático. Obviamente, sabían la repercusión de este aprovechamiento. (Siga este enlace para leer: Así fue el careo de indígenas con las Farc en Cauca).

¿Lo que me está diciendo es que los medios caímos en esa trampa?

Pues esa era una noticia evidente. Pero lo que le quiero decir es que eran seis guerrilleros mimetizados entre la población civil. Es lo que lo hace tan difícil de controlar. Ponen de escudo a la población civil.

Conclusión: ¿no van a retirar el Ejército de Toribío?

¿Cómo se le ocurre? Es más: la población ha pedido que se quede ahí. La Constitución es una sola y nos tiene que cobijar a todos.

Su otro chicharrón es el Congreso. Hay la versión de que, en estas semanas de receso, para superar la crisis de la caída reforma de la justicia, se han dedicado a ‘aceitar’ congresistas…

‘Aceitar’ congresistas no es propiamente mi especialidad. Pero partamos de una base: la opinión quiere linchar al Congreso y el Congreso no es el enemigo. La corrupción es la enemiga. La gobernabilidad de Colombia es reconocida por todo el mundo. No tenemos la crisis fiscal que tiene Europa porque hemos tenido la capacidad de hacer reformas. Ni más faltaba: respetamos al Congreso.

Pero el Congreso está bravo porque el Gobierno lo dejó como único responsable del miquerío que le metieron de la reforma…

No estamos en el mejor momento. Pero está pasando algo en el Congreso que me parece interesante: le aseguro que la próxima legislatura va a ser tan importante como la que empañó desafortunadamente la reforma de la justicia, que había sido magnífica, con innumerables leyes de avanzada social.

¿O sea que sí van a presentar la reforma tributaria? Usted dijo que sí y luego que quién sabe…

La reforma tributaria la está elaborando el Ministerio de Hacienda. No la ha terminado. No sabemos aún cuál es el detalle de la reforma, aunque hay claridad de lo que se quiere. La oportunidad en la que se va a presentar la resolverá el Ministro de Hacienda en consonancia con el consejo de ministros que celebraremos en muy pocos días. Lo único que le puedo decir es que el 20 de julio no la vamos a presentar.  (Lea acá: Defensoría del Pueblo ve delicada situación humanitaria en Cauca).

Una pregunta muy respetuosa: mientras le pasaba esa debacle al exministro Esguerra con la reforma de la justicia, ¿dónde estaba usted, el ministro de la política?

El Ministro del Interior, ni antes, ni ahora, ni en el futuro, es el responsable de los textos de las reformas de otros ministerios. Aquí lo que ocurrió fue una conciliación desafortunada. Por eso, la gran mayoría de los congresistas también se siente traicionada. Les había entregado su confianza a esos conciliadores. Una consecuencia buena de eso es que el Congreso está haciendo una reforma de la ley quinta, porque las conciliaciones no se pueden aprobar a medianoche.

¿Por qué, después de lo sucedido, el Gobierno escogió a la nueva ministra de la rama judicial?

¿Puede haber una mejor elección que esa?

Para el momento actual, por ejemplo, que la hubiera sacado de la academia… Aunque le advierto que la nueva ministra parece de mucho carácter.

Tiene muchas cualidades. Las declaraciones que ha dado son muy orientadas, con un conocimiento enorme de la problemática de la justicia. Y además es mujer.

Hablemos de política. ¿Usted teme que el Puro Centro Democrático menoscabe a ‘la U’?

Acuérdese de que ‘la U’ la fundó el presidente Santos para reelegir al presidente Uribe. Si individualmente hay parlamentarios -solo sé de uno o dos casos- que se quieran pasar para allá, pues esa es una cosa natural de la democracia. Los partidos de la unidad van a permanecer en la unidad. Este es un gobierno que está en el centro y por eso lo atacan desde los dos extremos.

¿Por qué el presidente Uribe se la pasa diciendo que los diálogos secretos de este gobierno en el tema de la paz ya no son tan secretos?

Mire: tenemos que ‘desuribizar’ la agenda del país. El Gobierno está haciendo su tarea, tiene que seguir haciéndola. El Presidente de la República es el vocero natural de la paz y, además, le repito lo que le dijo a usted: ¿cómo le cabe a alguien la insensata idea de que vamos a hacer un proceso de paz a espaldas del país?

¿Será que el presidente Uribe sabe algo que nosotros no sabemos? Por ejemplo, ¿qué hace el ministro Frank Pearl la mayoría de su tiempo? Hace rato que no sabemos nada de él…

No sé qué sabe el presidente Uribe. Y por las responsabilidades del Ministerio de Ambiente debe responder el Ministro.

( Hmmmm…) Es conocida de vieja data su estrecha amistad personal con el presidente Santos. ¿Qué tan bueno es tener a un mejor amigo de Ministro del Interior?

Yo no soy Ministro del Interior por ser amigo del Presidente. Y tampoco soy tan cercano como la gente especula. Sí soy amigo, porque he estado con él en todas sus batallas políticas. Por eso estoy en el Gobierno. Respaldo sus ideas. Es la razón por la cual seguramente me llevó a la Secretaría General y después al Ministerio, por una evaluación que hizo en ejercicio de su propio fuero. Seguramente, también tuvo en cuenta que he participado en política. He sido elegido concejal dos veces, candidato a la alcaldía de Cali y a la Gobernación del Valle. Y estuve en una lista al Senado. (Lea también: Indígenas siguen desmantelando bases militares en Cauca).

No se ofenda con la pregunta. Es que si un ministro es amigo del Presidente de pronto le puede decir más verdades que uno que no lo es… Además, por jerarquía, usted es el ministro más importante. Hasta se sienta al lado del Presidente en el consejo de ministros…

Pues yo me siento absolutamente igual a todos los demás.

Recientemente se les filtró lo discutido en un consejo de ministros (¿cómo se filtra un consejo de ministros?) en el cual hubo dos tendencias. Una, que la baja en las encuestas del Presidente es porque el Gobierno no ha sabido comunicar sus logros. La otra, que el Presidente ha sido confuso en el tema de la guerra y de la paz. ¿Cuál es su tesis?

El Gobierno ni gobierna para las encuestas, ni gobierna por las encuestas. Las mira como una realidad de la expresión de los colombianos y toma nota de las verdades que revelan las encuestas. Lo que ocurre es que no solamente tenemos, como se lo dijo a usted el Presidente, los indicadores de que estamos ejecutando bien, sino la conciencia de que de pronto no lo estamos transmitiendo bien.

O sea que usted cree que el problema es de comunicación…

Pues mire. Cuando los ministros salimos a provincia, uno se queda aterrado de la cantidad de obras que el Gobierno hace en su conjunto. Esta semana, el gobernador del Tolima y el alcalde de Ibagué me recibieron con 37 alcaldes de los 45 del Tolima, y sus palabras de saludo no fueron un reclamo, sino un agradecimiento por todas las ayudas que le han llegado al departamento. Lo mismo me pasó con el gobernador Fajardo y el alcalde Gaviria en Medellín. Y le tengo que confesar algo: ¡muchas de esas obras yo tampoco las conocía! Definitivamente, tenemos que comunicar mejor.

¿Que solo un 26 por ciento de los colombianos quiera hoy la reelección cambia en algo los planes del Presidente?

El Presidente le dijo a usted que en el año 2012, y el Presidente tiene palabra, no va a hablar de reelección. ¿Cómo se le ocurre entonces que un ministro como yo hable de una reelección de la cual el Presidente no habla?

Fue una trampita que le puse, a ver si caía…

(Risas). Soy relativamente nuevo en el gabinete, pero no primíparo en la política.

María Isabel Rueda|Especial para EL TIEMPO