Una vez alguien dijo: “A los imitadores hay que meterlos presos” yo pensé “sería una locura” porque la verdad es que todos empezamos imitando, el niño hace lo que ve y dice lo que oye. Después empecé a soltar la misma frase a ver qué comentarios recogía y la gente reaccionaba diciendo que sí.
La imitación como profesión es muy honrosa. Recuerdo al genial Heber Castro, un uruguayo que llegó a Colombia y trabajó en una prestigiosa cadena radial capitalina y tenía unos personajes chistosos para los cuales necesitaba generar voces que fueron imitadas por mucha gente. “El pera loca” “García y pirula” “Contardo” nos divertían muchísimo y así Lucho Navarro, Monte Cristo, y Los Chaparrines.
En la actualidad la bella Alexandra Montoya, colombiana, imita las voces de Shakira, María Emma, Nohemí Sanín, Natalia París, a la perfección. Guillermo Díaz Salamanca el genio en un tiempo de “La Luciérnaga”, “El Cocuyo” genera decenas de voces idénticas.
El afro descendiente nacido en España, considerado el mejor imitador del mundo, Julio Zabala, logra imitar a todos los astros del canto mundial idénticos. Toda esta gente se gana la vida con su arte, son imitadores profesionales.
Otra cosa es la imitación en el vallenato. Hemos visto a muchos jóvenes que se lanzan a buscar el estrellato imitando a Poncho Zuleta, Diomedes Díaz, Farid Ortíz, Rafa Orozco, Iván Villazón, Silvio Brito y hoy a Peter Manjarréz y Silvestre Dangond. Esa es una primera etapa, pues siempre se necesita un modelo a seguir, el que se quedó ahí, se fregó. Los más inteligentes empiezan a buscar su propio estilo en ese caso el haber imitado resulta válido.
Un caso muy especial que me llamó la atención fue el caso del “Montaner del vallenato” el sanjuanero Nelson Velázquez cuando el decidió abrir toldas apartes, es decir: ser dueño de su propia agrupación. Por allá en Antioquia lo remplazó un imitador que lo hacía idéntico a Nelson, yo con ese diablito que uno lleva por dentro dije ¡que lo pongan preso! Nelson debería hacer valer su derecho de autor. Luego pensé: Quizás es indulgente con esa antipática copia por ser su alumno, pero no es un alumno, y más cuando se pretende ser una copia exacta.
¿Es esto hurto al derecho de autor? ¿Cómo se puede patentar un estilo propio y original? Por imitar muchos talentos nuestro se han quedado rezagados y sin estilo, algunos dicen: Es que a mí me sale así naturalmente, al comienzo la gente los admira, pero a final de cuentas termina quedándose con el original. Ejemplo: Carlos Gardel, Javier Solís, Pedro infante, Rafael Orozco, y los mencionados arriba. ¡Pelao: busca tu propio estilo!
Por Rosendo Romero /El Pilón


POr que llaman a Nelson Velasquez el » MOntaner del Vallenato». Se quedo imitando a MOntaner? No creo su propio estilo? Podriamos decir que tambien es un imitador?…
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Que hay de los acordeoneros que tocan muy similar a otros? Podriamos decir que son simplemente imitadores o que siguen una escuela?
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