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El músico y mensajero de la paz que se hizo famoso con su escopetarra y que se ha comprometido con la Unidad para las Víctimas, lidera una jornada de donación de instrumentos, porque está convencido de las bondades que vendrán si las víctimas a cambio de maltrato o violencia reciben música, instrumentos o la posibilidad de acercarse al arte, en cualquiera de sus manifestaciones.

Es así como recogió instrumentos musicales, con el compromiso de hacerlos llegar a las víctimas del conflicto armado en Valledupar, a través de la Fundación Un canto a la Vida. “Esto hace parte de una campaña que empezamos hace ya un largo tiempo porque creemos en el poder que tienen esos pequeños objetos con la capacidad de prevenir violencia y de salvar vidas.

Empezamos un viaje muy largo por más de 30 lugares del país; y en 90 comunidades, entregando los instrumentos para que los usen los niños y los jóvenes, y con eso hacerle un aporte, una pequeña semilla a una generación nueva, sin violencia”, expresó César López.

Esto es un trabajo que nace con una productora de cine y la Unidad de Víctimas, en una idea que el creador de la escopetarra les planteó hace varios años, pero que hasta hace cuatro meses se pudo empezar a materializar.

“Soy un músico que lleva muchos años vinculado a causas sociales. He participado en varios proyectos de distinta índole, y he concluido después de recorrer cantidad de ideas, procesos e iniciativas, que todo nos lleva al tema de la vida: el cuidado, el respeto y la vida digna”, acotó López.

El primer mensaje que César López quiere dar con esta campaña es que como se trata de una actividad de donación, la gente de otras partes del país va entregando sus instrumentos y luego se busca generar un diálogo entre personas que no se conocen, pero que a través del gesto de la donación intercambian sus procesos de vida.

“Creemos que estos instrumentos en el largo plazo serán herramientas que se van a usar para cantar y componer canciones que sirvan de memoria, es decir ¿qué pasó?, ¿cómo pasó? y ¿dónde pasó?, reconstruir lo que le pasó al país con la nueva música y permitir que ejercicios como estos que realiza la Fundación un Canto a la Vida, sigan funcionando y tengan las herramientas para hacer su trabajo”, indicó.

Este artista de paz dijo que Colombia está en una época muy difícil, donde hay mucha polarización, dudas, incertidumbres, y donde las cosas se están poniendo cada vez más calientes, más difícil, por lo que el arte y la cultura van a ser fundamentales, actores determinantes para que nos podamos abrazar y darnos la mano en un posconflicto.

Ludis De la Ossa, presidenta de la Fundación un Canto a la Vida, dijo estar muy emocionada al recibir estos instrumentos con los que se beneficiarán 40 niños que hacen parte de la fundación. “No ha habido nadie que se haya apersonado de esto, por eso queremos darles muchas gracias. Para nosotros significa mucho, porque es el seguimiento de un semillero, que va a crecer en la no violencia. En la paz digna de nuestros representantes y el folclor vallenato”, concluyó.

“Creemos que estos instrumentos en el largo plazo serán herramientas que se van a usar para cantar y componer canciones que sirvan de memoria y reconstruir un país con la nueva música”.

Andreina Bandera / EL PILÓN
Andreina.bandera@elpilon.com.co