Por Donaldo Mendoza*
Hace pocos días leí el afiche «Tercer Foro Hablemos del árbol», con el patrocinio del diario El Pilón de Valledupar; y días después, el reenviado video de @topoyiyo, viralizado en las redes, que muestra la otra cara del muy promocionado río Guatapurí como atractivo turístico de Valledupar. Lo que revela el video (@topoyiyo2392) es desolador. Algunas imágenes de Google le dan la razón.
En efecto, la margen derecha del río Guatapurí se ha ido poblando de barrios subnormales, lo cual ha provocado deforestación, además de vertimientos de desechos en el lecho del río. El panorama es grave, en razón de que el acueducto de Valledupar se surte del río Guatapurí. Y el paisaje se torna apocalíptico si tornamos la mirada hacia el río Cesar –que da su nombre al departamento–, este pobre filamento de vida recibe una espesa espuma blanca, mutación venenosa de las aguas residuales de la capital arrojadas impunemente en el río.
Esa deplorable realidad se enfatiza en un oxímoron: en Valledupar y el Cesar el agua se ahoga. Porque si se vierte veneno sobre el preciado líquido, éste pierde el oxígeno, y en un futuro no remoto, como fuente de vida desaparecerá. De ahí la pertinencia del Foro y la enfática indignación de @topoyiyo2392. El video pone también en evidencia la incompetencia de Alcaldía, Gobernación, diputados, congresistas, Corpocesar…, quienes fungiendo de ciegos y sordos dan lugar a que la comunidad relacione su indiferencia con corrupción.
Este problema, si se juzga por el foro de El Pilón y el indignado video, parece que empieza a despertar la conciencia ciudadana de vallenatos y cesarenses. Y visto desde otro lente, se revela una realidad nueva y salvadora: la defensa del agua está, hoy por hoy, en manos de los niños y adolescentes de las instituciones educativas del departamento del Cesar. Es más, el cuidado y defensa del agua debería ser una asignatura horizontal y prioritaria en el currículum. Ahí tienen, pues, el Ministerio de Educación y el Gobierno del «cambio» una oportunidad para actualizar los programas académicos… O en su defecto las regiones, como entes autónomos. Urge desarrollar en los escolares, urbanos y rurales, una cultura del agua. Y una pedagogía ambiental que potencie el liderazgo de docentes, sacerdotes y pastores.
Pensadores y tradiciones de todo el mundo han legado una sabiduría en pensamientos y aforismos que ponen en primer plano la vital importancia del agua; que, no obstante lo común de su sentido, para la mente de ciertos gobernantes pasa como un misterio indescifrable… Quién sabe si algún día lo interpreten, ojalá… Cierro la columna con cuatro sabias sentencias.
“El agua es la fuerza motriz de toda la Naturaleza”. (Leonardo da Vinci)
“No se aprecia el valor del agua hasta que se seca el pozo”. (Proverbio inglés)
“Miles de personas han sobrevivido sin amor; ninguna sin agua”. (W. H. Auden)
“Olvidamos que el ciclo del agua y el ciclo de la vida son uno mismo”. (Jacques Y.)
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BLOG DEL AUTOR: *Donaldo Mendoza
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