Por Donaldo Mendoza*

Asistí hace poco a una misa, en donde un joven sacerdote soltó estas perlas: no coloquen eso en duda; me coloco a paz y salvo; me coloco a pensar… Si lo hubiera escuchado en otro lugar, lo hubiese entendido como la ‘aplicación’ de que “las que ponen son las gallinas”. Pero el asunto es que a los sacerdotes católicos los hemos tenido en el imaginario como referentes de cultura, personas que leen, que están en permanente formación, cual solícitos pastores que guían su rebaño. Me ocuparé, entonces, del tema: uso correcto del verbo poner, el correspondiente a nuestra lengua.

Le comenté el caso a un amigo, con el que suelo conversar asuntos de variada gama, y me dio su punto de vista: “Donaldo, tú eres testigo de la rapidez con que hoy cambian o se transforman los ‘usos y costumbres’, especialmente entre las personas jóvenes, incluidos niños y adolescentes; hoy, más que con la familia y la escuela, el contacto de ese universo juvenil es con los medios virtuales, las redes sociales. Has visto esos estudios que dan cuenta de la cantidad de horas que pasan conectados al celular. Es otra cultura y otros lenguajes. Todo lo encuentran en esos medios, que a todo responden… ¿Se imagina a un adolescente consultando un mamotreto físico de la Real Academia de la Lengua? En suma, son cambios históricos y culturales que hay que respetar y hasta tolerar; con una muy significativa salvedad: la tradición (todo lo construido, fundamento de lo presente). Esta última circunstancia justifica el esfuerzo que se haga en defensa del uso adecuado de la lengua. Que, sin duda, será de saludable utilidad para el padre de familia, el docente, y asimismo el sacerdote o el pastor”.

Con semejante soporte de sabiduría de mi amigo, procedo, con ayuda de la RAE, a hacer la siguiente precisión y claridad: el diccionario de la Real Academia Española registra cuarenta y cuatro (44) acepciones del verbo PONER, y solo cinco (5) para el verbo colocar. Para alimentar la curiosidad, cito las cinco raras aplicaciones que existen para esa presumida voz verbal (colocar): 1) Poner a alguien o algo en su debido lugar; 2) Invertir dinero; 3) Acomodar a alguien, poniéndole en algún estado o empleo; 4) Encontrar mercado para algún producto; y 5) Coloquial/ Dicho del alcohol o de una droga: causar un estado eufórico.

Para terminar, estas frases de uso frecuente en nuestras actividades cotidianas: me pongo los zapatos; le puse todo el sentimiento; me puse muy triste; ¡póngase de pie!; pongo atención; pon cuidado; puse de mi parte; poner en aprieto; le puse un correo; puso un negocio; puso la radio; se puso el sol; lo puso al sol; se puso colorado; ponerse pálido; póngase en mi lugar; me pongo a pensar; me pongo a leer; me puse a escribir; lo puse en práctica; me pongo a paz y salvo; todos ponemos… En suma, el riesgo de equivocarse es cuando se coloca.

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