Fundamentos

Por Donaldo Mendoza*

Salvat Editores, en su colección ‘Biblioteca Básica’ (No. 94), publicó en 1971 un volumen de 214 pp., bajo el título de «Los fundamentos del siglo XX / De la antigüedad a la edad contemporánea». En tres capítulos, cuatro académicos de las universidades “Barcelona” y “Autónoma de Barcelona”, hacen un recorrido histórico por la humanidad, y avizoran incluso más allá del límite cronológico (1970). Lo veremos, a través de: ‘Nacimiento de la vida urbana’; ‘Avances y retrocesos de la Edad Media’ y ‘La Edad Moderna’.

La primera parte son consideraciones sobre el nacimiento de la vida urbana; en otras palabras, el paso del nomadismo al sedentarismo. Es el momento en que los seres humanos empiezan a producir para su manutención, y se obligan a permanecer. Lo que propicia ese fenómeno es la invención de la agricultura, y con esa práctica aparecerá también el poblado, la aldea; es decir, un núcleo familiar de habitación estable. Es la génesis de la ciudad, que la obra funge como motivo central. Solo falta el elemento que garantizará la estadía y la economía de la comunidad, y no demora en aparecer: la ganadería.

Entre aldeanos que cultivan y aldeanos que pastorean, va entramándose el futuro de lo que será la ‘ciudad comercial’. Y alcanzado ese estadio, adviene otra ocupación que será muy significativa para el ‘ciudadano’: la cultura y la religión. Emblema de esa nueva realidad es una comunidad que peregrina por el desierto en busca de la ‘tierra prometida’. Y precisa de un conductor, ya sea un líder o alguien con don de mando: “La construcción de un templo será una actividad obligada de los monarcas. Los hebreos no considerarán legítimo su proceso de sedentarización hasta que Salomón pueda dotar de un templo a Jerusalén”. Vale recordar que este pueblo fue posteriormente llevado cautivo por Nabucodonosor, el rey de Babilonia, ciudad ésta que en el siglo VI a.C. contaba con más de 1.100 edificios sagrados, entre templos, capillas y santuarios.

Ese acontecimiento babilónico nos pone a las puertas de otro fenómeno que caracterizará el concepto de ciudad: las murallas. Aun en el siglo XX vimos esos muros separando las dos Alemanias, y en el XXI la paradoja de Estados Unidos, impidiendo el ingreso de migrantes. En aquellos tiempos los conflictos por límites u otras rivalidades entre ciudades obligaban a encerrarse entre murallas. Una idea que muchos años después mortificaría tanto a Borges, dado que toda guerra suele ser “para pelear como hermanos”; y asimismo, el “absurdo de las fronteras”.

El concepto de ciudad, como hoy se entiende, es invención de los griegos. “En Creta, la isla de las cien ciudades, según Homero, florecía muy pronto una civilización de tipo urbano”. Es la aparición de la polis o ciudad-estado, que concentra las actividades y funciones más importantes en un lugar llamado ‘ágora’ (plaza pública). Y el concepto de Estado, como “organización social y política que regula la vida de una comunidad en un territorio”.

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