Colombianos restauran las gordas de Botero en Medellín

botero-escultura-medellinBogotá, 12 nov (PL) Las célebres gordas y gordos del pintor colombiano Fernando Botero, que añaden un lustre especial a su natal Medellín, son sometidas a un proceso de restauración y conservación para preservar su condición de obras maestras del patrimonio universal.

Las 23 estatuas ubicadas en la Plaza que lleva el nombre del artista, las tres que engalanan el parque San Antonio y una más, la célebre Gorda de Botero -como es conocida-, instalada en el Parque Berrío, son objeto de un cuidadoso proceso para devolverles su esplendor inicial.

En primer lugar se les somete a un baño con jabones neutros, después se les despoja de la capa o pátina que las proteje, mediante un raspado con lijas. Una vez acondicionado el bronce, casi carnal, de que estan hechas, se les aplica una nueva pátina y encima otra capa de cera.

La operación la comanda el Museo de Antioquia en alianza con la Alcaldía de Medellín y, según explica la restauradora María Bohorquez, cada estatua se pone en manos, durante tres días, de un personal especializado que dedica 48 o 72 horas adicionales al acondicionamiento paralelo de bases y pedestales.

Cada parte del proceso es acompañada de ciclos didácticos para que los antioqueños aprendan y contribuyan a resguardar este tesoro artístico.

Las gordas y gordos de Botero son personajes entrañables para los habitantes de Medellín, la ciudad innovadora por excelencia. En particular, la gorda del parque Berrío es acariciada por cientos de manos y consejera silente de confesiones amorosas y desengaños perturbadores. A veces, de tanto acariciarla, el bronce se desgasta.

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