Por: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi
Hablar de la ‘REGIÓN CARIBE COLOMBIANA’, es referirnos a una extensa franja del territorio nacional, que se ubica en la parte norte del país, desde la alta Guajira hasta el Golfo de Urabá, e incluyendo también al Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina.

Entre las múltiples atracciones nacidas en esta Región, figuran sus aires musicales conformados por una mezcla de sonidos, ritmos, sabores y texturas que contagian a los miles de turistas que llegan a sus pueblos y ciudades, en procura de deleitarse con un sinnúmero de concursos, certámenes o festivales, que se desarrollan a lo largo del año, que expresan parte de sus costumbres e idiosincrasia, cuando de cantar, danzar o bailar se trata.
Una de sus características notables, reside en la multiplicidad de ritmos o aires musicales que tuvieron su origen allí, desde tiempos ancestrales, surgidos de las comunidades indígenas asentadas en varios lugares de la Región Caribe, a partir de Gaitas, Flautas de millo, maracas y tambores, a los cuales posteriormente se sumaron instrumentos de orígen africano y europeo, de cuya unión se fueron materializando, lo que habría de ser: la música folclórica y popular de este lugar privilegiado de nuestro país.
Entre los ritmos más representativos de la Región Caribe, tenemos la cumbia, la puya, el jalao, el garabato, el chandé, el porro (tapao y palitiao), el bullerengue, el mapalé, el merecumbé, la guaracha, la maestranza, gaita, cumbión, paseo, son, merengue, fandango, pompo, pasebol, zambapalo, tambora, chiquicha, chunga, jalaito, pajarito, pilón, garabato, chalupa, tuqui – tuqui y muchos más.
Es de anotar que, entre la variedad de instrumentos de cuerda, creados en diferentes culturas y naciones, quizas han sido los de cuerdas, los de mayores cultores, tales como: la Guitarra, de orígenes arábigo -asiáticos, que nos llegó a Colombia, tras la colonización española. Para comprender el desarrollo musical del Caribe colombiano, debemos tener en cuenta las condiciones sociales bajo las cuales se fue formando nuestra nación a partir de tres culturas: La aborigen americana, la española y la africana.
Antes de adentrarnos en la denominada Región Caribe continental, demos comienzo con los ritmos o aires musicales, que se ejecutan en Archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, donde reside una parte importante de comunidades afro-antillanas, las cuales han diseñado un modelo de cultura, basada en un lenguaje común: el Creole.
Damos inicio a un estudio de las formas interpretativas, clases de formatos y creaciones propias de todos esos actores que conviven al interior del caribe colombiano, enfatizando en las clases de instrumentos de cuerdas que allí tradicionalmente utilizan en el Archipiélago, como la Guitarra y la Mandolina
En esta ocasión, vamos a tratar de presentar una selección variada de ritmos, en donde intervienen sólidos maestros en la ejecución de instrumentos de cuerda e igualmente de Acordeón, en diversos formatos, para que todos puedan observar esa riqueza grande y variada, que en materia de música, posee el Caribe de nuestro país, incluyendo el Archipiélago de San Andrés, injustamente ignorado por los medios masivos de comunicación en el interior de Colombia. Comencemos con un Grupo de San Andrés Islas, llamado ‘Creole Group’:
INSIDE (CALYPSO SANANDRESANO)
Interpreta: Creole Group
GREY EYES
Interpreta: Jimmy Archbold y su grupo
Al trasladarnos a la parte continental, es menester anotar que el caribe colombiano se constituyó en la clave como punto de contacto y partida de expediciones conquistadoras y área de comercio. Por eso, allí aparecen antiguas y poderosas ciudades como Cartagena, Santa Marta, Riohacha, Valledupar y Mompós donde se fusionaron culturas y tradiciones indígenas, españoles y de esclavos africanos.
Las fiestas y la música religiosa española constituyeron el medio apropiado para influenciar indígenas y esclavos, dando inicio a un mestizaje musical, en el cual también influyeron las tertulias y bailes en las casas de los españoles acaudalados, en donde danzas europeas cortesanas y populares como la jota, el fandango y las seguidillas, fueron lentamente asimiladas y transformadas por indígenas y africanos.
Para complementar su trabajo de catequización en tierras americanas, los clérigos españoles optaron por traer maestros de música, en aras de conformar grupos musicales, que pudiesen acompañar los múltiples actos religiosos que ellos organizaban, como procesiones, sepelios, misas, etcétera. De allí surgieron años más tarde los integrantes de agrupaciones musicales, que a partir de la existencia de aires folclóricos raizales, simplemente trasladaron sus conocimientos, para la interpretación de ellos.
Uno de los instrumentos musicales que, mayor acogida fue teniendo en la Región Caribe, fue sin duda alguna el Acordeón, quien llegó a Colombia a mediados del siglo XIX, a bordo de buques mercantes alemanes, especialmente por Riohacha (Guajira), donde sus marineros intercambiaban instrumentos musicales a cambio de comida y otras mercancías. De igual forma sucedió por Cartagena (Bolívar), lugar éste desde el cual se remitió tabaco durante años a Europa, para permutar por mercancía, entre ellos vinieron los Acordeones a la sabana.
Durante el año 1869-1870 Colombia importó una elevada cantidad de acordeones, los cuales entraron vía Riohacha, Barranquilla y Cartagena. La mayor parte de estos instrumentos fueron llevados a los pueblos ribereños ubicados a orillas del río Magdalena y distribuidos en las poblaciones de los Estados Soberanos del Magdalena y Bolívar. Este se considera el punto de partida, para que fuesen surgiendo paulatinamente los diversos aires o ritmos musicales que se interpretan con acordeón, a los cuales le fueron colocando apelativos, tales como vallenatos o sabaneros, cuando lo ideal fuese que estuviesen integrados todos bajo un común denominador: Música de acordeón caribeña.
Infortunadamente han primado los regionalismos y, hoy en día, observamos por doquiera una gran confusión, y a todo lo que se ejecuta con acordeón, le llaman ‘vallenato’. Por ello es preciso aclarar que, los aires vallenatos, que anteriormente se conocían como ‘la música del Magdalena’, lo conforman solamente cuatro, a saber: 1) Son, 2) Paseo, 3) Merengue y 4) Puya.
Estos cuatro aires, originalmente se ejecutaron con tres instrumentos básicos: El acordeón (aporte europeo), la caja (aporte africano) y la guacharaca (aporte indígena). Es decir, un folclor triétnico.
Veamos cómo se ejecutan cada uno de ellos:
ALICIA ADORADA (SON)
Interpreta: Alejandro Durán y su conjunto
EL PARRANDERO (PASEO)
Interpreta: Luchito Daza y su conjunto
RECUERDOS DE OCHA (MERENGUE)
Interpreta: Ciro Meza Reales y su conjunto
PUYA VALLENATA (PUYA)
Interpreta: Isabel Sofía Picón
¿CÓMO SE EXTENDIERON LOS AIRES VALLENATOS Y SABANEROS?
La importación por los diferentes puertos del Caribe colombiano, denota cómo el instrumento hizo su desembarco a lo largo de todo el litoral y rápidamente penetró al interior de la región Caribe por los ríos Magdalena, Ranchería, Cesar y Sinú, o siguió la ruta terrestre de Cúcuta, hasta llegar al río Magdalena, y de ahí a los diferentes pueblos de la Región Caribe. En 1890 el riohachero Florentino Goenaga trae referencias de la Cumbiamba, que se interpretaba y se bailaba en la provincia guajira. Allí acudían los hombres de la élite riohachera a bailar con hermosas jóvenes mulatas de origen popular. También describe la cumbiamba al aire libre, al son del Acordeón, tambor y guacharaca, con parejas de bailadores alrededor de los músicos.
Estos bailes también los encontramos para la misma época, en poblaciones de la zona bananera, cerca de Ciénaga y Santa Marta. Vale la pena resaltar las diferencias entre la cumbia y la cumbiamba. Cumbia se denomina la música y la danza, mientras la cumbiamba es el festejo, el sitio o lugar donde se bailaba la cumbia, al igual que otros ritmos como el fandango, el porro o el mapalé.
En la plaza principal de todo pueblo se construía una tarima durante las fiestas patronales y allí se organizaba la Cumbiamba. Otros grupos manifiestan su júbilo a través de danzas, llamadas porros, chichamaya, puya, mapalé, currulao, merengue y bailes de gaita indígena, así como los copleros que hacían los cantos de guitarra. Alrededor de un poste se agrupaban los tres músicos con una caja, guacharaca y acordeón, y al ritmo de la cumbia los hombres y mujeres bailaban con sensuales movimientos. Las mujeres llevaban velas prendidas. En el sur de la Guajira y norte del Cesar, fueron muy populares las llamadas ‘Colitas´. Estas fueron el preámbulo de las llamadas casetas y el paso de la cumbiamba gratuita, que involucra a toda una comunidad a una fiesta organizada con fines de lucro. Eran fiestas colectivas, a las que podían acceder todos los adultos con la condición del pago del consumo y su finalidad era el bailar; por consiguiente se requería mayor intensidad del sonido y ese hecho condujo a modificar el formato de acordeón, caja y por un híbrido entre el conjunto de acordeón tradicional y la banda de viento, de la cual tomaban el bombo y el redoblante, agregándole las maracas. Muchos años después aparece la denominada ‘parranda’, la cual permite a los presentes una proximidad con los músicos.
A mediados del siglo XX comenzó a ser utilizado el término ‘Vallenato’ para denominar así la música de Acordeón que se interpretaba en todo el Magdalena Grande (Magdalena, Cesar y Guajira) ubicada entre los contrafuertes de la Sierra Nevada de Santa Marta y la Serranía del Perijá, que se extendían, por un lado, hasta las orillas del mar Caribe y, por el otro, hasta el río Magdalena. Para esa misma época, en algunos pueblos de Bolívar se bailaba y cantaba, acompañado de tambor, gaita y acordeón.
En los años siguientes, a todas las canciones ejecutadas con acordeón, se les dio el término genérico de Vallenatos, excluyendo los aires musicales del antiguo Estado de Bolívar (Córdoba, Sucre y Bolívar). Este fenómeno tomó fuerza y se popularizó, a partir de la creación del llamado ´FESTIVAL DE LA LEYENDA VALLENATA’, cuyo comienzo fue a finales del mes de abril de 1968, por iniciativa de una aguerrida defensora de este género: CONSUELO ARAÚJO NOGUERA, quien contó con el decidido apoyo del entonces gobernador del Cesar, ALFONSO LÓPEZ MICHELSEN y del compositor RAFAEL ESCALONA.
En Valledupar sólo tuvieron cabida los cuatro aires enunciados, descartando de hecho, los cultivados en la sabana, como la cumbia y el porro. Los denominados Vallenatos, para su interpretación típica sólo intervienen tres instrumentos, a saber: el Acordeón, la Guacharaca y la Caja, a diferencia de los aires sabaneros, que requieren de un cuarto instrumento: la Tumbadora.
SAN CARLOS (PORRO)
Interpreta: John Ruiz
LA PAVA CONGONA (CUMBIA)
Interpreta: Carmelo Torres y Los Bajeros de la montaña
Es de anotar que algunos ‘vallenatólogos´omiten o no le conceden tanta importancia, al papel que desempeñaron en sus inicios, artistas de la talla de Guillermo Buitrago o Julio Bovea, quienes dieron a conocer una multiplicidad de aires típicos como paseos, merengues, sones, porros, cumbias, etcétera, en diferentes lugares de Colombia y del exterior, puesto que antecedieron a todas las grabaciones en acordeón. Sin duda alguna, hay que reconocer a Buitrago, ser el pionero en dar a conocer canciones de connotados compositores, tales como Rafael Escalona, Emiliano Zuleta Vaquero, José Barros, Tobías Enrique Pumarejo y otros más.
EL TESTAMENTO (PASEO)
Interpreta: Guillermo Buitrago y Los Trovadores de Barú
ENSALADA VALLENATA (MOSAICO)
Interpretan: Julio Bovea y sus Vallenatos
Los aires vallenatos y sabaneros, cuyo nivel les ha abierto puertas por doquier, optaron por introducir los instrumentos de cuerdas, como guitarras, requintos y bajos en sus repertorios, bien sea en en parrandas de amigos, fiestas privadas, en casetas o concierto en grandes escenarios, decidieron reforzar los sonidos, para que los asistentes escuchen sonidos renovados, que complementan y armonizan con el resto de los instrumentos.
EL VIEJO MIGUEL (MERENGUE)
Interpretan: Adolfo Pacheco y sus amigos
LA PLATEÑA (PASEO)
Interpretan: Iván Villazón y su Grupo
CONJUNTOS DE CUERDAS Y ACORDEÓN QUE HAN DEJADO HUELLA:
Independientemente del lugar donde se conformaron, en el Caribe colombiano surgieron muchas de las agrupaciones que han recorrido gran parte de Colombia e igualmente han llevado a muchos países, los diversos aires tropicales, que han dado prestigio a nuestra patria natal.
Escuchemos a algunas de ellas:
lLAS TAPAS Y CULEBRA CASCABEL
Interpretan: Alfredo Gutiérrez y su Conjunto
MOSAICO CARNAVALERO
Interpretan: Aníbal Velásquez y su Conjunto
AVELINA (MERENGUE)
Interpretan: Moisés Angulo y la Gente del Camino
LA PALOMA
Interpretan: Totó La Momposina
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BLOG DEL AUTOR: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi
Muy buena información para la nueva generación que quiera saber de los orígenes de nuestra música Colombiana
Felicitaciones Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi
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