I
Mujer hidalga de cuna
María Margot Mestre Castro,
iluminada por los astros
en los senderos de luna.
Su sempiterna fortuna:
sus nobles padres decentes,
María Concepción y Vicente,
felices la vieron nacer
en un lindo amanecer
de mil novecientos veinte.
II
En tiempo de mocedades
su belleza renombrada,
y además siempre admirada
por sus infinitas bondades.
Don Tobas en sus verdades
de cantor enamorado
de ella quedó impresionado
por su estampa primorosa,
y le cantó ‘La mariposa’,
un paseo bien inspirado.
III
Del viejo Valledupar
existen recuerdos bellos,
su esposo fue Luis Cabello,
ya es un ángel en su altar.
Formaron un lindo hogar
de ternura florecida,
y Dios les premia la vida
con la sagrada alegría:
Luis, Marta, Adela y María,
su bella estirpe querida.
IV
Lucía en su tierna mirada
la sonrisa centenaria,
y en el patio trinitarias
de flores blancas y rosadas.
Su alma engalanada
del color de la pureza.
Dios bendijo su belleza
de noble mujer cristiana,
el albor de la mañana
un rosal en su cabeza.
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