El agua fluye en su caudal
como fluyen sentimientos,
en las historias y cuentos,
que nos desbordan en raudal.
Las hay de un buen corte feudal,
de machismo descarado,
que a las damas deja a un lado,
ocultando su importancia,
con notoria relevancia,
del prestigio ya ganado.
Los hay también amorosos,
juiciosos y placenteros,
son obras de caballeros,
que escriben versos hermosos,
cristalinos, primorosos,
cual manantiales de amores,
que describen los valores,
de las damas primorosas,
bellos racimos de rosas,
de carácter las mejores.
La corriente de relatos
humorísticos alegran,
color y dicha se integran,
sin distinguir los estratos,
sonrisas sin alegatos,
las penas logran disipar,
lluvia de emociones sin par,
bañan el alma humana,
desde el niño a la anciana,
todas las penas a extirpar.

Alberto Lacouture

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