
Ese amor acuñado en crisol de antaño,
curado por el tiempo de los años,
como cura el tonel el añejo vino;
ese amor de turbulencias juveniles,
de vivencias inconmensurables,
ese amor de locuras sin espanto,
de decisiones y vacilaciones,
de noches eternas y madrugadas cortas,
de días sin nombre;
ese amor ardoroso de playas olvidadas,
amor de hombre, deseo de mujer,
ese amor de seres convulsos,
enredados en el laberinto de la vida;
ese amor de felicidad y tristeza,
de lujuria y pasión intensas,
ese amor de reproches y reencuentros,
de mentiras desconocidas y verdades declaradas;
ese amor que lacera la inconciencia,
de la sinceridad, su fuego ardiente;
ese amor que nació sin permiso,
de nuestras tumultuosas almas;
ese amor que, con su luz de esperanza,
ilumina, de nuestros años vividos, el camino;
ese amor, que sobre el tiempo cabalga impávido,
con la energía de su fuego, nuestro porvenir arropa.
Alberto Lacouture
11 mayo 2024
♦♦♦


BLOG DEL AUTOR: Alberto Lacouture
Siguenos en X: @portalvallenato
