Por José Atuesta Mindiola*

Consuelo Araujonoguera en el libro ‘Léxico del Valle de Upar’ (Ministerio de Cultura, 2002), explica: “Piqueria. (Sustantivo de rancia estirpe vallenata). Duelo musical entre dos cantantes o repentistas de la música vallenata. Desafío que un improvisador en versos le plantea a otro de sus mismas condiciones para demostrar el talento y la versatilidad en el arte de construir, cantando coplas con gracia, agilidad y precisión”.

La dinámica para mejorar el nivel del concurso de piqueria no es cambiar la tradición. La estrofa de cuatro versos (cuarteta) es la matriz esencial de la piqueria vallenata, se puede cantar en varias melodías; y la décima, generalmente se canta con la misma melodía. De los concursos del Festival, la piqueria es el más difícil, porque improvisar implica concentración y agilidad mental; además, siempre hay el riesgo a la equivocación. Mientras que los acordeoneros se saben de memoria lo que van a tocar, lo han ensayado con tiempo suficiente.

Romper la tradición de las cuartetas y las décimas, por decreto no es lo mejor. Incluir las modalidades de estrofas de seis versos (sextillas) y de ocho versos (octavillas) les complica a los concursantes sus habilidades para improvisar con agilidad, gracia y exactitud métrica y rítmica; porque su estructura mental de verseador son las estrofas tradicionales.

Si en la actualidad llueven las críticas en contra de los verseadores, es necesario repasar el concepto de piqueria. El desafío poético no es la ofensa; es una controversia, un escenario para improvisar versos con gracia y melodía. Muchos verseadores, cuando les corresponde el tema libre, se quedan en el estilo de la pelea, el autoelogio y repiten casi los mismos versos, a veces varían un poco, pero vuelven a las rimas de cajón: rey con carey. Piqueria con feria. Y los versos comunes: yo soy mejor que tú… y tú no me ganas a mí. Hoy te bato contra el suelo.

Jose Félix Ariza, quien ha sido cinco veces rey de la piqueria en el Festival Vallenato, opina que se debe innovar las modalidades para potenciar el talento de los concursantes. La clave del repentista es saber improvisar. El jurado debe asignar un tema extensivo. Por ejemplo: las aves de la región, árboles del entorno, mensajes de canciones reconocidas, las virtudes de la amistad, la grandeza del amor, la gratitud a los padres, la belleza de la mujer, sucesos de actualidad… Cuenta José Félix, que una vez estuvo en un Festival de Arjona, y el tema fue exaltar las virtudes de su rival, y se cantaron versos nuevos y de gran aceptación del público.

Respetuosa sugerencia a la Fundación del Festival: para elevar la calidad del concurso de piqueria, se debe hacer una preselección con los nuevos concursantes. Recuerdo que hace más de 20 años, el verseador Andrés Beleño, decía que él podía participar en la preselección de los nuevos verseadores, porque en algunas ocasiones se inscriben personas que no tiene el talento de verseador, y cuando se suben a la tarima desluce el concurso; otros vienen por la credencial y no se presentan. José Félix Ariza y otro verseador cercano de la Fundación, bien pueden colaborar en esta preselección, que puede ser virtual para los que no vivan en Valledupar.

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BLOG DEL AUTOR: * José Atuesta Mindiola

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