SONRISA-PENUMBRA copia

Era tarde… las horas atropelladas

danzaban al filo de la noche

en su alcoba cada cosa murmuraba

impidiéndole tumbarse

en la cuna de sus sueños.

El divagar  se su mente

traía gratos instantes

labrados en el mar

de desnudez y besos

de amores inalcanzables

que amenazaban con diluir

al navegante del cristal de sus recuerdos

cuando apagada su voz

le confesaba…  regresar  ¡nunca!

Mas  la esperanza la arropaba

y en la estancia,

dibujaba sonrisas en penumbras.

Yolaida Padilla Vásquez

 San Diego, octubre  13 de 2013