Por Donaldo Mendoza
Juntos los dos: Jorge Zedán Sierra y Elvira Acosta Mendoza. Es el título completo de este comentario que he tratado de hacer ordenando la esquiva baraja de la memoria. En efecto, no tengo otra fuente que los recuerdos y el afecto para evocar a estos dos amigos, más de 40 años después de mi última conversación con ellos.
Jorge Zedán y Elvira Acosta llegaron a Codazzi, desde La Junta, a principio de los años 50 del siglo pasado. Para entonces, Agustín Codazzi, en plena bonanza algodonera, se convirtió en la tierra prometida para innumerables familias de la Costa caribe. En esa diáspora, el corregimiento de La Junta aportó un número considerable de personas que llegaron con su vocación de labriegos unos, otros educadores, y otros que dejaron su huella y su firma en el acta de fundación del Municipio, en 1958.
La historia de amor de los esposos Jorge y Elvira se escribió en letra de rancheras. Jorge Zedán se ganó con honores el diploma de «La enciclopedia de la ranchera», en Codazzi. Aparte de llenar el cuarto de estudio de su casa con estanterías de acetatos de esta música popular, mantuvo siempre una voz privilegiada para hacer florecer en todos los tonos los cantos rancheros. Con el paso del tiempo la música azteca no solo regulaba su estado de ánimo, fue también su filosofía de vida.
En esa vivencia siempre estaba su amada Elvira. Su presencia y estatura eran imprescindibles, no solo para atender a los amigos, sino para amenizar con historias las tandas de canciones que se alternaban con la voz cantora de Jorge. No podían faltar, digo, las pausas para Elvira, que las sabía aprovechar para contar anécdotas de adolescencia por las sabanas de La Junta, o en las bulliciosas romerías hacia el milagro natural que era el Salto en invierno.
De esa unión nacieron cuatro hijos: Eduardo, que heredó la vena artística de su padre (es pintor de cuadros costumbristas), Mariela, que nació con la bella estampa de su madre, Ricardo, quizá el más discreto de los cuatro, y Laura, la de la bella sonrisa, y fallecida en la flor de su juventud. De modo que el corazón de Jorge palpitaba al ritmo de dos amores: su familia y la música.
Había en esta familia un evento celebrado con especial alborozo: el santo de Jorge y Elvira, los dos cumplían años en la misma fecha. Sólo esa circunstancia obligaba la celebración. Gracias a esta coincidencia, Jorge refrendaba con música su feliz unión con Elvira. Siempre abría la fiesta con la ranchera que adoptó como su himno de amor: «Juntos los Dos», hecha famosa en la voz de Vicente Fernández y Vikki Carr, pero que en la voz de Jorge se vestía de nuevo encanto: Soy más feliz, si estoy contigo; que sin ti, me muero.
Canción con la que el destino quiso sellar para la eternidad el matrimonio de Jorge y Elvira. Cuando aún andaban felices más allá de los 80 años, el Covid-19 los sorprendió. Quiero decir, y ojalá Eduardo, Mariela y Ricardo compartan conmigo esta apreciación: como celebraban cada año su santo, también la Providencia quiso que ambos partieran de este mundo sin el duelo del uno por el otro: Juntos los dos, jamás sabremos lo que es la soledad. Y ahora en compañía de su amadísima Laura.
Me parece muy bueno solo que quiciera que corrigiera, mi tío Jorge con tía Elvira tuvieron 5 hermosos hijos: Eduardo, Mariela, Fabio, Ricardo y Laura.
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Gracias, Alba Luz, también mi sobrino Héctor Luis Paz M. me advirtió de esa involuntaria omisión; incluso, me dice Héctor, que Fabio fue quien primero mostró la vena artística, y lo hacía en una guitarrita de pasta de tres cuerdas con las que milagrosamente reproducía melodías de varias canciones. Te ruego, Alba, que compartas de nuevo El Portal Vallenato, ahora con estas notas. Agradezco tu interés y al gran Fabio, que por favor me disculpe; son riesgos que se corren cuando la única fuente son los recuerdos.
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Si Donald que bueno la correción para poderlo compartir, pero el de la vena artística no es Fabio, es Ricardo que tocaba en una guitarrita con dos cuerdas, ademas es compositor, incluso creo que Diomedes Diaz alcanzo a cantar alguna de sus composiciones.
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Jajaja. Entonces seguimos dándole palos al muy noble Fabio. No hay derecho.
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ja ja ja si un poco, eso de noble le queda muy. En realidad tu mensaje sobre tio Jorge y tia Elvira esta muy bueno, solo agregale el 5 hijo y listo. para yo poderlo compartir con mi familia.
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Bueno, Alba Luz, tantos equívocos hacen más misteriosa la figura de Fabio.
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Alba Luz, hazme el favor y me envías al correo (donaldomendoza.inem@gmail.com) una minibiografía de Fabio. Me resulta mejor escribir sobre él que arreglar el texto del presente artículo. Gracias.
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