Por José Atuesta Mindiola

I

Del dulce pecho materno
en El Plan sierra montaña
soplan aromas de cañas
en los cantares fraternos.
Los versos se hacen eternos
en ese edén vegetal
una mujer sin igual
la vieja Sara María;
su casa una cofradía
en el arte musical.

II

De ese árbol musical
de colorido follaje
Imera Mejía Ovalle
tiene herencia paternal.
Y del lado maternal
es más fuerte la influencia;
cantantes por excelencia,
su madre, hermana y tíos;
los Ovalle son un río
de cantarina presencia.

III

En las ventanas del viento
fluyen hermosos cantares,
ecos de viejos juglares
en sonoros sentimientos.
Con su voz y su talento
escalando una atalaya
la cantante La Iguaraya,
Imera Mejía Ovalle
lleva una luna en su talle
y el premio de su batalla.

IV

Décima quinta versión
Festival Francisco El Hombre
a Imera exalta su nombre,
es reina sin discusión;
le acompañó en el acordeón
su prima María Silena,
sumados a la faena
Alma y Fabio en los coros;
los Ovalle son tesoros,
cantores en hora buena.

Atentamente
José Antonio Atuesta Mendiola
Cel: 3015734205

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