Llueve. Adentro y afuera del corazón de los brasileros. Llueve en Río de Janeiro y en Teresópolis, cuartel general del anfitrión del Mundial, que este sábado (3:00 p.m. hora de Colombia), contra Holanda en Brasilia, jugará el partido por el tercer puesto, un premio de consolación que sabe a poco.
“Para Brasil ser segundo o tercero es como ser último, a nosotros no nos gusta perder”, explicaba el excampeón mundial Roberto Carlos después de aquel 1-7 contra Alemania que por muchos años será para Brasil lo que es la luz para los vampiros: una condena.
Y sí que se respira esa sensación en la casa del local, en Teresópolis (a unas dos horas de Río). Nadie quiere saber más de la Copa. Se trabaja en silencio, se mira al piso, se evitan la cámara y la cara del hincha. Se vive el duelo.
“Fracasamos”, decía Neymar, quien se ha sumado al cuartel en las últimas horas pese a que la fractura que sufrió no le permitirá jugar. Fracaso, la palabra que va y viene, que duele y va.
Como anestesiado, el grupo obedece a Luiz Felipe Scolari, quien ha dedicado la última práctica al trabajo de la defensa -Claro, muy oportuno. El estratega colocó a Henrique en el lugar de Dante, Jô sustituyó al muy criticado Fred como único punta y en el medio aparecieron Luiz Gustavo, Paulinho, Ramires y Oscar.
El único jugador que no participó en el entrenamiento fue el capitán Thiago Silva, quien ya cumplió la fecha de sanción.
En la portería hay dudas: Julio César inició el entrenamiento pero luego se fue al gimnasio y dejó su lugar a Víctor, guardameta del Atlético Mineiro (gran portero que vimos en Colombia por Copa Libertadores). Siete goles y un partido que casi nadie quiere jugar no son malos argumentos para pensar en cambios.
Holanda, sin motivación
Y en la casa holandesa tampoco hay, precisamente, un ambiente festivo. De hecho, el mismo técnico Louis van Gaal puso una lápida sobre el interés que alguien pudiera sentir por el juego de este sábado: “Los partidos por el tercer puesto no deberían jugarse… No quiero jugarlo, es injusto porque tenemos un día menos para recuperarnos. Lo peor de todo es que existe la posibilidad de que pierda el equipo dos veces seguidas en un torneo disputado de manera tan maravillosa”. Cuánta razón tiene, cuánto sabe este hombre de fútbol.
Y claro, cuánto debe inventar un técnico, incluso sin creer que el partido que viene tenga sentido. Un día después de estas frases, Van Gaal encontró la manera de despertar del letargo a sus pupilos para no caer en Brasilia: “Nunca ha habido una selección holandesa que haya regresado a casa invicta”, dijo, al tiempo que insistió en que su equipo no perdió ante Argentina.
De la alineación solo dice que esperará a revisar el “real estado físico” de sus jugadores. Atención, porque de ánimo no están nada bien: “estamos afectados todavía, aún hoy nos sentimos incómodos» reconoció Kuyt.
Y entonces es así como llegan dos condenados a exponer de nuevo la piel, o al menos lo que queda de ella después de saber que se han quedado a un partido de disputar el título que vinieron a buscar.
Bien lo decía Van Gaal: vienen 90 minutos (o incluso 120 o penaltis ¡Qué horror!) que serán para uno de los dos gotas de limón en una herida abierta. El premio es un tercer lugar que no sabe a nada y el castigo una nueva humillación, pánico puro especialmente para el local. ¿Vale la pena el riesgo?
Alineaciones probables
Holanda: Jasper Cillessen; Bruno Martins Indi, Stefan De Vrij, Ron Vlaar o Daryl Janmaat; Dirk Kuyt, Daley Blind, Georginio Wijnaldum, Nigel de Jong o Jordy Clasie, Wesley Sneijder; Arjen Robben y Robin van Persie.
D.T.: Louis Van Gaal.
Brasil: Julio César (o Víctor); Maicon, Thiago Silva (o Henrique), David Luiz, Marcelo; Luiz Gustavo, Paulinho, Ramires, Oscar; Willian y Jô.
D.T.: Luiz Felipe Scolari.
Árbitro: Djamel Haimoudi (Argelia).
Estadio: Mané Garrincha, de Brasilia.
Hora: 3 p.m., hora de Colombia
JENNY GAMEZ
Enviada especial de ADN
Río de Janeiro