Por José Enrique Robledo Ocampo
Una Canción, un Cantante, dos Interpretaciones… …La canción, usualmente en ritmo de bolero, Cuando vuelva a tu lado, pertenece a la compositora mexicana María Grever, y el intérprete de ambas versiones es el cantante Javier Solís, también mexicano:
Interpretación 1
La primera interpretación se despliega con un compás acelerado dentro del género del bolero ranchero, con el acompañamiento apropiado de mariachi; su carácter es animado, casi festivo, no obstante el contenido romántico de la canción. La segunda interpretación, con el acompañamiento de orquesta la asume Solís como un bolero lento y pausado, con un carácter intimista, reservado.
En la primera interpretación Solís omite el recitativo en ‘tempo’ libre (Recuerdas aquel beso / Que en broma me negaste…) que hace parte de la letra, y de una vez acomete el ‘cantabile’ de la canción con su ritmo de bolero rápido bien marcado.
En la segunda incluye el recitativo al comienzo, como se suele ejecutar esta popular pieza musical. Sucede además que en la comparación de las dos interpretaciones, aparte del cambio de una que otra palabra, Solís intercambia y traspone algunos versos de la letra.
Acerca de esto último, parecería ser que una falta de sentido preciso o de ambigüedad inherentes al propio texto da pie para la ocurrencia de estos equívocos.
Interpretación 1
Cuando vuelva a tu lado
No me niegues tus besos
Que el amor que te he dado
No podrás olvidar…
Cuando vuelva a tu lado
Y esté solo contigo
Las cosas que te digo
No repitas jamás, por compasión…
Interpretación 2 …
Cuando vuelva a tu lado
No me niegues tus besos
El amor que te he dado
No repitas jamás…
Cuando vuelva a tu lado
Y esté solo contigo
Las cosas que te digo
No podrás olvidar, por compasión…
Y una última diferencia para resaltar es la variación en las tonalidades entre una y otra interpretación: la primera en LA sostenido, y la segunda en FA. ¡Nada menos que 2 y medio tonos! Eso es mucho.
Puede equivaler a la distancia en el canto operático entre las tesituras del tenor y del barítono. Con pasmosa desenvoltura la voz y el canto de Javier Solís se acomodan a las distintas alturas de ambas interpretaciones. El material vocal de él era excepcional, el timbre de la voz atractivo, varonil, y su talento musical e interpretativo enorme.
En el registro alto y exigente de la primera interpretación la emisión vocal suena fácil y suelta, y en el grave de la segunda consigue sonoridades expresivas y profundas. En las dos interpretaciones exhibe una cualidad muy particular de su voz y su canto, y fue la maestría asombrosa con que transitaba entre la fortaleza y amplitud de la voz plena, los ‘diminuendos’ sutiles, la media voz delicada, acariciante, y el falsete fino ocasional, todo en beneficio de la comunicación efectiva de emociones y sentimientos a través de su arte.
José Enrique Robledo Ocampo