I
Se escucha un canto montuno
en los labios de un jinete,
en ese abril veintisiete
del año cuarenta y uno.
Feliz momento oportuno
para Juan Moya y Sergina,
su humilde hogar se ilumina
con profundo regocijo
porque nace un hermoso hijo,
y es Sergio Moya Molina.
II
Sergio es de Valledupar
y sus padres son guajiros:
Ella fiel como el Zafiro
embelleciendo el hogar.
Él tenaz pa’ trabajar
y gran amigo sincero,
también era decimero
conocido en el redil.
En su estancia juvenil
Sergio cantaba boleros.
III
En pueblos de la región
dejan huellas los juglares
y bendicen sus cantares
las fiestas del corazón.
El susurro de acordeón
es la aurora matinal
de abril en el Festival,
y llega Alberto Pacheco
a Sergio le abre el chaleco
en la vida musical.
IV
Así su historia se crece,
las Puyas de su autoría:
Los Pájaros y La Cacería,
a dos reyes enaltece.
Y su inspiración florece
en materias amorosas:
Conquistador, La Celosa,
Competencia, Tú verás,
El Tiempo, Mujer en Paz,
Fortuna y Bonitas Cosas.
V
El cantor lleva una quilla
para elevarse en el viento,
y pintar con sentimientos
cantares de maravilla.
Bajo de este cielo brilla
la sonora epifanía,
jardines de melodía
de Sergio Moya Molina,
el Trio de Oro en la cima
de sus hijos en armonía.
VI
En el tiempo octogenario
su pensamiento reposa
en Juana su linda esposa,
amor de su abecedario.
Resuena en el campanario
la familia es un tesoro,
el famoso Trio de Oro:
Sergito, Fredy y Leonidas,
que heredaron de su vida
la música y el decoro.

BLOG DEL AUROR: José Atuesta Mindiola