COMPOSITORES DEL CARIBEY SUS GRANDES INTÉRPRETES

Por: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi1

JOSÉ BENITO BARROS PALOMINO

José Benito Barros Palomino nació el 21 de marzo de 1915 en El Banco, Magdalena. Sus padres fueron José María Barros, de nacionalidad mexicana y ascendencia brasileña y portuguesa, y su madre Eustacia Palomino♦

Desde temprana edad estuvo marcado por los aires tradicionales, que solía escuchar en su tierra natal, en donde con frecuencia se llevaban a cabo eventos musicales, con énfasis en Cumbiambas, Tamboras y Chandés.

Su repertorio de canciones estuvo influenciado por la lectura de poemas, como los de Amado Nervo. Aprendió a ejecutar la Guitarra, interpretando boleros.

Su primer destino fue Santa Marta y la siguiente parada fue Barrancabermeja, donde fundó su primer grupo musical. Seguidamente, tomó la decisión de viajar a Segovia, atraído por la llamada fiebre del oro; fue en las minas de ese lugar, donde compuso una canción con esta melancólica letra: “Qué será lo que busca el minero/ en la oscuridad de la mina/ la muerte rápida o lenta/ o su esperanza perdida/ acaso solo busca ilusiones y solo encuentra quimeras”. 

Luego su espíritu aventurero lo llevó a Medellín, donde surgieron canciones como: Mala suerte, Cantinero sirva tanda, El suicida, entre otras, esta vez en ritmo de tango. Barros había escuchado a Carlos Gardel a cuyo sepelio asistió y cuya música fue de gran influencia para él. Los tangos fueron las piezas que lo hicieron sonar en la radio. Posteriormente se trasladó a Cali y allí compuso una canción a su madre, la cual tituló: Dos claveles.

Su alma aventurera lo condujo a una gira por el continente americano , en países como Argentina, Chile, Brasil, Ecuador y Perú. En este último grabó su primer disco, Cantinero sirva tanda en 1944. Luego de su gira suramericana, continuó con su viaje a México, país en donde más tarde algunas de sus canciones llegaron a hacer parte de películas como Novia a la medida y Del can can al mambo. Su nuevo destino fue Bogotá donde se encontró con músicos de la talla de Lucho Bermúdez y Pacho Galán, con quienes aprendió a escribir música. 

De Bogotá se trasladó a Cartagena, por contrato con Antonio Fuentes dueño de discos Fuentes y allí dio comienzo a un nuevo capítulo con Los Trovadores de Barú.  Este grupo con el aporte de José Barros, se tornó muy polifacético, puesto que, al lado del maestro Barros surge una nueva faceta. su amor por la música tropical, de donde surgieron canciones tales como: La Piragua, Ta tanga chata, Juanita Maicera, El chupaflor entre otros. 

Una de sus mejores canciones, la constituye ‘El Vaquero’, la cual fue grabada por Luís Pérez Cedrón, más conocido como Lucho Argaín, acompañado por los famosos Corraleros de Majagual, con estrellas como Alfredo Gutiérrez, César Castro, Chico Cervantes, Rosendo Martínez.

EL VAQUERO

Interpreta: Lucho Argaín con Los Corraleros de Majagual

2) ADOLFO PACHECO ANILLO

Nació en San Jacinto (Bolívar) un 8 de agosto de 1940; compositor y cantautor de origen sabanero (Departamentos de BolívarCórdoba y Sucre).

Representante distinguido de la música de acordeón en las sabanas de Bolívar y los Montes de María, corazón del Caribe colombiano. Su bisabuelo de apellido Pacheco, oriundo de Ocaña (Norte de Santander), llegó a San Jacinto en 1850. Él le daría al maestro la herencia ancestral que le permitió hacer de sus composiciones poemas incomparables, inherentes a la vida del campo y sus azares.

El juglar desde muy niño con las influencias de su abuelo Laureano Antonio Pacheco, tocador de gaita y tambor, empezó a mostrar sus dotes de compositor y el primer verso que hizo a los seis años, es un canto indio en ritmo de Puya. Este no sería más que el comienzo de una fascinación por narrar en sones, puyas, paseos, cumbias y merengues, las vivencias del sabanero mayor, como también es conocido el juglar.

Cursó su bachillerato en el colegio Fernández Baena en Cartagena, donde inició su formación para componer, utilizando figuras literarias como el símil y la metáfora, a diferencia de algunos de los compositores de la música de acordeón que lo hacen de manera espontánea y sin más pudor que el que la mente les permitiera. Su Padre no estuvo de acuerdo al principio, asociaba la música con el consumo de alcohol, por lo que insistió para que el joven sabanero ingresara a la universidad, de la cual finalmente se gradúa como abogado en la universidad de Cartagena cuando ya gozaba de la fama de ser el compositor de canciones como “el viejo miguel” “el mochuelo” y la que lo internacionalizó “la Hamaca grande”. Todo aquello sucedió después de un fugaz paso por la ingeniería civil en Bogotá, que le dejarían las clases de guitarra como recuerdo perenne de su paso por la capital, de la que regresó cuando la situación económica de la familia le impidió continuar.

El regreso a aquel lugar, que él magistralmente compararía con un “imperio” y del que difícilmente lo volverían hacer salir, pues él vivía mejor “llevando siempre vida tranquila”. En su natal San Jacinto y los Montes de María,  serían el espacio cultural en el que el maestro desarrollaría toda la impronta sabanera a través de sus cantos al folclor, la naturaleza, la tristeza y el amor que termina por imprimirle a la música de acordeón y que lo coloca, por una suerte de reivindicación del pentagrama musical del Caribe colombiano, a la altura de los juglares del Valle del Cacique Upar y el Magdalena grande, que habían reservado para sí, en el término “Vallenato” , el goce de la música del fuelle bendito que también tiene leyenda  en el “indio faroto y su vieja gaita” tal  “como la de Francisco el hombre”.

En la obra de Pacheco se resalta una música de acordeón muy cercana al paseo, a la gaita, la cumbia, el porro, el chandé, el son y el merengue, destacándose entre este último aire «El Cordobés», cuya mejor versión la hizo el mejor acordeonero que ha dado Colombia: Alfredo Gutiérrez, al lado de gran vocalista Jorge Oñate.

El Maestro Adolfo Pacheco logró convertirnos a todos con sus composiciones, en hijos de una región con una riqueza cultural, que a través de la música de acordeón trascienden las barreras regionales y suprime lo particular para convertirlo en elemento de identidad nacional, al definir la misma como un universo musical de ritmos afro antillanos e indígenas, que, mezclados en un sincretismo cultural con la herencia española, la cual se encuentra diseminada por toda la región caribe de Colombia, que ha logrado traspasar fronteras. 

EL CORDOBÉS

Interpretan: Alfredo Gutiérrez y Jorge Oñate

3) LEANDRO JOSÉ DÍAZ DUARTE

Leandro Díaz fue hijo de María Ignacia Díaz y de Abel Duarte. Su nacimiento se da en la vereda de Alto Pino, zona de Lagunita de la Sierra, zona veredal ubicada dentro de los límites del municipio de Barrancas, pero fue criado en Hatonuevo municipio también perteneciente al departamento de La Guajira, allí fue criado y vivió gran parte de su infancia y juventud. Rápidamente fue llevado a los cafetales que tenía su padre en La Guajira, a Tocaimo y luego a San Diego, en el departamento del Cesar.

En edad joven se enamoró de Matilde Lina, una mujer morena a quien compuso la canción de igual nombre; a la postre, esta se convertiría en la canción más famosa de Leandro Díaz; sin embargo, el amor no le fue correspondido y Díaz terminó casado con Helena Clementina Ramos Ustáriz, quien fuera la madre de sus cinco hijos, entre ellos Ivo Díaz, quien también se convirtiese en cantante. En 1993 Ivo compuso la canción «Dame tu Alma» en honor a su padre; la canción ganó en el Festival de la Leyenda Vallenata, como mejor canción. Por su parte, Leandro fue reconocido por ser un hombre mujeriego.

La obra artística de Leandro Díaz está compuesta de más de 350 canciones, entre las que se destaca La Diosa Coronada, canción que fue retomada parcialmente en el epígrafe de la novela El amor en los tiempos del cólera del premio nobel de literatura Gabriel García Márquez:

«En adelanto van estos lugares: ya tienen su diosa coronada»

Compuso su primera canción a la edad de 17 años y la llamó «La Loba de Ceniza«. El 4 de octubre de 1948 decidió trasladarse a Hatonuevo, donde participó en numerosas fiestas de amigos y donde siempre se le pidió que cantara. 

Díaz comenzó a viajar por la región como cantante y se estableció por algún tiempo en el pueblo de Tocaimo, situado en el departamento del Cesar, entre los municipios de Codazzi y San Diego. Allí compuso «La Primavera» y «La Trampa«, así como una canción grabada por el cantante vallenato Jorge Oñate: «A mi no me consuela nadie«. Díaz se unió con el acordeonista vallenato Pedro Julio Castro, natural de San Juan del Cesar y con este viajó por la región dando conciertos.

Durante de una entrevista que le hicieron con respecto a su ceguera respondió: «Yo no puedo negar que he sufrido de tristeza. Hace muchos años me pregunté ¿para qué me tiene Dios aquí en la tierra si no puedo ver? Pues para componer. Y si Dios no me puso ojos en la cara, fue porque se demoró lo suficiente colocándolos dentro de mí. Desde entonces, todo lo que describo en mis canciones lo veo así: con los ojos del alma»

Leandro Díaz falleció en la madrugada del 22 de junio de 2013 a los 85 años, tras ser hospitalizado de dolor muscular e infección pulmonar.

LA DIOSA CORONADA

Interpretan: Nicolás ‘Colacho’ Mendoza e Ivo Díaz

4) PABLO JOSÉ FLÓREZ CAMARGO

Pablo José Flórez Camargo (Ciénaga de Oro27 de junio de 1926Montería14 de diciembre de 2011) se destacó como un excelente compositor e intérprete de los aires musicales de la región del Sinú.

Sus creaciones han sido plasmadas en numerosas grabaciones propias y de varios intérpretes colombianos. Afirma haber compuesto más de mil canciones. Sus temas más conocidos son La Aventurera y Los Sabores del Porro, los cuales han circulado por todo el continente. Sobresalen también: Juan Almanza, Porro Viejo, Mona Julia, Luna primaveral, Tres Clarinetes, Lloró Pelayo, La Muerte de Nancho Bedoya, Pablito Florez Camargo, entre muchas otras. La Aventurera, por ejemplo, ha sido grabado por Lucho Campillo, Julio Rojas, Oswaldo Rojano, Moisés AnguloTotó la Momposina e Iván Villazón.

Incursionó con éxito en diversos ritmos, como el PorroFandangoTangoValsPasilloRanchera y Bolero, de los cuales ha compuesto más de veinte. De entre los cuales se puede mencionar: Feliz Golondrina; Vals: Billete marcado; Tango: Murió mi Madrecita; Fandango: Tres Clarinetes; Pasillo: Rosas de la tarde; Bolero: Ingenio Viejo, la tragedia de Armero y Edita, que fue el primero que escribió en 1946.

A Flórez le fueron conferidos varios reconocimientos, entre los que destacan: Reconocimiento de la Universidad de Córdoba, Mención de Honor de la Alcaldía de Ciénaga de OroBachiller Honorífico del INEM de Montería, Homenaje Telecaribe, Homenaje en Chinú y Primer premio en Festival de San Pelayo, con el Fandango Tres Clarinetes, Premio Nacional Vida y Obra (2008), otorgado por Ministerio de Cultura de Colombia, Título Honoris Causa 2009 en Música, otorgado por la Universidad de Córdoba por ser un gran artista del folclor colombiano.

Por otra parte, composiciones suyas han sido grabadas e interpretadas por Alfredo Gutiérrez, la Orquesta de Juancho TorresTotó la MomposinaMiguel DuránIván VillazónGabriel RomeroMaría Mulata y Aglaé Caraballo, entre otros.

LOS SABORES DEL PORRO

Intérprete: Totó ‘La Momposina’ y su Agrupación

5) RAFAEL CALIXTO ESCALONA MARTÍNEZ

Rafael Calixto Escalona Martínez (PatillalCesar26 de mayo de 1927- BogotáCundinamarca13 de mayo de 2009) conocido como «El maestro Escalona», fue considerado uno de los más grandes compositores de la música vallenata.

Escalona fue cofundador del Festival de la Leyenda Vallenata junto a la gestora cultural Consuelo Araújo Noguera y el político liberal Alfonso López Michelsen

Sus canciones fueron grabadas por destacados artistas de la música vallenata como Guillermo Buitrago y sus acompañantes (Ángel Fontanilla, Efraín Torres y Carlos «El Mocho Rubio»), Julio Bovea (Bovea y su Vallenatos), Diomedes DíazEl Binomio de Oro Rafael Orozco e Israel RomeroJorge OñatePoncho y Emilianito ZuletaIván Villazón y Carlos Vives, quien protagonizó la serie Escalona, basada en la vida del propio Rafael. 

Entre los más importantes intérpretes de sus canciones se destacan Guillermo Buitrago (1920-1949) y sus acompañantes, quienes eran muy populares en el Caribe colombiano, por sus presentaciones en teatros y emisoras locales, y además pioneros del vallenato en la costa y el interior del país en la década de los años 40 del siglo pasado, y quien fueran los primeros en grabar sus composiciones utilizando la guitarra como instrumento principal, volviendo popular composiciones de Escalona como Adiós mi Maye, El Testamento, El Bachiller y el El Jerre Jerre, camino musical por el cual también transitó Julio Bovea (1934-2009), cuya talento musical fuera descubierto por Buitrago, quien lideró el trío musical Bovea y sus vallenatos con la voz del inolvidable Alberto Fernández Mindiola, oriundo del corregimiento de Atanquez – Valledupar (Cesar).

 La interpretación magistral de las canciones ‘La casa en el aire’, ‘El testamento’, ‘La molinera’ , ‘Honda Herida’ y ‘La Historia’, todas de Escalona, a cargo del Trío Bovea y sus Vallenatos, fueron temas que causaron gran impacto y aún resuenan.

Escalona pasó su infancia en la población de Patillal, entonces parte del Magdalena Grande. Fue en Patillal donde empezó a escuchar las historias de los amigos de su padre, veteranos de la Guerra de los Mil días, habladas en el dialecto local, un castellano del siglo XVII enriquecido, entre la cotidianidad y eventos fantásticos pueblerinos, y las historias de los juglares vallenatos como «Francisco el Hombre«.

Cursó sus estudios básicos en Patillal, junto a su amigo y pintor Jaime Molina, quien le quitó la inspiración en el arte de la pintura al ser mejor que él, y luego en el Colegio Nacional Loperena de Valledupar, donde compuso una de sus primeras canciones; El profe Castañeda.

Fue enviado a estudiar el bachillerato al Liceo Celedón de Santa Marta, pero no terminó. Sin embargo, su paso por el liceo fue inspiración de varios temas como El hambre del Liceo y El testamento. En 1991, se graduó de bachiller del colegio Nacional Loperena en una ceremonia liderada por el gobernador del Cesar. En 1992 recibiría el título de Bachiller Honoris Causa por parte del Liceo Celedón.

Poco a poco fue recogiendo historias que serían la base de sus afamados vallenatos; la primera canción fue compuesta en febrero de 1943, cuando apenas contaba con 15 años; siguieron más de cien composiciones, melodías en las que no solamente se puede reconstruir su vida, sino también la del Magdalena Grande, compuesto por los actuales departamentos de MagdalenaCesar y La Guajira; aporte que le ha dado a la música vallenata hasta convertirla en símbolo cultural de Colombia.

LA HISTORIA

Interpretan: ‘Colacho’ Mendoza y Julio Bovea y sus Vallenatos

(Canta: Alberto Fernández Mindiola)

BLOG DEL AITOR: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi1

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