Por: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi

INTRODUCCIÓN

El acordeón llegó a Colombia por accidente. A finales del siglo XIX fue enviado un cargamento de Alemania a Buenos Aires, pero una falla en el motor del barco obligó a la tripulación a desembarcar en la Región Caribe colombiana. La apropiación del instrumento sucedió años más tarde, cuando los pitos y bajos del acordeón se fusionaron con los ritmos indígenas, representados por la guacharaca y africanos, presentes en la caja, produciendo un tipo de formato muy original. Fue así como éste instrumento, diseñado para la interpretación de canciones de raigambre popular europea, se fue transformando gradualmente en el símbolo musical de las mayores preferencias, en el territorio colombiano.

Considerado como un instrumento musical revolucionario, el acordeón ha trascendido fronteras alcanzando amplios sectores del mundo entero, particularmente en los países latinoamericanos y del Caribe, al igual que en el continente europeo, donde nació, fue creciendo y ha tenido una enorme acogida, por la variedad de los sonidos que de él se desprenden.. En la medida en que los sonidos del acordeón evolucionaron, este hecho condujo a la creación de diferentes formatos, como el originado en el Magdalena grande, cuando se fueron conformando conjuntos típicos originales, con el acordeón ( europeo) como instrumento básico, al cual le fueron anexados la caja (aporte africano) y la guacharaca (aporte indígena). Otro tipo de formato, fue el que durante largo rato, se hizo popular en las tierras sabaneras, puesto que allí se le dio cabida a instrumentos muy sonoros, como las maracas, la tumbadora, el bombo y un redoblante, estos últimos muy utilizados por las bandas de viento o pelayeras.

Es de anotar cómo, en las primeras décadas del siglo XX, los aires musicales que más llegaban al corazón de millares de compatriotas, a lo largo y ancho de la geografía colombiana, eran los provenientes de la Región Andina, como bambucos, pasillos, valses y torbellinos. Hoy en día, aunque estos aires aún tienen cabida en algunos programas radiales y en varios certámenes o concursos, y son objeto de enseñanza en bastantes Conservatorios y Escuelas de música, ya no tienen la misma acogida de épocas de antaño. Sin embargo, lo extraño de este fenómeno singular, es que algunos docentes, músicos y compositores, permanecen con sus ojos y oídos cerrados, pues se niegan a reconocer que, los aires musicales nacidos en la Región Caribe de nuestra amada patria y ejecutados con acordeón, formen parte del folclor colombiano. !Que ironía¡ mientras en países lejanos admiran la destreza para ejecutar los acordeones, por parte de músicos colombianos y son considerados como una especie de ‘embajadores’ nuestros, ese «regionalismo malsano», que late en ciertos círculos sociales y étnicos, producto de su animadversión contra los aires musicales, nacidos en los sectores rurales y campesinos de nuestro Caribe.

Cuán interesante sería que, ‘folcloristas e ideólogos musicales’ que pontifican desde sus cómodas trincheras centralistas y trazan dogmas sin tener en cuenta, lo que opina y vive la gente, esa que acude personalmente a escuchar sus artistas favoritos, hiciese presencia en las múltiples festividades que se llevan a cabo, en todo el territorio nacional, para poder observar directamente, que géneros musicales son los de mayor aceptación popular. Por ello, es bueno recordar ese refrán que dice: «No existe peor ciego, que aquel que se niega a ver».

1. ¿Quién creó y estructuró el Acordeón?

El acordeón fue creado en la primera mitad del siglo XIX; un 6 de mayo de 1829, por Cyrill Demian, quien se dedicaba a fabricar pianos y órganos, el cual presentó en Viena un pequeño nuevo aparato de apenas 22 centímetros de ancho por 9 de alto y 6 de grosor. La curiosidad de este artefacto consistía en que solamente se podía emplear la mano derecha para tocar alguno de los cinco acordes que él instrumento tenía.

El acordeón, como un instrumento musical armónico de viento, está constituido por un fuelle, un diapasón y dos cajas armónicas de madera. En sus dos extremos el fuelle está cerrado por las cajas de madera. Debido a su sencillez, comodidad y escaso mantenimiento, triunfó entre las clases humildes y entre los músicos autodidactas, popularizando con gran velocidad la música tradicional europea.

PRIMER MODELO DE ACORDEÓN (DE BOTONES Y UNA SOLA HILERA)

Este curioso instrumento se inventó a principios del siglo XIX en un taller vienés; se popularizó rápidamente gracias a toda su riqueza armónica, su potencia y el favor obtenido entre los músicos autodidactas.

2. Acordeón: El Piano del pobre

Tres son las características que hicieron triunfar al acordeón, instrumento que se extendió prácticamente por todo el mundo. En primer lugar, su naturaleza polifónica, armónica (reflejada en el propio nombre del instrumento), que permitía un rico relleno para acompañar una melodía. Después, su potencia sonora, que lo hacía apto para sonar en espacios abiertos, y, por último, la posibilidad que el ejecutante del acordeón se acompañase a sí mismo cantando, circunstancia óptima en la música tradicional. Por tal razón, ésta se dio a conocer en amplios sectores, tanto rurales como urbanos, en la primera mitad del siglo XIX en toda Europa como instrumento acompañante.

Fiesta con acordeón

Su influencia se extendió rápidamente por muchas regiones y países, quienes comenzaron a utilizarlo para acompañar danzas y cantos tradicionales. De Alemania se expandió por toda Francia, luego pasó a otros países europeos como España, Bélgica, Suiza, etcétera. Más tarde prosiguió una intensa correría por países latinoamericanos, como Colombia, donde se anidó en el corazón de millares de personas, y con ello produjo una simbiosis con músicas ya establecidas con anterioridad, especialmente con grupos étnicos indígenas y afrodescendientes, quienes aportaron otros sonidos, instrumentos y cantos, con los cuales nos entregaron un maravilloso legado, cuyos resultados se evidencian ante los ojos de aquellas naciones que le acogieron como una bendición del Cielo.

El Acordeón ya está reconocido en el mundo, al ser incorporado en diferentes géneros musicales, tales como en el folclor ruso y ucraniano, el chamamé, el cuarteto en argentina; la polka paraguaya, el folclor panameño, al igual que la música norteña de México, el merengue típico dominicano, entre otros.

3. Aparición del Acordeón en Colombia

La llegada a nuestro País de los primeros acordeones (de botones), se produjo por varios puertos del caribe colombiano (Riohacha, Santa Marta, Cartagena, Coveñas) en el período comprendido entre 1.869 a 1.870, acorde con los registros aduaneros de la época; pero en datos más antiguos dados por el historiador Freddy González, figuran en el año 1.856, impuestos cancelados a la Provincia de Riohacha. En el año económico 1869-1870 Colombia importó 17 acordeones por las diferentes aduanas del Caribe: once por Riohacha, cuatro por Sabanilla (Barranquilla) y dos por Cartagena; el mayor número de ellos se importó por la aduana de Riohacha (1.869 a 1.873).

Durante el año de 1.870 Riohacha fue el puerto por donde se produjo la mayor importación de acordeones, convirtiéndose en el de mayor tradición acordeonera de Colombia, siendo un indicio de las preferencias de este instrumento por parte de su población nativa. Según la tradición oral y registros históricos, al iniciar los años 20 ‘s llegaron a Colombia acordeones de origen Italiano, Francés y Alemán. En este período apareció un modelo de una hilera, en los treinta con dos, en los cuarenta con dos y media. Finalmente a mediados del siglo XX, se presenta un modelo con tres hileras de botones, particularmente de Hohner, tan novedoso que aún continúa vigente, con ciertas modificaciones.

4. El primer Juglar Acordeonero

La palabra Juglar ¿Qué significado tiene?
JUGLAR.- Persona que en la Edad Media iba de pueblo en pueblo divirtiendo a la gente con sus canciones, bailes o juegos a cambio de dinero o dádivas. En la Edad Media, artista itinerante que recitaba y cantaba obras de otros poetas en las cortes de los grandes señores.

En lo tocante a los pioneros que se dieron a conocer en la Región Caribe, hemos de destacar uno que brilló con luz propia, cuyo nombre era Francisco Moscote Guerra, pero conocido en todo lugar donde llegaba, como Francisco ‘El Hombre’. Nació en 1849 en el hoy corregimiento de Galán, zona rural de Riohacha. De su padre heredó su talento, pues fue él quién le enseñó, cuando contaba con solo diez años de edad, a ejecutar este precioso instrumento y, al observar la agilidad y destreza de su hijo, exclamaba con frecuencia: “ese es el hombre”,

A comienzos del siglo XX, en todos los pueblos del centro y de La Alta Guajira, Francisco ‘el hombre’ se tornó famoso por sus versos cadenciosos, que utilizaba para llevar recados de vereda en vereda y por ser un juglar: aunque no compuso canciones, si cantaba lo que los compositores creaban. Solía contínuamente transitar en su burro y llevar consigo una botellita de ‘chirrinche’ (licor). Tal como lo describen algunos historiadores, en una noche mientras andaba en un burro, ‘El Hombre’, se encontró en medio de un polvoriento camino con un personaje demoníaco, a quien enfrentó en un duelo de versos y repique de notas de acordeón. Tras una ardua batalla, ‘El Hombre’ resultó vencedor al doblegar a su rival, cantando el credo y otras oraciones más.
A partir de este hecho fortuito, se originaron las famosas ‘piquerias’.

LEYENDA DE FRANCISCO ‘EL HOMBRE’

JUGLARES CON ESTILOS PROPIOS

Resulta muy importante, dar a conocer cómo en los años posteriores a Francisco ‘el hombre’ , comenzaron a surgir una pléyade de acordeoneros, todos ellos empíricos y generalmente ligados a los trabajos rurales, a quienes se conocía con el apelativo de ´Juglares’, los cuales solían recorrer diferentes poblaciones del Caribe, montados sobre una mula y con un acordeón al hombro, sin estar acompañados por músicos que ejecutan instrumentos de percusión, tales como la caja y la guacharaca, dado que éstos sólo entraron en escena años más tarde, al conformarse los grupos o conjuntos típicos del Magdalena grande.

Entre los Juglares más connotados que siguieron la ruta trazada por Francisco ‘el hombre’ en el Magdalena grande, podemos mencionar a: Emiliano Zuleta Baquero, Lorenzo Morales, Chico Bolaños, Pacho Rada, Luis Enrique Martínez, Abel Antonio Villa, Juancho Polo Valencia, Juan Muñoz, Eusebio Ayala, entre otros.

5. Juglares del Magdalena Grande

EL REENCUENTRO DE ‘LA GOTA FRÍA’

PIQUERIA: EMILIANO ZULETA & LORENZO MORALES

LA TIJERA (PASEO)

INTERPRETA: LUIS ENRIQUE MARTÍNEZ

6. Juglares surgidos en la Sabana

Hablar de la Sabana en Colombia, es referirse al territorio en un tiempo conocido como el Estado de Bolívar, el cual abarcó los actuales departamentos de Córdoba, Sucre, Bolívar y Atlántico, allí en donde se forjaron grandes exponentes de aires tradicionales, como la cumbia, porro, fandango, bullerengue, guaracha, chandé, merecumbé, paseaito, gaita, garabato, mapalé y muchos más, que nacieron allí y se han sostenido, debido a su estructura basada no solamente en los grupos típicos, sino que les agregaron instrumentos habituales en el folclor de ese territorio, como son los vientos (saxo, clarinete, bombardino) y percusión (tumbadora, timbal, maracas), por citar algunos.

En esta subregión sabanera, específicamente en el hoy departamento de Sucre, nació Alcides José Paternina Gamarra, un 22 de septiembre de 1922, en Villa López, corregimiento del municipio de San Juan de Betulia que, al igual que muchos pioneros de esta música, tuvo un origen campesino y junto con su familia, trabajaba en labores del campo, hasta que su Padre José Ángel Paternina le compró un acordeón de segunda.

Don Alcides aprendió a tocar el acordeón de modo magistral y su repertorio preferencial, estaba integrado por los aires provenientes de Europa, como Valses, Polkas, Mazurka y Fox. Luego se interesó por los ritmos de la región, como Porros, Cumbias, Fandangos y otros. En lugar de burros o mulas, Alcides Paternina utilizaba una bicicleta como medio de transporte para realizar sus giras musicales. No solamente fue un eximio acordeonero, sino también un clásico decimero, el cual por el hecho de estar atendiendo toda parranda, no grabó múltiples composiciones de su autoría.

ALCIDES JOSÉ PATERNINA GAMARRA

Don Alcides se destacó por ser un pionero como arreglista de acordeones, e igualmente un repentista y un clásico decimero. Aunque compuso muchas canciones, no se preocupó por grabarlas, pero se relaciona con los juglares de la época, como Luis Enrique Martínez, Andrés Landero, Alejandro Durán y Abel Antonio Villa.

ALCIDES JOSÉ PATERNINA GAMARRA:

UN PRECURSOR DE LAS LEYENDAS SABANERAS:

En la subregión sabanera se conformaron desde su inicio, agrupaciones con instrumentos como las maracas, el bombo y el redoblante, los cuales fueron compañeros insustituibles de acordeoneros de calidad, tales como Andrés Landero, José Acosta, “Geño” Gil, Benigno Contreras, Juan Guzmán y Genaro Villamil. A estos los sucede otra generación en cabeza de César Castro, Julio De la Ossa, Miguel Durán ‘el pollo caucano’, Lisandro Meza, Enrique Díaz, Alfredo Gutiérrez y otros.

ANDRÉS GREGORIO LANDERO GUERRA: «EL REY DE LA CUMBIA»

Andrés Gregorio Landero, nació en San Jacinto (Bolívar) un 4 de febrero de 1.932 y su deceso se produjo en Cartagena un 1° de marzo de 2.000. En su hogar, el pequeño creció en medio de un ambiente musical. Desde los ocho años se acostumbró a visitar el monte y se aprendió los sonidos de la naturaleza, lo que después le ayudó a su vena artística como compositor. En 1950 comienza su trayectoria. Al tiempo se hizo conocer como intérprete. pues visitaba todas las festividades y corralejas que se realizaban en esas poblaciones.

Desde su juventud su habilidad era tocar acordeón. Su primer acordeón se lo compró a Pacho Rada. Formó su propio conjunto y participó en muchos certámenes donde resultó triunfador. Fue proclamado como «Rey de la cumbia» en El Banco, Magdalena, «Rey sabanero» en Sincelejo, «Rey» en Arjona, Bolívar (1969) y «Rey del festival bolivarense del acordeón» (1968). Participó en el Festival de la Leyenda Vallenata. logrando dos segundos lugares y dos terceros lugares. Realizó giras por Venezuela, República Dominicana, Panamá y México. En este país, fue declarado «Rey de la cumbia». Su primera composición «Alicia la campesina», fue un homenaje a un amor que no sería el primero ni el último. Compuso más de 400 canciones, entre las cuales se destacan: «Flamenco, las miradas de Magaly, El clarín de la Montaña, Perdí las Abarcas, Cariñito y la Pava Congona y una que dedicó a su amigo Eduardo Lora, integrante de su conjunto que falleció en un accidente».

LA MUERTE DE EDUARDO LORA (PASEO)

7. Novedosos formatos Sabaneros

Se entiende por Formato musical, un conjunto de elementos (personas y objetos), los cuales se integran para conformar un grupo de artistas (vocalistas, instrumentistas, instrumentos) cuya función apunta al desarrollo adecuado de programas musicales, acordes con su constitución.

La Región Caribe colombiana, es sin lugar a dudas, el territorio en donde más variedad de aires o ritmos musicales, los cuales demandan para su interpretación una serie de instrumentos, acordes con lo que se desea transmitir, pues cada tipo de formato, llámese éste Orquesta, Big Band, Banda, Conjunto, Agrupación, pues cada cual cuenta con sus sus propias melodías que generan alegría, deleite emociones o estados de ánimo particulares, en quienes observan o escuchan la diversidad de sonidos y cantos, que producen gaitas, tambores, cuerdas o vientos y demás.

Se puede afirmar, con toda seguridad, que a partir de los años cincuenta del siglo XX, el Caribe colombiano dio inicio a toda una revolución musical, puesto que su inmensa variedad de ritmos autóctonos, trajo consigo un despertar de músicos con muy buena formación y talentos, que hicieron posible el surgimiento de toda clase de organizaciones musicales. En el caso que nos ocupa, Colombia y paises latinos y caribeños, vieron cómo entraba en la escena artística un coloso del acordeón, llamado ANÍBAL VELÁSQUEZ, un barranquillero genial, cuya creatividad para el manejo de pitos y bajos, dió pié para la puesta en marcha de ritmos movidos y alegres, como la guaracha, el chiquichá, pasebol, jalaito, chandé, mapalé, etcétera.

MOSAICO CARNAVALERO
Interpreta: Aníbal Velásquez y sus Locos del Swing

Mientras Aníbal Velásquez se enseñorea con sus alegres y divertidos temas, en correrías por diversos lugares de Colombia y el exterior, por el lado de la sabana sucreña, otro gigante llamado ALFREDO GUTIÉRREZ salía a la palestra con un talento asombroso para digitar pitos y bajos, con una originalidad ‘muy bacana’, tal como lo señalaban cronistas de la época, al final de los años 50 e inicio de los 60 del siglo pasado. Este nuevo valor del folclor, fue ascendiendo rápidamente y mirado con mucho respeto por sus homólogos como César Castro, Calixto Ochoa, Lisandro Meza, Colacho Mendoza, Alberto Pacheco, etc.

Antonio Fuentes, un cartagenero propietario de una casa discográfica, con sede en Medellín, cuya marca era su propio apellido, habiéndose enterado de la calidad musical e interpretativa de Alfredo Gutiérrez, le formuló por intermedio de su colega Calixto Ochoa, una invitación a este nuevo valor de la música sabanera, para que fuese a sus estudios y grabar un Larga Duración (L.D.), en asocio con otros músicos bien calificados. De allí nació la idea de crear una Agrupación, con figuras estelares de la música de acordeón, lo cual se tradujo en la creación de LOS CORRALEROS DE MAJAGUAL.

FESTIVAL EN GUARARÉ
Interpreta: Alfredo Gutiérrez & Los Corraleros de Majagual

MOSAICO CORRALERO
Interpreta: Alfredo Gutiérrez y su Conjunto

A la par con Aníbal Velásquez y Alfredo Gutiérrez, se dio inicio a un remezón con todo un cúmulo de estrellas, que comenzaron a brillar con luz propia a lo largo y ancho del Caribe, imponiendo por doquiera esos ritmos bailables, los cuales tuvieron eco y una enorme acogida por todos los rincones de la patria. El acordeón pasó de ser un instrumento más, dirigido especialmente a los sectores populares, a ocupar lugares preferenciales en toda clase de festividades, reuniones sociales, bailes callejeros, casetas y clubes, gracias a la magia embrujadora de novedosos intérpretes del acordeón, pero de igual forma por los nuevos formatos que incluían instrumentos de viento (bombardinos, saxos, clarinetes, etc) al igual que cuerdas y mayor percusión, al estilo ‘Corralero’, quien marcó la pauta, que muchos comenzaron a seguir.

Ese sensacional ejemplo, que tuvo sus inicios en la sabana, constituyó un aliciente para que muchos músicos, compositores e intérpretes oriundos del Magdalena grande, se fijaran en estos nuevos modelos, los cuales comenzaron a ser introducidos gradualmente, dado el interés surgido por muchos rincones de la Guajira y el Cesar en dar mayor fuerza y vitalidad a sus canciones. Esos aires como el paseo y el merengue en especial, recibieron una inyección musical, pues al añadir nuevos instrumentos, como la tumbadora, la batería, el bajo eléctrico y la guitarra, aparecieron agrupaciones de calidad, que marcaron una nueva era y dieron vía libre a nuevos formatos, sin que se produjeran alteraciones a los sonidos tradicionales, sino por el contrario, con estas añadiduras, se produjo un renacer extraordinario. como hemos de ver a continuación.

8. Festival de la Leyenda Vallenata

La creación del Festival de la Leyenda Vallenata, por iniciativa de Consuelo Araújo-Noguera, Rafael Escalona Martínez y el expresidente de Colombia Alfonso López Michelsen, fue el detonante que sirvió como aliciente para estimular a muchos músicos esparcidos por la Región Caribe, a participar en este evento, cuyo punto de partida se dio a partir del mes de abril de 1068, abriendo puertas desde sus inicios a jóvenes y adultos, que se inscribieron con la férrea intención de darse a conocer musicalmente, como en efecto sucedió y fue la vitrina, para que el público de toda Colombia asistiera y tuviese contacto directo, con muchos artistas conocidos, a través de acetatos de vinilo, o discos de 33, 45 y 78 revoluciones, donde ya habían grabado representativos acordeoneros de la segunda generación, como Alejandro Durán, Abel Antonio Villa, Luis Enrique Martínez, Colacho Mendoza, Pacho Rada, Juancho Polo Valencia, Calixto Ochoa, Andrés Landero, Julio De la Ossa, Alberto Pacheco, Lisandro Meza, Alfredo Gutiérrez, Nafer Durán y muchos más, los cuales se previamente manifestaban sus intenciones de erigirse Reyes del concurso, dado que constituía un salto importante para ser conocido en otras esferas y tener acceso a las casas discográficas, que hacían presencia a través de sus delegados, y escoger los acordeoneros que se hubieran destacado.

Algo que también atrajo la atención, fue el hecho que los organizadores de este festival, no solo convocase a acordeoneros profesionales, sino que se dio apertura a las nuevas generaciones, estableciendo categorías como infantil, juvenil, aficionados, semi-profesionales (que luego desapareció) y los profesionales, habiéndose realizado 55 eventos hasta la presente. Fue este el espacio apropiado para dirimir contiendas, pues en la medida que el Festival fue cobrando mayor fuerza, fueron apareciendo por doquiera, acordeoneros de una calidad y estilos propios, que daban mayor sabor y colorido en la lucha por coronarse Rey y obtener un mayor respaldo y, por ende, abundancia de seguidores. Fue a partir de este evento y similares que aparecieron más adelante, por todo el territorio nacional, que muchos grupos, bajo nuevos formatos, por la influencia sabanera, comenzaron a introducir sonidos y melodías tradicionales, pero apoyados por un número mayos de músicos e instrumentos, dando cabida a la aparición de grandes acordeoneros con la figura de un cantante, que vino a tomar vuelo inicialmente, con grupos como Los Hermanos López (de La Paz – Cesar) y Los Hermanos Zuleta (oriundos de Villanueva – Guajira).

LOS HERMANOS LÓPEZ: EXPONENTES DEL VALLENATO AUTÓCTONO

LOS HERMANOS ZULETA: ESTILO TRADICIONAL Y DEFINIDO

NATIVO DEL VALLE (MERENGUE)

Estos dos conjuntos o agrupaciones, guiados por el interés de dar un vuelco a sus cantos, para que fuesen más allá de sus fronteras y, dejando de lado prejuicios dogmáticos, que se oponían a la ruptura de los moldes tradicionales, se atrevieron a presentarse en nuevos escenarios, desconocidos para ellos, pero finalmente demostraron la importancia de constituir agrupaciones, que fueran más allá de las parrandas o reuniones pequeñas, para acceder a públicos más numerosos, que habrían de encontrar en otras regiones, al igual que en países donde nuestras músicas tropicales, eran bien recibidas.
Aunque durante décadas no se mencionó la palabra ‘Vallenato’, para referirse a un género musical, pues solo se hablaba de ‘música provinciana o del Magdalena’, a partir de la creación del llamado Festival de la Leyenda Vallenata, inaugurado el 26 de abril de 1.968, sus directivos determinaron que, los concursantes solamente podrían participar en la ejecución de cuatro (4) aires musicales, a saber: 1) Son, 2) Paseo, 3) Merengue y 4) Puya. Con esta decisión quedaron excluidos una amplia variedad de ritmos, que en todo el Caribe colombiano nacieron y tradicionalmente se han ejecutado desde el Urabá antioqueño hasta la Guajira, ocasionando con ello una dura reacción de parte de los 4 departamentos del antiguo Estado de Bolívar (Córdoba, Sucre, Bolívar y Atlántico), conocidos como Sabaneros. Asimismo guajiros y magdalenenses, también se resintieron por no ser tenidos en cuenta, dado que ellos fueron una parte integral del antiguo Estado del Magdalena, donde la música de acordeón tuvo grandes exponentes.

Estos acontecimientos, constituyeron los fundamentos que motivaron a nuevos acordeoneros para competir comercialmente, no solo en las grabaciones de sus repertorios, sino también como profesionales de este arte, puesto que no se iban a limitar amenizando parrandas o fiestas privadas, sino las posibilidades para presentarse ante públicos mayores, a través de conciertos, en recintos más amplios, como casetas, grilles, discotecas, estadios, etc, abriendo también posibilidades de ser contratados en países, donde ya eran conocidos, en virtud de la difusión que se les daba por emisoras y por redes sociales.

Fue así como aparecieron nuevas agrupaciones, que a diferencia de las anteriores, fueron estructuradas bajo los nuevos formatos, los cuales atrajeron la atención, al aumentar el número de sus integrantes al igual que una variedad de instrumentos, que les permitieron extraer nuevos sonidos e igualmente interpretar canciones más atractivas y acordes con los gustos de las nuevas generaciones, tales como El Binomio de Oro, Los Betos, Diomedes Díaz & Juancho Rois y, sin duda alguna la atractiva y una renovada imagen por su forma y contenido: Carlos Vives, que abrió mayores posibilidades para los conjuntos de acordeón, tanto en Colombia como en el extranjero.

EL BINOMIO DE ORO: NOVEDOSA REVELACIÓN

COLOMBIA (Paseo rápido)

Interpretan: Israel Romero & Rafael Orozco

CARLOS VIVES: FUSIÓN ENTRE MODERNO Y TRADICIÓN

LA HAMACA GRANDE – LA GOTA FRÍA

Interpretan: Carlos Vives & Egidio Cuadrado

Tampoco podemos ignorar el gran avance e influencias, que las músicas con acordeón, han alcanzado en todo el territorio nacional, tanto así que la Región Andina ya cuenta con dos Reyes vallenatos, a saber: 1) Alberto Jamaica (Cundinamarca) y Julián Mojica (Boyacá). Este hecho refleja la gran acogida y popularidad, de esos ritmos del Caribe colombiano en las mentes y corazones de millares de personas, que sienten como propias las canciones, por una u otra razón diferente. A manera de curiosidad, siempre me llamó la atención, cómo durante el año de 1973, conocí en Cali, la llamada ‘Capital mundial de la Salsa’ más de una decena de conjuntos, seguidores de la línea de los Hermanos López, los Zuleta, el Binomio, Alfredo Gutiérrez, Lisandro Meza y otros más. Esos acordeoneros, a los cuales hago mención, recuerdo algunos de sus nombres, tales como Héctor Rúa (antioqueño), León Octavio Osorno (antioqueño), Bernardo Moscoso (tolimense), Héctor González (caleño), Gerardo Roa (Nariñense), Mario Santamaría (caleño), Fabio Cano (Huilense), William Chinchilla (Magdalenense), Omar Pinganilla (caleño), Gustavo Toro (caleño), Luis Vanegas (caleño), Lucho Gómez (caleño), Eleazar Romero (caleño), Hermes Rosado (de Valledupar), y la Discoteca ‘Mi costa caribe’ especializada en música de acordeón.

Héctor González concursó en Valledupar como acordeonero aficionado y su cantante -guacharaquero, fue Jesús Manuel Estrada, residente en Cali en ese entonces. Resultó eliminado en la fase semifinal por el conjunto de Álvaro Mesa Reales e Iván Villazón (1981).

9. Julián Mojica: Un cachaco Rey del Acordeón

El acordeonero Julián Ricardo Mojica Galvis, nacido en Paz de Río (Boyacá), el 4 de mayo de 1984, quedó finalista en cuatro ocasiones. Vencida la idea que para un cachaco resultaba difícil coronarse rey vallenato, pero al triunfar el bogotano Beto Jamaica en el 2006, Julián se convenció que un triunfo eventual de él, era menos imposible, y con toda fe y optimismo, creyó en sí mismo al presentarse ante un público exigente y lograr con una formidable actuación, convencer al jurado y al público presente en el Parque de la leyenda vallenata.

Ahora es el rey vallenato 2018 y, en cuanto terminó de interpretar los cuatro aires vallenatos durante la final, el público lo premió con sonoros aplausos. Graduado como músico violonchelista de la Universidad Distrital, Mojica nunca abandonó el acordeón que empezó a tocar desde los siete años. Su habilidad hacía que lo buscaran para que lo interpretara en pueblos boyacenses.

Para complementar su exitosa trayectoria, Julián obtuvo el segundo lugar dentro del concurso Rey de Reyes, llevado a cabo en abril del 2022 en Valledupar. A lo largo de su carrera Mojica ha estado acompañado de cantantes como Otto Serge, Carlos Mario Zabaleta, Pillao Rodríguez, Gusi y el más reciente Poncho Quevedo.

ABRAZO GUAJIRO (PASEO)
Autor: Carlos Huertas
Interpretan: Julián Mojica Galvis & Poncho Quevedo


10. Acordeoneros y cantantes de otros países

La música de acordeón en Colombia, desde sus inicios hasta la presente, ha sido aceptada de uno u otro modo, bien sea por sus melodías, las letras de sus canciones, formatos representativos, como música bailable o parrandera, por evocar recuerdos, para dar serenatas y, en fin, para los gustos de propios (colombianos) como extraños (de otros lugares). Resulta impresionante asistir a algunos festivales (como el que se lleva a cabo en Valledupar) y constatar directamente, la cantidad enorme de turistas, que asisten anualmente, no solo para ver y escuchar directamente a los participantes en las diversas categorías, e igualmente observar los acordeoneros foráneos, procedentes de países como México, Panamá, Venezuela, etcétera. Ese fenómeno ha trascendido fronteras, puesto que ya estamos enterados por medio de las redes sociales, cómo en países muy distantes, muchos jóvenes ya ejecutan bien el acordeón, en ciertos países latinoamericanos, lo mismo los europeos como belgas, franceses, ingleses e incluso asiáticos y africanos.

Ha sido de tal magnitud la influencia alcanzada por los aires vallenatos y sabaneros en toda la América Latina y los países antillanos, que al escuchar por ejemplo, al joven mexicano, llamado Jhonivan Saénz participando en la categoría profesional, durante un Festival de la Leyenda Vallenata, causó tanta admiración, al no haber nacido en tierras nuestras, y ejecutar el acordeón con gran maestría y, además de una inmensa calidad en su forma interpretativa, lo cual lo sitúa para alcanzar la corona en tiempo breve, si participa de nuevo.

SALUDO CORDIAL (MERENGUE)

Autor: Luis Enrique Martínez

Interpreta: Jhoniván Saénz y su conjunto típico

Una gran sorpresa que encontró el público asistente al Festival de La Leyenda Vallenata, fue escuchar en vivo a un cantante llamado Snorri Hauksson oriundo de un país nórdico, próximo al polo norte, llamado Islandia, interpretando con toda propiedad un tema considerado el Himno del Festival titulado:

AUSENCIA SENTIMENTAL (PASEO)

Autor: Rafael Manjarrés

Interpretan: Snorri Hauksson (Vocalista) & Hugo Carlos Granados (acordeón)

Vallenato en idioma Chino y con Artistas Chinos

CARMENTEA (MERENGUE)
Interpreta: Conjunto Chinastía Vallenata

Acordeonera Rusa tocando vallenato

LA HAMACA GRANDE (PASEO)
Autor: Adolfo Pacheco Anillo

Vallenato al estilo argentino

EL TESTAMENTO (PASEO)
Autor: Rafael Escalona Martínez
Interpreta: Rocio Arellano «La Princesita argentina»

11. Acordeoneros de gira por el extranjero

Sin duda alguna, los grandes intérpretes de la música de acordeón, con ese alegre y tropical sabor, proceden de la patria colombiana; por tal razón, los mejores exponentes de nuestro folclor, son apreciados por doquier y continuamente nos estamos enterando, de sus triunfos en tierras lejanas. A ellos podemos llamar con toda alegría, que son nuestros Embajadores portadores de nuestra cultura musical, la cual se amplía cada día por todo el planeta, gracias a sus esfuerzos por hacer que Colombia, sea admirada cada día más, y nos quieren imitar, tratando de poner en acción lo mejor de nuestros aires, danzas y ritmos tropicales.

Sería un esfuerzo interminable, el tratar de enumerar la multiplicidad de compromisos que cumplen nuestras agrupaciones de música de acordeón, que son contratadas continuamente, para presentarse en escenarios de reconocida calidad, en toda América Latina, en Estados Unidos y Europa en particular. Veamos algunos de los casos citados:

EN EL PERÚ:

EL CARRITO (PASEAITO)
Interpreta: Lisandro Meza y Los Hijos de la Niña Luz

EN COLONIA – ALEMANIA:

MOSAICO DE CUMBIAS
Interpreta: Alfredo Gutiérrez y su Conjunto

JORGE CELEDÓN CON DOS ESTRELLAS DE LA SALSA

BAJO EL PALO E’ MANGO
Interpretan: Jorge Celedón – Gilberto Santa Rosa – Víctor Manuelle

12. ¿Dónde se fabrican los Acordeones?

FÁBRICA HOHNER EN ALEMANIA

NIÑOS DEL ‘TURCO GIL’ DE VISITA EN LA HOHNER

13. Las Damas se apropian del Acordeón

RITA FERNÁNDEZ PADILLA: nació el 21 de junio de 1948 en Santa Marta (Magdalena), descendiente de un amplio linaje de músicos y artistas, lo cual se evidencia en su gran talento musical puesto que desde muy joven tuvo una gran formación artística, destacándose en su faceta como una gran pianista. Todo comenzó cuando sus padres se conocieron por medio de la música. Su padre, gran aficionado de la guitarra y el tiple, y su madre, una brillante estudiante de piano.

Desde que llegó a Valledupar le agradó su gente afectuosa, llena de calor humano, al igual que sus campos de algodón, el soberbio río Guatapurí, los valles, las montañas, ese aroma dulce de las flores de casi todas las terrazas y los jardines del Valle se posaron en su canto y colmaron su inspiración. Ese fue el pasaporte que la indujo a ingresar a ese mundo musical vallenato.

Su carrera en el mundo musical de manera profesional, se dio con la creación del primer grupo femenino de acordeón llamado Las Universitarias, jóvenes menores de 20 años, con quienes participó como agrupación invitada en el primer Festival de la Leyenda Vallenata (1968). Además de acordeonera, pianista, cantante y compositora se convirtió en pionera del vallenato hecho por mujeres.

Además fue la inspiradora de EVAFE (Encuentro Vallenato Femenino), el cual comenzó sus actividades a partir del mes de noviembre de 2016, dando a conocer infinidad de talentos femeninos en diversas categorías, que permanecían ocultos y no se les había brindado la oportunidad, debido al machismo imperante en dicha área musical. Los aires sabaneros, especialmente el porro y la cumbia, fueron incorporados en el concurso.

En cuanto al lugar que se viene dando a la mujer dentro de estos géneros, Rita aplaude que sean muchas las damas que se hayan animado a hacerlo con calidad. «Creo que ya comenzó una nueva cultura de apreciación y valoración de las mujeres y eso es aplaudible».

Una de sus canciones más divulgada por diferentes voces y agrupaciones, es la siguiente:

SOMBRA PERDIDA (PASEO)

Autora: Rita Fernández Padilla

Interpretan: Indira De la Cruz & Rita Fernández Padilla

14. Reinas EVAFE (Encuentro Vallenato Femenino)

EL CONTRABANDISTA

Autor: Sergio Moya Molina

Interpreta: Alma Luz Araújo

LA CACHUCHA BACANA (PASEO)

Autor: Alejandro Durán Díaz

Interpreta: Leidy Carolina Salgado

EL GUAYABO DE LA YE

Autor: Luis Felipe Herrán

Interpreta: Isabel Sofía Picón (Reina Profesional Evafe)

15. Voces femeninas de nuestro Caribe

QUIERO CANTAR (MERENGUE)

Interpreta: Stella Durán Escalona

FESTIVAL EN GUARARÉ

Interpreta: Adriana Lucía & Alfredo Gutiérrez

CORAZÓN VALLENATO (MERENGUE)

Interpretan: Lucy Vidal & Almes Granados

16. Nuevos estilos musicales con Acordeón

Ninguna persona que tenga conocimiento de la influencia que ha ejercido el acordeón, en todo el territorio colombianos, puede negar cómo a través de nuevos estilos contemporáneos, ajenos a los costumbristas y tradicionales, como es el caso de la llamado ‘música de despecho’ (algunos la llaman ‘llorones’), han tomado una fuerza inusitada, principalmente en los departamentos que forman parte de la Región Andina y en el sur occidente colombiano.

Este fenómeno musical, comenzó a tomar fuerza, con el apoyo de las casas discográficas, que abrieron sus puertas a nuevos intérpretes del canto con acordeón, no ajustado a los gustos de las gentes del Caribe, sino a los habitantes del interior de Colombia, permeados de muchos años atrás por las canciones de desamor o de despecho, provenientes de algunos países sudamericanos, como Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Argentina y Paraguay, donde la melancolía y la traición, son temas que abundan en los corazones y las mentes de sus habitantes. De allí la acogida que en esos países han dado a los intérpretes de ese tipo de canciones, que no encajan dentro los cuatro aires que conforman el vallenato costumbrista, pero si resultan atractivos para los miles de usuarios que consumen y repiten sus letras y melodías, con mucho frenesí y emociones.

Entre la multitud de conjuntos, originales en su gran mayoría, que han tomado ese sendero, por el constante dinero que surte sus arcas, podemos mencionar a los Hebert Vargas, Los Diablitos, Los Chiches Vallenatos, Las Musas, Miguel Morales, Alex Manga, Los Inquietos con Nelson Velasquez, Jean Carlos Centeno, Eric Escobar, Luis Mateus, etcétera. Todas estas agrupaciones surgieron respondiendo a exigencias de las casas disqueras que, en aras de obtener mayores ingresos, optaron por obligar a quienes quisieran grabar sus canciones, solamente les aceptaban si su repertorio se ajustaba al nuevo estilo de composiciones, por ellas denominadas ‘románticas’, distantes del melódico sentir de los aires tradicionales vallenatos, pero del gusto de muchos sectores en diversos lugares, tanto de Colombia como del extranjero.

Para que este nuevo estilo interpretativo de canciones con acordeón, fuese aceptado por amplios sectores de la población, era necesario se les identificara con el género más conocido y posicionado en toda Colombia, de allí que optaron por designar a sus conjuntos, no con el nombre de sus acordeoneros, sino colocando en su lugar el término ‘vallenato’. A todo lo anterior se suma el respaldo recibido de ciertos mecenas o padrinos, para que en las radiodifusoras solo tuvieran cabida, los que ‘contribuyeron’ con dinero en efectivo, para lograr de esta manera, publicitar a los grupos que ellos contratan para dar conciertos de alto voltaje.

ME MATA LA MELANCOLÍA

Interpreta: Hebert Vargas y su conjunto

BUSCARÉ OTRO AMOR

Interpreta: Nelson Velásquez

A lo expuesto anteriormente, se anexa una tremenda corriente, identificada como ‘LA NUEVA OLA’, una más de las tantas que han existido en tiempos pasados, pero que con el correr de los años reaparecen, para el gusto de jóvenes, que encuentran en ellos una forma alegre y divertida, la cual aunque no es del agrado de quienes solo aceptan los cánones tradicionales, si se halla extendida por todas partes, con notas picantes y hasta estrambóticas, que ponen a saltar a las gentes, como formando ‘recochas’, con el peso de reconocidas figuras, que así como lo hacen muy bien con las canciones costumbristas, logran atraer nuevos seguidores a su corriente, tal como lo hace un Silvestre Dangond, un Peter Manjarrez o en su momento Martín Elías, el hijo consentido de Diomedes Díaz.

«La bendita nueva ola no es más que una manifestación de un sector que estaba descuidado por el vallenato –explica el compositor Felipe Peláez–, el de las peladitas de 14 a 19 años, que querían ver a un pelado de 17, que se vistiera como ellas y les hablara un idioma con el que pudieran identificarse. Una niña de 14 años no se ve coreando una canción de Los Zuleta».

TE EMPELICULASTE

Interpretan: Peter Manjarrez (vocalista) & Sergio Luís Rodríguez (acordeón)

EL LÁTIGO

Interpreta: Martín Elías (vocalista) & Rolando Ochoa (acordeón)

En síntesis se puede señalar que, las músicas ejecutadas con acordeón en toda Colombia y, particularmente las nacidas en la Región Caribe, tras un largo período de estructuración, han logrado llegar hasta el corazón de millones de personas, no solo en Colombia, sino también en muchos lugares del hemisferio, lo cual resulta un motivo de orgullo para compositores, acordeoneros y músicos en general, pues con alegres o nostálgicas melodías, han hecho que Colombia sea reconocida artística y musicalmente, como un símbolo cultural, donde varones y damas de todas las edades, sin discriminación alguna, ha encontrado en un mágico instrumento, como lo es el acordeón, una forma especial de proporcionar aliento a quienes los escuchan y se diivierten con ellos.

BLOG DEL AUTOR: Alejandro Gutiérrez De Piñeres y Grimaldi


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