Los angustiosos últimos 5 días de La Cacica, la mujer que volvió el Vallenato la música de Colombia

Cuando regresaba de pagar una promesa a la virgen de las Mercedes fue secuestrada por las Farc, que finalmente la mató en la Sierra Nevada hace 20 años.

POR: IVÁN GALLO

La última vez que Consuelo Araujo Noguera asistió a una misa se sentó en la nave izquierda de la Iglesia de Patillal. Era el 24 de septiembre de 2001, día de la Virgen de las Mercedes, su patrona, y justo había viajado a ese pueblo del Cesar para cumplirle una promesa. Nadie sabe que escribió en una libreta, pero durante toda la misa tomó apuntes. Esa semana empezaría la campaña de su amigo Alvaro Morón a la Cámara de Representantes. Ocho años después el sucreño fue condenado por concierto para promover grupos armados al margen de la ley y determinador de constreñimiento al sufragante.

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«VALLENATOLOGÍA»: Consuelo Araujonoguera

CRÓNICA

Por: Juan Rincón Vanegas

‘La Cacica’, Consuelo Araujonoguera, no solo abanderó el nacimiento en 1968 del Festival de la Leyenda Vallenata, sino que dejó para la historia su gran tesis laureada sobre los orígenes y fundamentos de la auténtica música vallenata al escribir su libro ‘Vallenatología’, (Ediciones Tercer Mundo 1973).

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‘Vallenatología’ de Consuelo Araujonoguera, la verdadera Biblia del Vallenato

Crónica

-El 1° de agosto de 1940 nació en Valledupar, ‘La Cacica’, quien supo darle el rumbo a la música vallenata, para que hoy sea la mejor carta de presentación de Colombia ante el universo-

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv

‘La Cacica’, Consuelo Araujonoguera, no solo abanderó el nacimiento en 1968 del Festival de la Leyenda Vallenata, sino que dejó para la historia su gran tesis laureada sobre los orígenes y fundamentos de la auténtica música vallenata al escribir su libro ‘Vallenatología’, (Ediciones Tercer Mundo 1973).

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Semblanzas de Consuelo Araújo Noguera

“…intrépida, se presenta ante el presidente de Estados Unidos, con un conjunto de música vallenata, compuesta por niñitos de clase humilde”

Se podría decir, que no necesita presentación, ya que todos sabemos que cuando este territorio vallenato era una perla escondida entre las conchas de sus dos sierras, con una cultura multifacética, donde se resumía la humanidad entera, pero desconocida y aislada para el resto de la humanidad, surgió en este Valle de Upar, una cacica que se dispuso, sin consultárselo a nadie, a mostrar al mundo esa cara desconocida de nuestra cultura.

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CONSUELO ARAUJONOGUERA, LA MAMÁ GRANDE DEL VALLENATO

Crónica

Por Juan Rincón Vanegas
@juanrinconv

-Hace 20 años le truncaron la vida a ‘La Cacica’, la misma que parió el Festival de la Leyenda Vallenata y la que se atrevió a decir el 8 de marzo de 1969 en su ‘Carta Vallenata’ de El Espectador: “Con el tiempo el vallenato se tomará el mundo”.-

El 29 de septiembre de 2001 se golpearon con fuerza los diapasones de los acordeones y los cantos se tornaron tristes porque había muerto la máxima protectora de la música vallenata, Consuelo Araujonoguera.

En ese aciago momento Valledupar se quedó sin ‘Consuelo’ y apareció una nefasta creciente de dolor que silenció los versos del ‘Amor-Amor’. Todo porque la dueña de la casa a la que se le cantaba y se le daban las gracias, había partido a la eternidad vestida de pilonera.

Hoy es preciso dar a conocer un recuento de diversos hechos que marcaron la vida de la inmortal mujer que sentó cátedra en el universo vallenato.

Precisamente, en Bogotá el 20 de marzo del año 1997 en el discurso de promoción del 30° Festival de la Leyenda Vallenata, Consuelo Araujonoguera adelantándose a la tecnología, expresó. “Solamente bastará con hundir un botón en sus sofisticados computadores del siglo venidero para enseñarle a un auditorio absorto y fascinado que si fue verdad que existió un hombre mítico llamado Rafael Escalona, quien le construyó a su primogénita una casa sin cimientos sostenida en el aire por millares de ángeles diminutos y para que la segunda de sus hijas no se sintiera menos, hizo brotar para ella un manantial en lo más alto de la serranía. De igual manera, se lo adornó con un conjunto de sirenas que tenían la misión de pechicharla con sus cantos”.

Siguiendo con sus palabras anotó. “Y mientras van sacando de las tripas de las máquinas -que habrán sustituido en mucho a las personas- datos, fotos, voces, gestos, palabras, compases, alegrías y tristezas; les hablarán de un maestro llamado Adolfo Pacheco, quien de un trasteo a Barranquilla de su padre anciano acongojado por las penas y el desconsuelo, hizo un romance de amor sinigual y una alabanza certera a la vida provinciana”.

Continuó diciendo. “Les contarán que fue Emiliano Zuleta Baquero, el más grande de una dinastía que comenzó a principios del siglo XX, de la persistencia de una gota fría que sigue calando y penetrando más allá de nuestras fronteras. Les dirán también que en un viejo palenque enclavado en tierras cesarenses a orillas del río Guatapurí existió un pequeño gran hombre llamado Lorenzo Morales, quien en noches de luna llena, abrazando a su acordeón le mandaba recados groseros a su eterno rival villanuevero”.

Al cerrar sus palabras Consuelo Araujonoguera, manifestó. “Pero sea como fuere de ese aparato saldrán, están saliendo ya, hasta los suspiros de amor que hablara el poeta, los signos y números que vueltos a procesar se convertirán en palabras para decir lo que el hombre quiere oír. Y obviamente la música vallenata que crearon aquellos hombres humildes que se movilizaban en burros por un territorio mágico y maravilloso, no será la excepción”.

Continuando con los recuerdos de Consuelo Araujonoguera el 27 de abril del año 1991 en la inauguración del 24° Festival de la Leyenda Vallenata, ella aseveró. “Porque nadie puede llamarse a engaño en este particular. Ni nadie osará discutir tampoco de que fue desde el primer festival y gracias a los sucesivos festivales, que el nombre de Valledupar comenzó a ser pronunciado resonante y frecuentemente a lo largo y ancho del territorio patrio, donde antes no se le conocía, o se le conocía solamente como una lejana referencia geográfica”.

“Pero desde 1968 y en virtud de la implantación de esta singular dinastía musical de Reyes Vallenatos, cuya soberanía espiritual estriba en el talento innato para la composición y la prodigiosa destreza de las manos de los que tocan los acordeones, el país se volcó intrigado y curioso hacía nosotros tratando de averiguar cuál era esa fórmula mágica que nos permitía resolver nuestros problemas cantando”, concluyó.

Recuerdos unidos en cantos vallenatos

En la reseña de las añoranzas aparece el cantante Poncho Zuleta, en uno de sus célebres comentarios. “La comadre Consuelo, puso las bases para que la música vallenata alcanzara el lugar que hoy ostenta. Ella con su disciplina y constancia fue la Policarpa Salavarrieta de nuestro amado folclor vallenato”.

A su vez Emilianito Zuleta, aseveró. “Como olvidar a esta mujer noble y buena que avizoró lo que vendría para los que hacemos música vallenata. Consuelo permanece en nuestros corazones. Es más, en mi cartera tengo dos fotos, la de mi mamá Carmen Díaz y de la Consuelo Araújo”.

En este recorrido del ayer ‘La Cacica’, sobre los hermanos Zuleta había indicado. “La voz formidable de Poncho y el acordeón de Emilianito, logran que nos pongamos de pie para escucharlos como se escuchan los buenos vallenatos: en silencio, con emoción y respeto”.

Siguen sonando los acordeones

La muerte de Consuelo Araujonoguera fue un golpe mortal a las entrañas de la música vallenata y como si ella presintiera una partida temprana forjó una estructura a su alrededor, cuyas enseñanzas calaron al pie de la letra en el organigrama de una expresión popular que supo armar como la empresa folclórica-cultural más grande de Valledupar y que lleva por nombre Festival de la Leyenda Vallenata.

…Y nunca se olvidará la frase donde ‘La Mamá grande del vallenato’, sintetizó su inmenso trabajo para que el folclor cuya columna vertebral son el acordeón, la caja, la guacharaca, los cantos y los versos permaneciera con el paso del tiempo. “El mejor homenaje que puedo recibir cuando muera es que no callen los acordeones y que el Festival de la Leyenda Vallenata siga siendo la mayor carta de presentación de mi amado Valledupar”. Así ha sido.

Consuelo Araujonoguera, ‘La Cacica’, supo darle la mayor importancia a la música vallenata que hoy representa a Colombia ante el mundo.

Juan Rincón Vanegas

HOMENAJE A CONSUELO ARAUJO NOGUERA

PorJosé Atuesta Mindiola

♦♦♦♦
LUNA DE ABRIL DE MIS ROMANCES
A Consuelo Araujonoguera

La vigilia de acordeones
en este Valle que me sueña,
fue luna de abril de mis romances,
numen inagotable de palabras
en el espejo luminoso de las horas.

Anduve sobre los estambres de la lluvia
indagando los orígenes del canto.
Abrí mi corazón a los juglares
hasta la pirámide mestiza de la fiesta
y una nota triste hablaba en el alma
con el hondo gemido de un palenque.

Amé las aguas saltarinas del Guatapurí
que bendicen la conquista del regreso,
el rostro ondulado de la roca gigante
donde duerme en sigilo la leyenda.

Amé el sol festivo en las perennes trinitarias,
el bosque amarillo vigilante de los sueños
y el pájaro invisible en el eco de la ausencia.
Amé la legión interminable de cantores
que buscan darle historia a su nombre.

Amé la aurora en la liturgia de mis oraciones.
Amé la vida con la sagrada fortaleza de vivir.

LA CACICA, HEROÍNA DEL FOLCLOR
Por José Atuesta Mindiola

I
En una noche soñé
que se secaba una fuente,
ahí llegaba la gente
a preguntarse por qué.
Al despertarme lloré
cuando un amigo escritor
me comenta con dolor
la muerte de La Cacica;
el alma se me hizo triza
por la diosa del folclor.

II
En las manos los pañuelos
Cual palomas se veían
y desde la Plaza querían
volar contigo hasta el cielo.
Adiós Cacica Consuelo
vivirás en la memoria,
ya te ganaste la gloria
de Dios el Omnipotente;
eres leyenda viviente
es este Valle de historia.

III
Con su firmeza punzante,
pero sin perder la calma
pregonaba con el alma
que la paz es imperante;
convocaba a comandantes
de los grupos subversivos
a meditar los motivos
por esta guerra maldita,
porque el país necesita
de los hombres reflexivos.

IV
Consuelo madre querida
de esta música inmortal,
Tú la hiciste universal
y le entregaste la vida.
Con una vela prendida
buscaba tu corazón
la música de acordeón
con esencia vallenata,
y el pueblo a ti te relata
la heroína del folclor.

♥♥♥

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BLOG DEL AUTOR: José Atuesta Mindiola