Wilfredo Rosales, la memoria pródiga del vallenato

Wilfredo nació con la habilidad excepcional de memorizar y lo puso en práctica aprendiéndose todo lo relacionado con los personajes de la música vallenata.

Wilfredo Rosales, más conocido como la ‘Biblia del vallenato’, es un sabanero de 51 años de edad, radicado en la ciudad de Medellín, donde vive actualmente con su esposa e hijos.

A pesar de que Rosales no es de Valledupar y nunca ha vivido en la ciudad, es conocedor, investigador y coleccionista de la música vallenata, y amigo de todos los artistas del vallenato que han marcado alguna huella en el folclor.

Su mente prodigiosa le ha permitido aprenderse ‘de memoria’  acontecimientos, fechas, números, sepelios, nombre de canciones, compositores, apellidos y todo lo relacionado con cada detalle de la música vallenata. Estos detalles son los que hacen especial a Wilfredo.

“Yo poco leo, yo investigo es a través de un LP o un CD original, por esa razón me convertí en coleccionista de 2.560 CD originales y 300 LP y 300 casete”, expresó Rosales.

Este sabanero con mente brillante cuenta que infortunadamente no tuvo las oportunidades ni los medios para estudiar en la universidad, ya que sus padres eran campesinos muy pobres y no tenían los recursos necesarios para que su hijo cursara los estudios profesionales.

“La pobreza en mi casa era mucha; mis padres eran campesinos analfabetas. Al único hombre que yo envidiaba era a mi papá porque me engendró (risas). Aunque mis padres no pudieron enseñarme letras, me educaron con modales y valores; esto es tan valioso que no se aprende en un colegio”, expresa Rosales.

¿CÓMO LO HACE?

La ‘Biblia del vallenato’ nació con la habilidad mental para memorizar, por eso contó a EL PILÓN que explotó esa destreza en lo que más le gusta, el vallenato.   Empezó a estudiar a los personajes de la música vallenata, sus fechas de nacimiento, su comida favorita, los números de álbunes grabados, las fechas de lanzamientos de los álbunes musicales acompañados de su extensa vida musical.

Conoce detalles artísticos de casi 40 personajes, entre ellos, Poncho Zuleta, Silvio Brito, Beto Zabaleta, Jorge Oñate, Diomedes Díaz, Otto Serge, Elías Rosado, Marcos Díaz, Farid Ortiz, Miguel Morales, Rafael Orozco, Daniel Celedón, entre muchos más.   

Wilfredo desarrolló esa técnica de memorización utilizando indicadores visuales y fechas de nacimiento que guarda en su memoria para finalmente asociar toda la información recogida. “Es una vaina rara”, dice Rosales, y explica que nunca ha entendido cómo lo aprendió, por eso lo justifica como un don divino.

¿QUIÉN LO BAUTIZÓ COMO LA BIBLIA DEL VALLENATO?

En el año de 1989, Rosales tomó la decisión de viajar a Medellín, ciudad donde conoció a su actual esposa, Alicia Muñoz, una antioqueña con la que tuvo sus cuatro hijos. Luego empezó a trabajar como vigilante, labor que actualmente ejerce.

“Quien me bautiza como la ‘Biblia del Vallenato’ fue un profesor de la universidad de Sucre  que vivía en ese tiempo en Medellín, se llama Eugenio Jiménez Meza. En ese entonces él frecuentaba mucho el edificio donde yo era vigilante porque allí vivía una joven a la que él visitaba. Un día me vio un LP en las manos y le llamó la atención. Cuando comenzamos a conversar el hombre se impresionó por todo lo que le conté basándome en ese solo LP, y como a los diez días volvió con un cuestionario pero ese día le fue peor (risas). El profesor Eugenio asombrado me dijo: ‘Wilfredo definitivamente tu eres la Biblia del Vallenato’”, comenta Rosales, recordando que un 28 de mayo del año 1998 lo llamaron por primera vez con ese seudónimo.

Luego de esta experiencia se corrió la bola que había un vigilante  que se sabía todos los nombres y detalles minúsculos de los artistas vallenatos.

“El 4 de enero del 2010 me pongo en contacto vía telefónica con Ernesto McCausland, recuerdo que ese día estaba de cumpleaños McCausland. Mientras hablábamos por teléfono llamé su atención y me dijo que me fuera  para Barranquilla para hacerme una entrevista. Luego de viajar a encontrarme con Ernesto al día siguiente de la entrevista el periódico titula en la sección cultural ‘Un sucreño es la Biblia del vallenato’. Ahí comienza todo”, explicó Rosales.

Cuenta que después de esa entrevista se empezaron a fortalecer los lazos amistosos con McCausland, quien tiempo después lo trajo a Valledupar para un Festival Vallenato  y lo presentó en diferentes puntos de la ciudad como Wilfredo Rosales, la ‘Biblia del vallenato’.

Por: Katherine Yojana Sarmiento 

¿Cambió la manera de componer música vallenata o simplemente desapareció la poesía?

La inspiración de los primeros poetas-compositores partía de la figura femenina y paisajes naturales. Hoy las cosas han cambiado.
Los compositores vallenatos empezaron expresando a través de sus obras sentimientos y mensajes que querían compartir. Las letras plasmadas en un papel las enlazaban con melodías. Un ejemplo de este enlace armónico es la canción ‘Nació Mi Poesía’, del compositor Fernando Dangond:

Nació mi poesía
Como las madrugadas en mi pueblo
Ardientes, puras, y majestuosas
Mis versos, alegres y libres como el viento
Cual astro fugaz del firmamento
En la noche hermosa.

Estas letras hacen parte del estilo de los maestros vallenatos de antaño. Pero los tiempos cambiaron y esta característica ha desaparecido, provocando que compositores insignias se pregunten si en realidad la poesía sigue allí o está dormida a causa del comercio musical.

Ese que escribe versos
Repletos de verano
Estando en primavera
Ese soy yo.

“El compositor que en la actualidad no componga poesía es porque no lleva la poesía en su corazón y prefirió comercializar la música. Pretender que la poesía haga parte del pasado es algo erróneo porque la poesía no tiene tiempo ni espacio, la poesía será ayer, hoy, mañana y siempre porque es el lenguaje universal del alma y de los hombres que pueden expresar sus sentimientos de la manera más elevada”, concluyó Romero.

Por su parte, José Alberto Murgas, más conocido como el maestro ‘Beto Murgas’, explicó que el paisaje citadino ha incidido en el cambio dramático de la fuente de inspiración de los compositores.

“Nosotros tuvimos la oportunidad de nacer en un entorno campestre, por eso nuestras letras iban encaminadas a componer lo que veíamos; en cuanto a la mujer también ha cambiado la forma de escribir, pues en ese entonces la conducta de ella era conservadora, ahora algunas son más liberales. El compositor le canta a su compañera según lo que ve”, señaló Murgas. ‘Nativo del Valle’ es una de las obras musicales más sobresalientes del maestro Beto Murgas.

Valle a ti cantaré,
Yo soy tu pregonero
El que canta bonito,
Los versos del pilón

“La causa por la cual me retiré hace 30 años de la música vallenata fue precisamente porque la poesía pasó de moda, a la juventud no le gusta. Lastimosamente todo ha cambiado y al compositor que decida crear este tipo de obras ya no le graban”, comenta Gutiérrez.

Una de las canciones que el maestro Gutiérrez trae a colación es ‘Camino Agreste’, canción interpretada por Alfredo Gutiérrez en 1974:

Camino agreste, camino de mi tierra
Que me conduce del Valle a Patillal
Hacia las cumbres se nublan los montes
Un fuerte aguacero comienza a caer
Las aguas corren buscando su cauce
Los arroyuelos se sienten crecer.

Agrega Gutiérrez Cabello, en tono apesadumbrado: “Hasta la serenata desapareció, ahora los serenateros las ponen de manera diferente; llegan a las casas y entran al lugar, antes no se entraba, se cantaba afuera y la mujer tenía que asomarse por la ventana; hoy se entra y se le canta a 30 personas tomando trago y con un celular en la mano; este fue el punto de quiebre para acabar con el romanticismo”.

LOS EXPERTOS OPINAN

Quién mejor para analizar el tema que el historiador y escritor Tomás Darío Gutiérrez. Explica que el vallenato es una música tradicional con más de dos siglos de antigüedad, sin embargo este ritmo ha venido cambiando porque sus cantos, que son el reflejo de la realidad social y cultural, se mantienen en constante movimiento.

“No componía lo mismo Rafael Escalona que Fredy Molina o Gustavo Gutiérrez, sin embargo todos componían vallenato. Los cantos vallenatos de principio de siglo eran hechos por gente analfabeta y no por eso eran menos poesía, sin embargo tenían que manejarse con un vocabulario diferente al de personas estudiadas, como pasó un siglo después”, explica el investigador.

Por otro lado, manifestó que cuando los elementos culturales pierden su función cambian o tienden a desaparecer. “No se debe olvidar que la función vital del vallenato original era trasmitir mensajes, ya que no existían los medios de comunicación, situación que cambió cuando estos aparecieron. Hoy día ya no narran el acontecer de los hechos, sino los sentimientos, habiéndose convertido los cantos narrativos descriptivos en cantos líricos”, explicó el historiador.

Sobran las razones para que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) haya declarado el vallenato como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.

Por: Katherine Yojana Sarmiento
katherineperiodismo@gmail.com